Rusia sufre la peor sequía en 50 años
La falta de agua afecta a una superficie igual a Portugal y reduce las
cosechas - El precio mundial del trigo se dispara por temor a que
Moscú exporte menos
RODRIGO FERNÁNDEZ - Moscú - 04/08/2010
El País
Vota Resultado 20 votos
La peor sequía en 50 años está devastando Rusia. La falta de agua ha
afectado, en julio, a 10 millones de hectáreas -un territorio
equivalente a Portugal- y ya se prevé una drástica reducción de la
cosecha de trigo para este año. Ya hay 27 regiones productoras de
grano en estado de emergencia. Además, con el calor y la sequedad, los
incendios se multiplican: 200.000 bomberos y 60 aviones intentan
desesperadamente apagar más de 500 focos en otras siete regiones del
país. Las llamas han provocado 40 muertos y más de 2.000 personas han
quedado sin hogar.
Los incendios han causado 40 muertos y unos 2.000 desplazados
Los productores de grano rusos son pesimistas. Las temperaturas, en
intensidad y duración, son las más altas desde que existen registros
hace 130 años. No dudan de que la oferta de trigo se resentirá
seriamente este año y, aunque el Gobierno de Moscú sostiene que no
habrá restricciones a las exportaciones, ya hay barcos cargados con
más de 200.000 toneladas de alimentos con destino a Asia retenidos en
los puertos del mar Negro. La magnitud de la crisis -Rusia es el
cuarto mayor exportador de trigo del mundo- ha disparado los precios
de esta materia prima en el mercado internacional de Chicago. La
crisis no es solo rusa, es global, y amenaza con generar otra crisis
de los precios de los alimentos como la de 2007.
Los pronósticos, para mayor desaliento, son catastróficos. El calor,
según los meteorólogos, no tiene visos de remitir en las próximas
semanas. Algunos expertos ya dibujan cuadros apocalípticos, con
escasez de productos y una gran inflación que podría desembocar en una
feroz crisis económica. El Gobierno, por su parte, trata de
tranquilizar a la población. Promete que establecerá un control de
precios para los alimentos básicos y asegura que no habrá déficit de
productos agrícolas.
Alexandr Beláyev, viceministro de Agricultura, reconoció ayer que este
año la cosecha de cereales caerá a 70-75 millones de toneladas, frente
a los 97 millones del año pasado y 108 millones en 2008. No obstante,
el alto funcionario minimizó el problema asegurando que no se
limitarán las exportaciones y que estas serán similares a las de 2009
(21,4 millones de toneladas). Esto es posible, según el Gobierno,
debido a que el consumo interno de cereales es de unos 75 millones,
que es lo que se espera cosechar, al tiempo que hay excedentes de más
de 20 millones de toneladas.
En contraste con el moderado optimismo de Beláyev, el viceprimer
ministro Víktor Zubkov sostiene que el déficit de cereales será de 4,2
millones de toneladas y que los granjeros, ante el temor de no poder
conseguir alimento para el ganado, ya han comenzado a sacrificarlo.
Tsentrosoyuz, la mayor red de compra de productos cárnicos del país,
ha adquirido desde principios de julio 8.000 toneladas de carne, lo
que supera en un 20% la cifra del año pasado en el mismo periodo.
La escalada de la inflación ya es una realidad en las regiones
golpeadas por la sequía, donde el precio de una tonelada de harina
cuesta más del doble que hace un mes: de 5.200 rublos a 11.700 (un
euro equivale hoy a poco más de 39 rublos). Aún es pronto para saber
si el alza de los precios del pan provocará malestar social, pero
nadie en el Gobierno se atreve a descartar protestas por los precios.
La sequía ha forzado a 27 Gobiernos regionales -la mayoría de la zona
central de Rusia- a declarar la emergencia mientras que el Gobierno
federal ha puesto en alerta a otras siete zonas por los incendios. El
estado de emergencia permite a las autoridades regionales obtener una
serie de facilidades, como la posibilidad de usar fondos especiales o
de acceder a créditos blandos para paliar la crisis. El primer
ministro, Vladímir Putin, está aprovechando la crisis para demostrar
quién es el hombre fuerte de Rusia con vistas a las próximas
presidenciales. El primer ministro ha hecho una gira por las zonas
afectadas por los incendios -mientras el presidente, Dmitri Medvédev,
ha permanecido en Moscú-, ha prometido ayudas a la población y ha
regañado a las autoridades locales por su poca eficacia en la lucha
contra los incendios.
