sábado, 28 de marzo de 2020

DESAFÍOS Y RESPUESTAS DE LA COVID-19: UNA VISIÓN DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


DESAFÍOS Y RESPUESTAS DE LA COVID-19: UNA VISIÓN DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

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Imagen Pasajeros en la estación de autobuses TransMilenio en Bogotá. © Gabriel L. Guerrero / Shutterstock
El Grupo Banco Mundial está comprometido en brindar una respuesta rápida y flexible a la pandemia del coronavirus. Estamos ofreciendo financiamiento, asesoría de políticas públicas y asistencia técnica en todas las regiones y en diversas áreas, desde salud y educación hasta comercio y tecnología. En esta serie de blogs exploraremos cómo los diferentes equipos del Grupo Banco Mundial están respondiendo a los desafíos que se nos presentan en el futuro.
1. ¿Cómo afecta la COVID-19 a la región?
Hasta la fecha, 31 países y 12 territorios han informado 5464 casos y 67 fallecimientos, con un aumento del 120 % en las últimas 72 horas. Brasil, Chile, Perú, Ecuador y Panamá reportan el mayor número de casos; algunos ya cerraron sus fronteras y declararon el estado de emergencia. La COVID-19 ya está teniendo un impacto negativo en el turismo, el comercio y la productividad. Como respuesta, los países latinoamericanos analizan medidas drásticas y costosas como las que hemos visto en otras partes del mundo.  Algunos están considerando decisiones que pueden tener un impacto social y económico a largo plazo, como el cierre de escuelas y fronteras.
2. ¿Cuáles son los desafíos más grandes planteados por esta pandemia?
Los principales desafíos tienen que ver con la imprevisibilidad de la enfermedad. Aún no queda claro qué impacto tendrá un descenso en la temperatura (con la llegada del invierno) y el regreso de millones de alumnos a la escuela en el hemisferio sur. Por el momento, la tasa de mortalidad es muy elevada para aquellos que tienen 70 o más años de edad, así como personas con afecciones preexistentes. Si bien la población más joven corre un menor riesgo de complicaciones, es importante que las campañas de prevención estén dirigidas a toda la población para reducir el contagio. 
Así mismo, la COVID-19 supone un desafío para la capacidad de los sistemas de salud de responder a un número fuera de la común de pacientes que necesiten los mismos servicios.  En varios países, el virus llega luego de que un brote de dengue ha sobrecargado la capacidad hospitalaria. No solo los hospitales están sobrepasados; también otras áreas de atención o asistencia, como la disponibilidad de insumos médicos o una fuerza laboral está extenuada.
3. ¿Cómo aborda el Banco Mundial estas problemáticas? ¿Junto a quién trabaja el Banco?
Los equipos del Banco Mundial están en contacto con los países miembro con el fin de responder a cualquier solicitud de asistencia y para brindar apoyo técnico, según sea necesario. A lo largo de la región, el Banco actúa en coordinación con la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) para asegurar que los recursos de ambas organizaciones estén disponibles de una manera eficiente y coordinada.
En la práctica, estamos trabajando duro con los países de la región para proteger a la población. El 17 de marzo, los Directorios del Banco Mundial y la Junta de Directores de la Corporación Financiera Internacional (IFC), aprobaron un mecanismo financiero de desembolso rápido de $14 mil millones para asistir a países y empresas en sus esfuerzos por prevenir, detectar y responder a la propagación de la COVID-19. Este mecanismo es un esfuerzo a nivel mundial que en nuestra región irá más allá del sector de la salud para apoyar las economías de los países, con foco en las personas más vulnerables. La economía mundial ya se estaba ralentizando antes de la pandemia. No hay dudas que la COVID-19 complicará aún más la situación  de nuestras economías y que la recuperación demandará un esfuerzo común e integrado.
4. ¿Cuál es la estrategia a largo plazo del Banco ante este tipo de crisis?
El Banco está ayudando a los países a mitigar el impacto de la COVID-19 y también a desarrollar su nivel de preparación ante cualquier crisis de salud futura. Buscamos que esta inversión sea sostenible a través de sistemas de salud más fuertes y más resilientes. Nos gustaría ayudar a los países a prevenir, prepararse, detectar, responder y recuperarse de enfermedades potencialmente endémicas, emergentes y pandémicas. Nuestro foco de atención incluye la resistencia antimicrobiana y la forma en que las enfermedades interactúan con otras afecciones.
Estamos trabajando estrechamente con la OPS/OMS para mejorar las normas internacionales de emergencia; estas incluyen 13 áreas que ayudan a los países a prepararse para las emergencias sanitarias. Una de las lecciones más importantes de anteriores crisis sanitarias que ya estamos implementando de cara a la COVID-19 es la necesidad de una mayor colaboración y cooperación
para respaldar las acciones que se lleven a cabo en toda la región.


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