El gobierno de Brasil dijo este lunes que ya dio licencia medioambiental para desarrollar una controvertida represa hidroeléctrica en el corazón de la selva amazónica, el primer paso para que el sector privado opte a gestionar su construcción.
La central de Belo Monte, que se nutrirá de un afluente del río Xingu, será la tercera más grande del mundo, por detrás de la presa china de las Tres Gargantas y la de Itaipú, que comparten Brasil y Paraguay.
Tendrá una capacidad de generación de 11.233 megavatios y se enmarca dentro del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) del gobierno brasileño para estimular el desarrollo del país.
Puedo asegurar que si hubiera posibilidades de un desastre natural, no se habría aprobado la licencia
Carlos Minc, ministro de Medio Ambiente
El ejecutivo sostiene que este tipo de plantas serán vitales para asegurar el suministro eléctrico en la próxima década, por lo que tiene planeada la construcción de al menos otras 70 presas en la región amazónica.
Además, las autoridades aseguran que la represa de Belo Monte (que lleva más de dos décadas proyectada) ayudará a Brasil a cumplir con sus objetivos de emisión de dióxido de carbono, establecidos en 2009.
"Es una obra que genera polémicas, yo diría desde hace más de 20 años tal vez, y —por otro lado— es un desafío, y eso está en el plan brasileño de cambio climático que contempla ampliar las fuentes renovables de generación de energía", dijo el ministro de Medio Ambiente de Brasil, Carlos Minc.
Oposición
Sin embargo, estos planes se enfrentan a la oposición de grupos ecologistas y poblaciones indígenas, dijo el corresponsal de la BBC en Brasil, Gary Duffy.
Las tribus dicen que el proyecto representa una amenaza a su modo de vida.
Los críticos insisten en que la presa de Belo Monte inundaría grandes áreas de bosque lluvioso, tendría un impacto severo sobre las poblaciones de peces, y socavaría el modo de vida de miles de indígenas.
Además, los dirigentes indígenas están molestos porque creen que las consultas llevadas a cabo hasta el momento han sido inadecuadas y sus voces no están siendo oídas.
Los pueblos locales tradicionales, como las comunidades indígenas y ribereñas, no están al tanto del verdadero impacto. Yo creo que pagaremos un precio muy alto en términos ambientales y sociales
Andrea Leme da Silva, activista indígena
Andrea Leme da Silva, coordinadora del programa de Pueblos Indígenas y Tradicionales de Conservation International, dijo que las consultas habían sido inadecuadas.
"Los pueblos locales tradicionales, como las comunidades indígenas y ribereñas, no están al tanto del verdadero impacto", dijo.
"Yo creo que pagaremos un precio muy alto en términos ambientales y sociales".
La cuenca del Xingu, de acuerdo a especialistas, tiene la misma biodiversidad en peces que toda Europa.
Pago por medio ambiente
La empresa que se adjudique el proyecto, que no se hará realidad hasta 2014, tendrá que pagar más de US$800 millones para paliar el daño medioambiental que pudiera causar en el entorno.
"No es compensación ambiental, son mitigaciones, contrapartidas, precauciones", dijo el ministro de Medio Ambiente.
Estas "mitigaciones" incluyen decenas de medidas para prevenir la extinción de especies animales y proteger a los pueblos locales.
"Puedo asegurar que si hubiera posibilidades de un desastre natural, no se habría aprobado la licencia" para construirla, aseguró Minc. tomado de BBC
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