El Fondo de adaptación (FA) fue establecido por las Partes en el Protocolo de Kyoto para financiar proyectos y programas concretos de adaptación en países en desarrollo que son Partes en dicho protocolo. El Fondo se financia principalmente con un gravamen aplicado a las reducciones certificadas de emisiones generadas por proyectos desarrollados en el marco del Mecanismo para un Desarrollo Limpio (MDL). El Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) proporciona servicios secretariales al Fondo, y el Banco Mundial actúa de fideicomisario, ambos provisionalmente. El Fondo de adaptación es el único mecanismo que actualmente permite a los países en desarrollo acceder directamente a dinero para hacer frente a los problemas del cambio climático.
Un resultado importante del décimo período de sesiones de la Junta del Fondo de adaptación, celebrado en Bonn entre el 14 y el 16 de junio, fue la aprobación de cuatro propuestas para proyectos concretos de adaptación. Los conceptos de los proyectos aprobados habían sido presentados por Nicaragua, Pakistán, Senegal y las Islas Salomón, con un valor propuesto total de 21,8 millones de USD.
Los cuatro proyectos aprobados son: un plan para mejorar las cuencas hidrográficas como medida contra sequías e inundaciones en Nicaragua; una propuesta para hacer frente a la subida del nivel del mar en las Islas Salomón; un proyecto de adaptación al cambio climático en las zonas costeras de Senegal y una propuesta para reducir el riesgo y las vulnerabilidades ante las inundaciones por deshielo y desbordamiento de lagos glaciares en las montañas de Pakistán.
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