AVES Y PASTIZALES Silenciosamente esta ave va perdiendo muchas poblaciones por
el avance de la forestación, el ganado intensivo y las arroceras. Ya no quedan
casi pastizales naturales. Hoy habita en Corrientes y en Paraguay. En estas
líneas repasamos algunas de sus principales características junto con el
especialista Adrián Santiago Di Giacomo.
Por Paulo Ferreyra
Colaboración: Abel Fleita
Yetapá de collar (Alectrurus risora) tiene varias
características que están por encima de la media. Por empezar no cantan. Hacen
sonidos mecánicos con modificaciones que tienen en las plumas de las alas.
Ellos pueden, como si fuera tocar la guitarra, hacer ruidos crujiendo sus
plumas. Es de las pocas especies que no tiene repertorio de canto.
Su cola tan magnificada es una característica que comparten
otros pájaros como la tijereta. En esto se asemeja a unas aves en los
pastizales de Africa, que tienen este tipo de cola larga en forma de bandera.
En abril las hembras y los machos pierden las plumas largas de la cola y les
empiezan a crecer otras. Cuando cumple el año y empieza a mudar su plumaje a
macho, a veces hay individuos que se observa en el campo que están en el punto
intermedio.
Reproducción Cuando
las aves tienen fuerte dimorfismo en colores, cuando son diferentes entre
machos y hembras se sospecha que lo que está operando ahí es lo que llaman en
biología evolutiva la selección sexual. Las hembras están eligiendo a machos
con mejores ornamentos para parearse. En el yetapá de collar se refleja que
tienen un sistema de apareamiento polisémico, un macho puede tener varias
hembras en su territorio. Las hembras relegan el hecho de tener un macho para
sí misma y lo comparten en busca de esos machos que mejor se despliegan y son
más lindos. Esto en la naturaleza implica mejor estado de salud, mejores
condiciones para mantener un territorio, alimentos y buen
lugar de
reproducción.
Plumaje Entre sus
características únicas y particulares hay una sobre su plumaje. Además de ser
lindo y colorido es la única especie de ave que está documentada en el mundo
que pierde parte de sus plumas. Las pierde en la zona de la garganta. A fines
de junio, principio de julio pierden las plumas de la garganta que son blancas
y le queda la piel a la vista. Le queda roja esa zona, hay un tema de
pigmentación que hace que se concentren pigmentos rojos en esa zona. “Entonces
se advierte desde lejos que tiene la garganta roja, pero en realidad es la piel
de la garganta que está desprovista de plumas”, explica Adrián. Cuando termina
la etapa reproductiva en enero ya empiezan a volverle a crecer las plumas
blancas que le cubren ese espacio. “Esto lo hemos visto con expertos y
aparentemente es la única ave que tiene esta característica de perder las
plumas del cuerpo y volverlas a recuperar cada año. Esto implica un fuerte
golpe energético para un organismo, pero esta ave tiene estas características”,
subraya.
Peligro Adrián
Santiago Di Giacomo comenzó a observar aves desde muy chico. Después fue
desarrollando una actividad más profesional, académica y así se inclinó a
estudiar biología. “Tengo vocación por investigar y ahora me dedico a la
investigación dentro del Conicet”, cuenta.
“Mientras hacía mi carrera de biólogo trabajé en Aves
Argentinas como director de conservación. Luego abandoné esto para entrar en la
carrera académica. Ahora me dedico a investigar aves que están en peligro de
extinción y a buscar herramientas para manejarlas y evitar su desaparición.
Sigo trabajando en tema de conservación, pero desde un organismo de
conservación científica. Además, doy clases en la universidad, justamente en
una materia que se llama Ecología de la conservación, así que dedico mi tiempo
a la conservación de especies y al estudio científico de las aves”, agrega.
El hizo su tesis doctoral con el yetapá de collar. Especie
emblemática de Corrientes pero que era desconocida. Era un fantasma hasta que
se empezaron a hacer estudios y se puso en valor a esta especie. Hoy es
apreciada por los observadores de aves y a nivel de políticas públicas se usa
la imagen del yetapá como logo del Iberá.
“En el 2000 empezamos a hacer estudios sobre aves de
pastizal en Aves Argentinas. En ese marco hicimos un programa donde buscamos
identificar las áreas que eran más importantes para conservar las áreas de
pastizales que se estaban extinguiendo. Así empezó mi relación directa con
Corrientes. Empecé a viajar asiduamente desde Buenos Aires a Corrientes,
hacíamos campañas de conservación, trabajos en el sitio, exploración y de
alguna manera esto me condicionó para que quisiera venir a vivir y trabajar en
esta provincia”, agrega.
