Amarga es la decepción en el campo de los ecologistas. En el contexto de un cambio de situación habitual en los EEUU, la administración Obama y los demócratas en el Congreso abandonaron su intento de hacer adoptar rápidamente medidas vinculantes a fin de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Para los socios de Washington, la decepción es igual o más grande: a menos de cien días de las elecciones legislativas de mitad del período presidencial, hay pocas posibilidades ahora para ver que el Senado se alinee detrás de la propuesta del sistema de mercado de emisiones llamado “cap and trade” (límite de emisiones e intercambio de derechos de emisión a través del mercado, ed.), incluso en su versión más edulcorada que se tomó en cuenta a fin de apaciguar a los republicanos.
Barack Obama deberá entonces abordar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima en Cancún (México), a finales de noviembre, en la embarazosa posición de no poder garantizar los compromisos asumidos en Copenhague a finales de 2009.
El anuncio fue hecho el jueves 22 de julio por el líder demócrata en el Senado, Harry Reid, después de una semana de confusión en el Congreso en torno al proyecto de ley sobre el clima que, después de haber sido aprobado por la Cámara de Representantes en el 2009, no logra así superar la etapa senatorial. "En este estadío, ningún republicano quiere unirse a nosotros", señaló durante una conferencia de prensa con la responsable del clima en la Casa Blanca, Carol Browner.
Una semana antes, había anunciado la introducción de un proyecto de ley que contemplaba cuatro partes: la perforación petrolera, el desarrollo de energías renovables, incentivos fiscales para reducir el consumo de energía y la introducción de un comercio de emisiones sólo en el sector de la electricidad, una importante concesión a los opositores del “cap and trade”.
Incluso el tímido intento de poner un precio al carbono no logró desembocar en un acuerdo, como tampoco la fórmula introducida en el texto concerniente a una obligación para el sector energético de utilizar al menos 10% de energías renovables. John Kerry ha asegurado que volverá a la carga en otoño, pocos son los que creen en esa posibilidad.
Carol Browner, también ha prometido "continuar trabajando con los senadores”. Pero, de hecho, en ausencia de una mayoría de sesenta votos, el presidente tuvo que abandonar la ley en su totalidad, sobre la cual ha hablado desde su toma de posesión. Los demócratas creyeron encontrar una apertura en el contexto del derrame de petróleo en el Golfo de México, que relanzó la atención sobre los riesgos de perforar en busca de petróleo más y más profundo. Pero los republicanos no han querido caer en lo que ellos consideran una "trampa" la política, y ser obligados a discutir sobre un sistema que ellos denuncian como un "impuesto".
¿Cuáles son las perspectivas? En 2009, la Cámara de Representantes aprobó -por un estrecho margen- un proyecto de ley que introducía por primera vez en los Estados Unidos un límite restrictivo para las emisiones de CO2 con el objetivo de reducción de 17% de aquí al año 2020 con respecto a lo que se emitía en el 2005 y de un 80% al 2050.
Algunos analistas, optimistas, han considerado la posibilidad de aprobar un pasaje de la ley durante las sesiones del actual congreso que se llevarán a cabo después de las elecciones de mitad de periodo y hasta poco antes del dia de la asunción de mando del nuevo congreso en enero próximo. Pero esta solución se descarta si el Senado no examina siquiera el proyecto.
En el año 2011, todo tendrá que rehacerse. El proyecto aprobado por la Cámara no valdrá más. Los ambientalistas esperan que Obama use la vía reglamentaria: la EPA, la Agencia de Protección al Medio Ambiente, decidirá las reducciones obligatorias por decreto. Los republicanos han tratado - hasta ahora sin éxito - privar a la agencia de esa prerrogativa.
Después de sucesivos reveses que ha encajado la administración, esta solución solo podría conducir a la adopción de un texto cuya ambición será reducir en un 14% las emisiones de EEUU. Fuentes cercanas a la EPA, temían incluso que no se deba esperar más que una estabilización del nivel de las emisiones.
La administración cree haber tomado las medidas más firmes hasta la fecha para luchar contra el cambio climático. El hecho es que el abandono del sistema “cap and trade” es un revés de insospechadas consecuencias.
Obama había hecho del desarrollo de energías renovables la base de un "nuevo crecimiento sostenible". Gracias a los cientos de miles de millones que se esperaban, la venta de los permisos de emisión le permitiría financiar el desarrollo de energías alternativas, asi como también reducir el déficit presupuestario. Obama, por lo tanto, podría estar obligado a revisar su política económica.
Por su parte, los europeos ya se están preguntando qué pasará con la contribución de los EEUU al plan de apoyo prometido para apoyar a que los países en desarrollo afronten el calentamiento global. Un tema que será de los más espinosos en Cancún.
Corine Lesne
Fuente: Le Monde
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