domingo 20 de junio, 1:24 AM
Por Jeffrey Jones
BURAS, EEUU (Reuters) - Los residentes de la costa del Golfo de México en Estados Unidos se preparaban el domingo para recibir más petróleo en sus playas, mientras el crudo llegaba a las costas de Panama City, un centro turístico popular en el norte de Florida.
Las playas de la ciudad permanecían abiertas después de que equipos de limpieza retiraron las bolas de alquitrán desde las costas, dijeron autoridades. Aún así, el hecho es una preocupación para un estado donde la industria del turismo general 60.000 millones de dólares al año.
"La amplia mayoría (de la bolas de alquitrán) desapareció con la marea. Nuestras playas están limpias y abiertas", dijo Valerie Lovett, portavoz del condado Bay de Florida.
El mayor derrame en la historia de Estados Unidos amenaza a las economías de la costa de cuatro estados, incluido Luisiana -el más afectado-. También ha dañado severamente las finanzas y la reputación del gigante energético británico BP y ha menguado la popularidad del presidente Barack Obama.
La Casa Blanca criticó al presidente de BP, Tony Hayward, por tomarse un tiempo libre el sábado de su tarea de enfrentar las consecuencias del derrame para ver una carrera de yates en la costa sur de Gran Bretaña. BP dijo que él estaba tomando un poco de un muy necesario descanso.
Para minimizar el impacto ambiental del derrame, BP está capturando hasta 24.000 barriles de crudo (3,81 millones de litros) por día utilizando sistemas de contención que cubren una fracción de los entre 35.000 a 60.000 barriles diarios que la Guardia Costera de Estados Unidos dice que están saliendo desde el pozo.
BP reinició el sábado su esfuerzo de contención, luego de que uno de los sistemas estuvo cerrado por 10 horas para reparar un problema técnico y permitir el paso de una tormenta. Fue el más reciente de una serie de problemas que han aquejado a los intentos por detener el flujo de crudo que ya lleva 62 días.
Un segundo sistema permaneció operando. La solución de BP a largo plazo es excavar un pozo de alivio que reducirá la presión de la filtración, deteniendo así su flujo, pero eso no estará listo hasta agosto.
Bajo presión de la Casa Blanca, BP ha creado un fondo de 20.000 millones de dólares para reparar los daños, pero esa cifra podría aumentar si resulta insuficiente, dijo Kenneth Feinberg, administrador federal del fondo.
Después de ceder un 6,8 por ciento en una semana volátil presionadas por las políticas de Washington, las acciones de BP han caído un 26 por ciento hasta el momento en junio, su peor mes desde la crisis del mercado en octubre de 1987.
En una nueva complicación, Anadarko Petroleum Corp, propietario parcial del pozo, acusó a BP de una conducta "imprudente" que llevó al accidente.
BP dijo que está "en profundo desacuerdo" con la acusación de extrema negligencia, pero que mantendría su atención en el derrame y que está trabajando con autoridades federales, estatales y locales para tratar de proteger la costa.
Hayward fue una ausencia notable en una reunión de líderes de la industria petrolera mundial el sábado en San Petersburgo, Rusia, donde los problemas de su compañía fueron un tema permanente de discusión.
De hecho, el pasó su tiempo con su hijo adolescente observando una carrera de yates en la Isla de Wight, frente a la costa sur de Gran Bretaña, luego de estar casi dos meses lejos de su casa y su familia, según la portavoz de BP Sheila Williams.
Hasta ahora, los humedales de Luisiana y su industria pesquera han sufrido los peores daños derivados del derrame y pescadores apesadumbrados dicen que este momento es más duro que el que vivieron tras el paso del Huracán Katrina, que azotó la costa del Golfo de México en el 2005.
(Reporte adicional de Kristen Hays en Houston, Vladimir Soldatkin en Rusia, Tom Bergin en Londres y Jane Ross y Robert Green en Florida; Editado en español por Ricardo Figueroa)
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