No obstante, Putin también está recibiendo críticas de los
ambientalistas y la oposición porque hace cuatro años, durante su
presidencia, forzó la aprobación de una ley forestal que ha
beneficiado a la industria maderera en detrimento de la protección de
las 809 millones de hectáreas de bosques de Rusia, el doble de toda la
Unión Europea
La falta de agua afecta a una superficie igual a Portugal y reduce las
cosechas - El precio mundial del trigo se dispara por temor a que
Moscú exporte menos
RODRIGO FERNÁNDEZ - Moscú - 04/08/2010
El País
Vota Resultado 20 votos
La peor sequía en 50 años está devastando Rusia. La falta de agua ha
afectado, en julio, a 10 millones de hectáreas -un territorio
equivalente a Portugal- y ya se prevé una drástica reducción de la
cosecha de trigo para este año. Ya hay 27 regiones productoras de
grano en estado de emergencia. Además, con el calor y la sequedad, los
incendios se multiplican: 200.000 bomberos y 60 aviones intentan
desesperadamente apagar más de 500 focos en otras siete regiones del
país. Las llamas han provocado 40 muertos y más de 2.000 personas han
quedado sin hogar.
Los incendios han causado 40 muertos y unos 2.000 desplazados
Los productores de grano rusos son pesimistas. Las temperaturas, en
intensidad y duración, son las más altas desde que existen registros
hace 130 años. No dudan de que la oferta de trigo se resentirá
seriamente este año y, aunque el Gobierno de Moscú sostiene que no
habrá restricciones a las exportaciones, ya hay barcos cargados con
más de 200.000 toneladas de alimentos con destino a Asia retenidos en
los puertos del mar Negro. La magnitud de la crisis -Rusia es el
cuarto mayor exportador de trigo del mundo- ha disparado los precios
de esta materia prima en el mercado internacional de Chicago. La
crisis no es solo rusa, es global, y amenaza con generar otra crisis
de los precios de los alimentos como la de 2007.
Los pronósticos, para mayor desaliento, son catastróficos. El calor,
según los meteorólogos, no tiene visos de remitir en las próximas
semanas. Algunos expertos ya dibujan cuadros apocalípticos, con
escasez de productos y una gran inflación que podría desembocar en una
feroz crisis económica. El Gobierno, por su parte, trata de
tranquilizar a la población. Promete que establecerá un control de
precios para los alimentos básicos y asegura que no habrá déficit de
productos agrícolas.
Alexandr Beláyev, viceministro de Agricultura, reconoció ayer que este
año la cosecha de cereales caerá a 70-75 millones de toneladas, frente
a los 97 millones del año pasado y 108 millones en 2008. No obstante,
el alto funcionario minimizó el problema asegurando que no se
limitarán las exportaciones y que estas serán similares a las de 2009
(21,4 millones de toneladas). Esto es posible, según el Gobierno,
debido a que el consumo interno de cereales es de unos 75 millones,
que es lo que se espera cosechar, al tiempo que hay excedentes de más
de 20 millones de toneladas.
En contraste con el moderado optimismo de Beláyev, el viceprimer
ministro Víktor Zubkov sostiene que el déficit de cereales será de 4,2
millones de toneladas y que los granjeros, ante el temor de no poder
conseguir alimento para el ganado, ya han comenzado a sacrificarlo.
Tsentrosoyuz, la mayor red de compra de productos cárnicos del país,
ha adquirido desde principios de julio 8.000 toneladas de carne, lo
que supera en un 20% la cifra del año pasado en el mismo periodo.
La escalada de la inflación ya es una realidad en las regiones
golpeadas por la sequía, donde el precio de una tonelada de harina
cuesta más del doble que hace un mes: de 5.200 rublos a 11.700 (un
euro equivale hoy a poco más de 39 rublos). Aún es pronto para saber
si el alza de los precios del pan provocará malestar social, pero
nadie en el Gobierno se atreve a descartar protestas por los precios.
La sequía ha forzado a 27 Gobiernos regionales -la mayoría de la zona
central de Rusia- a declarar la emergencia mientras que el Gobierno
federal ha puesto en alerta a otras siete zonas por los incendios. El
estado de emergencia permite a las autoridades regionales obtener una
serie de facilidades, como la posibilidad de usar fondos especiales o
de acceder a créditos blandos para paliar la crisis. El primer
ministro, Vladímir Putin, está aprovechando la crisis para demostrar
quién es el hombre fuerte de Rusia con vistas a las próximas
presidenciales. El primer ministro ha hecho una gira por las zonas
afectadas por los incendios -mientras el presidente, Dmitri Medvédev,
ha permanecido en Moscú-, ha prometido ayudas a la población y ha
regañado a las autoridades locales por su poca eficacia en la lucha
contra los incendios.
No obstante, Putin también está recibiendo críticas de los
ambientalistas y la oposición porque hace cuatro años, durante su
presidencia, forzó la aprobación de una ley forestal que ha
beneficiado a la industria maderera en detrimento de la protección de
las 809 millones de hectáreas de bosques de Rusia, el doble de toda la
Unión Europea
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