Hay registros del yetapá de collar en el sur de la provincia
de Buenos Aires desde 1880. Después hay otros registros ya más cercanos a 1930.
Poco a poco con la pérdida de los pastizales naturales su territorio se fue
corriendo más al norte del país. Otros registros datan de 1950 en los bajos
submeriodionales en Santa Fe, una gran zona de pastizales que quedó con poca
actividad agrícola. Los más recientes si hablan de las provincias de Chaco,
Corrientes y Formosa.
Alerta Roja “El
yetapá de collar prácticamente desapareció en un 90 por ciento de su población.
A nivel mundial esta ave tiene un estatus como especie en peligro, es decir,
como un oso panda a nivel mundial porque quedan pocas poblaciones. Hoy todavía
es posible verlo en su hábitat natural en la provincia de Corrientes, también
el sur y centro de Paraguay”, explica Adrián.
“Entre el 2004 y 2008, con mi hermano, Alejandro, que
también es ornitólogo hicimos la recorrida de todas las localidades históricas
y para documentar el estado de hábitat. Buscamos documentar el estado de
yetapá, hacíamos encuestas con los pobladores más viejos, los peones de campo y
buscamos el saber popular. Para nosotros es muy gratificante que el yetapá sea
una figura emblemática de los pastizales y de la región del NEA. Ya está
asegurado su recuerdo porque la gente lo valora, hoy confiamos en que se va a proteger
porque hay medidas de conservación. Está declarado monumento natural en Formosa
y Misiones. Además de la protección legal a nivel nacional”.
Territorio El
yetapá de collar si bien no es una especie perseguida por el humano como otras
aves, pero silenciosamente está perdiendo muchas poblaciones por el avance de
la forestación y por la pérdida de los pastizales naturales. Aquí hay que tener
en cuenta que los tamaños de los territorios son importantes. “Los pájaros
iguales al yetapá de collar necesitan tres o cuatro hectáreas para hacer sus
despliegues aéreos y para mantener territorio donde puede haber varias hembras.
Es un pájaro que necesita terreno. Vos multiplicas tres a cuatro hectáreas por
7 o 10 machos y te das cuenta que necesitas un campo grande de pastizales en
buen estado de conservación. Tanto las forestaciones como la ganadería
intensiva afectan su territorio”, subraya Adrián Di Giacomo.
“Hoy en día la ganadería no favorece la conservación de esta
especie. La ganadería actual en Corrientes no es la misma que se hacía hace 20
años atrás, es una ganadería intensificada con mucho insumo químico, productos
químicos, herbicidas, venenos para las garrapatas, hormiguicidas, comederos
para aumentar la carga del ganado. Entonces el pastizal queda un campo de golf
y ahí pierden terreno las aves. Eso es algo que cualquiera lo puede ver. Estos
aspectos hacen que varias especies de aves que sólo habitan en pastizales
corran esa carrera contra el tiempo. Actualmente muchas organizaciones,
científicos, organismos públicos están haciendo malabares para intentar evitar
esta extinción.
Yetapá de collar y
tijereta En estas líneas recalcaremos a grandes rasgos las diferencias
entre dos especies: el yetapá de collar y la tijereta. Yetapá en lengua guaraní
significa tijera y es allí donde conviene agudizar los sentidos, para
diferenciar a estas dos especies que poseen una extensa y llamativa cola en
relación al tamaño de su cuerpo.
En esta época del año veremos en campos, árboles, cercos y
alambrados tanto cerca como lejos de casas y poblados a la característica
tijereta. Esta en general es blanca en su cuerpo y negro en lo superior de sus
alas y cabeza, con una cola larga en forma de dos hojas de tijera, finas.
Sin embargo, el yetapá de collar, aunque con ciertas
semejanzas, por su mismo estatus de conservación de especie en peligro de
extinción, se encuentra más restringido a ambientes de pastizales altos. Así
encontramos a esta ave en pastizales tanto inundados como húmedos o secos, que
son los que les brindan lugares para alimentarse, anidar y vivir.
En la brisa de las mañanas o en los ocasos dos inmensas
colas imperceptibles se mueven entre los pastizales y las malezas. El viento a
veces lo ayuda a elevarse, tan alto para su dimensión, que desaparece de nuestras
vistas. Pero luego volveremos a verlo, en un arqueado pasto, observando atento
los movimientos de los insectos para alimentarse. Como fantasmas a veces dan vida a la
naturaleza diaria. El yetapá de collar es el alma de los pastizales. // tomado de le litroral de ctes ar