martes, 22 de junio de 2010

BOTNIA Uruguay devuelve la pelota

Parque industrial de Entre Ríos contamina 40 veces más que UPM

Control ambiental. Planta nuclear Atucha II viola convención internacional Parque Industrial de Gualeguaychú tiene alto impacto en el Río Uruguay Corrientes tras su propia pastera | Corrientes quiere instalar una planta sobre el río Uruguay
 
RAÚL MERNIES
Un experto en Química señaló que las 27 plantas del Parque Industrial Gualeguaychú, a 20 kilómetros del río Uruguay, arrojan 40 veces más contaminantes que UPM. Su planta depuradora está desbordada; los desechos van al río binacional.
El Parque Industrial Gualeguaychú (PIG), y sus 214 hectáreas divididas en parcelas repletas de fábricas se ubica en la intersección de la ruta 14 y el Acceso Sur a la ciudad, en la provincia de Entre Ríos. Su web señala la distancia con Montevideo (400 km), con San Pablo (1.980 km) y Asunción (1.180 km). Sin embargo, omite el detalle de que el río Uruguay está a sólo 20 km y que los efluentes del Parque llegan al río Uruguay a través del arroyo El Cura y el río Gualeguaychú. (ver gráfico).
El químico Óscar Ventura, catedrático de la Facultad de Química de la Universidad de la República e investigador Grado 5, que sigue de cerca los temas relacionados a la contaminación ambiental asegura que sólo el 5% de las empresas industriales de Entre Ríos tienen los permisos necesarios.
Sus estudios de niveles de contaminación en el río Uruguay y su origen, lo llevaron directamente al PIG. El arroyo Cura recorre 10 kilómetros y desemboca en el río Gualeguaychú, que tras otros 10 km desagua en el río binacional.
Ventura señaló a El País que el PIG "tiene una planta de efluentes inadecuada para las industrias allí establecidas" (ver nota aparte) entre otras, la internacional Unilever, jugos Baggio y una fábrica de baterías, lo que explica la contaminación por plomo detectada en el desagüe del río por la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU).
Basado en los datos aportados por el informe de saneamiento de la cuenca del río Gualeguaychú, Ventura indicó cómo y en qué niveles llega esta contaminación masiva por parte de las 27 industrias emplazadas en el Parque Industrial entrerriano.
Uno de los parámetros utilizados para medir la contaminación, explicó el experto, se denomina DBO (Demanda Biológica de Oxígeno). Para ríos interiores, Entre Ríos estableció un límite de concentración de DBO de 50 mg/L (miligramos por litro de agua) y para el río Uruguay (que es mucho más caudaloso y puede diluir mejor las sustancias) la concentración permitida es de 250 mg/L.
"Lo que verdaderamente emite el PIG son 349 mg/L, mientras que UPM aporta sólo 8 mg/L", afirmó Ventura.
En otras palabras, el Parque Industrial Gualeguaychú emite 43 veces más contaminantes que UPM y excede el permiso (50 mg/L) en un 638%. En tanto, UPM arroja al agua 8 mg/L, en lugar de los 250 que tiene permitidos; utilizando apenas un 3% de lo que tiene concedido.
Ventura establece que los focos de contaminación del río son de tres tipos: primero, los efluentes cloacales de las ciudades (Salto, Paysandú, Concordia, Fray Bentos, etc.), para los que habría que construir plantas de tratamiento.
Uruguay está en proceso de tratar las aguas servidas de Fray Bentos en UPM y construir plantas de tratamiento en Salto y Paysandú. Argentina debería hacerlo para Concordia y Colón. Gualeguaychú ya tiene, pero Ñandubayzal no. El desborde de sus cloacas fue lo que provocó el sarpullido en más de 100 bañistas el verano pasado.
El segundo son los ya mencionados vertidos industriales y el tercero son los provenientes de la agricultura.
Para combatir esto "hay que diseñar un protocolo de uso de fertilizantes general para Brasil, Argentina y Uruguay, buscando optimizar la cantidad que se usa, se desperdicia y va a parar a los ríos. Esta parte es la más difícil de resolver", concluyó el experto. (Producción Eduardo Delgado)

Depuradora obsoleta

Desde este mes la planta de extracción de aceite por solventes "Entre Ríos Crushing", funciona en el Parque Industrial Gualeguaychú (PIG). La Consultora Hytech Ingeniería, de capitales argentinos y uruguayos, que trabaja para el PIG, recibió las autorizaciones con las correspondientes habilitaciones de la Municipalidad argentina, por lo que la aceitera ocupará cuatro parcelas del perímetro industrial sin inconveniente alguno.
Lo curioso, según relata el portal argentino "Los Principios," es que se le dio luz verde cuando la planta depuradora está saturada y los planes de ampliación son un mero proyecto.
Desde sectores oficiales se adelantó que la procesadora de aceites prácticamente no genera efluentes líquidos, pero fuentes de la Corporación del Desarrollo de Entre Ríos reconocieron que generará contaminantes al igual que cualquier elaboradora de aceites.
La Dirección de Medio Ambiente provincial dijo que la firma cumplió con los controles "exhaustivos" que exigió el Municipio.
Pero que el verdadero inconveniente radica en la planta de tratamientos de afluentes del Parque que "trabaja en su capacidad máxima", data de la década del 70, y nunca fue remodelada.

Papeleras del país vecino en la mira

El impacto ambiental de las 30 fábricas de pasta de celulosa y papel que operan en Argentina ha estado bajo la mira de los ecologistas de la vecina orilla, a raíz de los cuestionamientos a la instalación de Botnia en Fray Bentos.
El sector produce, en conjunto, unas 900 mil toneladas al año (menos de lo que produce sola la pastera uruguaya), y al menos diez de esas empresas han sido varias veces acusadas de provocar serios daños ambientales.
Las fábricas de celulosa más grandes y cuestionadas están sobre el río Paraná.
El gobierno de Paraguay ha hecho, en el curso de los últimos años, reiterados reclamos a Argentina por la presunta falta de tratamiento de los efluentes de las fábricas Alto Paraná, Celulosa Puerto Piray y Benfide, en la provincia de Misiones, en el límite entre ambos países.
La planta de Puerto Piray, construida en 1942, era manifiestamente obsoleta y sufrió diversas clausuras temporales por violar las normas ambientales. En 2008 dejó de operar, al borde de la quiebra. Los trabajadores -unos 300 en total- cortaron las rutas locales reclamando al gobierno la reactivación de la empresa, y luego de ocho meses comenzaron a gestionarla creando una cooperativa tras llegar a un acuerdo con el gobierno provincial, que inyectó 780.000 dólares.
El mes pasado, ya conocido el fallo del Tribunal Internacional de La Haya, el gobernador de la provincia de Corrientes, Ricardo Colombi, anunció formalmente que convocaría a interesados en instalar dos plantas de celulosa en su provincia, una sobre el río Uruguay y la otra sobre el río Paraná.
Corrientes cuenta con 420.000 hectáreas de territorio forestado.
El País Digital

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