EL 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud, como forma de fomentar la toma de conciencia sobre un tema tan importante como éste para el bienestar de la sociedad. En ese contexto, RAPAL Uruguay
considera importante destacar algunos factores que conspiran contra la salud de la población, como forma de promover acciones para prevenirlos.
* * En nuestro país, dicen los uruguayos, la producción agrícola y forestal ha crecido sustancialmente en los últimos años y ello ha traído aparejado un aumento* *importante del uso de agrotóxicos, que han contaminado nuestras aguas, suelo y aire, afectando la vida de muchos seres vivos, incluyendo la nuestra. Para ilustrar esto, basta con hacer un recorrido rápido de lo que ha sucedido en los últimos meses en Uruguay con respecto a la contaminación del agua en distintos puntos del país.
En febrero, funcionarios de OSE dieron a conocer que los niveles de atrazina se habían duplicado en el agua del río Santa Lucía, que abastece de agua potable a la mitad de la población del país. La atrazina es un herbicida usado ampliamente en la agricultura industrial y que plantea riesgos para la salud de los seres humanos. Se sabe que la atrazina es un importante disruptor endocrino, que interfiere con la
actividad hormonal de animales y de seres humanos, aún en dosis extremadamente bajas. ¿No parece sensato prohibir entonces su uso?
Entre mediados de febrero a fines de marzo se constataron importantes mortandades de peces en distintos lugares del país. De acuerdo con las poblaciones afectadas, tales mortandades se vinculan al uso de
agrotóxicos, de lo cual se deduce que, más allá de que los peces mueran o no, estamos frente a la contaminación del agua de la que se abastecen numerosas personas. Es decir, que su salud está en riesgo. También estará en riesgo la salud de los pescadores y la de sus compradores si consumen pescados contaminados con agrotóxicos. En el caso extremo de mortandades masivas de peces, se afectará además la salud de comunidades locales que habitualmente incluyen el pescado en su dieta y que se verán
privadas del mismo. ¿Se seguirá permitiendo este ataque a la salud?
La contaminación derivada del modelo de agricultura industrial no se limita al agua, sino que también afecta al aire. Sobre este tema vale recordar que en noviembre de 2008 el Ministerio de Ganadería,
Agricultura y Pesca reguló las aplicaciones de agrotóxicos en las cercanías de las escuelas rurales, autorizando las aplicaciones terrestres a una distancia de 30 metros de las escuelas y las
fumigaciones áreas a 50 metros. A pesar de que durante el 2009 se demostró repetidas veces por distintos organismos lo insuficiente de esta regulación, ésta no fue cambiada y la salud de los niños y sus
maestras sigue estando en grave riesgo por tales aplicaciones.
Lo anterior son solo algunos ejemplos que muestran la incompatibilidad entre el modelo agrícola y forestal a gran escala y la protección de la salud de la población.
El uso masivo de agrotóxicos constituye hoy una amenaza para la salud mucho más grave que la de la gripe AH1N1 o la del dengue. Sin embargo, mientras se adoptan medidas preventivas --que aplaudimos- para evitar la propagación de esas dos enfermedades, poco y nada se hace frente a la continua expansión del uso de agrotóxicos en todo el país. Esperemos que las nuevas autoridades aborden el tema salud en su sentido más amplio y que incluyan en su agenda de medicina preventiva el grave problema sanitario que hoy implica el uso masivo de agrotóxicos.
Todo esto aunque los gobiernos no se enteren
considera importante destacar algunos factores que conspiran contra la salud de la población, como forma de promover acciones para prevenirlos.
* * En nuestro país, dicen los uruguayos, la producción agrícola y forestal ha crecido sustancialmente en los últimos años y ello ha traído aparejado un aumento* *importante del uso de agrotóxicos, que han contaminado nuestras aguas, suelo y aire, afectando la vida de muchos seres vivos, incluyendo la nuestra. Para ilustrar esto, basta con hacer un recorrido rápido de lo que ha sucedido en los últimos meses en Uruguay con respecto a la contaminación del agua en distintos puntos del país.
En febrero, funcionarios de OSE dieron a conocer que los niveles de atrazina se habían duplicado en el agua del río Santa Lucía, que abastece de agua potable a la mitad de la población del país. La atrazina es un herbicida usado ampliamente en la agricultura industrial y que plantea riesgos para la salud de los seres humanos. Se sabe que la atrazina es un importante disruptor endocrino, que interfiere con la
actividad hormonal de animales y de seres humanos, aún en dosis extremadamente bajas. ¿No parece sensato prohibir entonces su uso?
Entre mediados de febrero a fines de marzo se constataron importantes mortandades de peces en distintos lugares del país. De acuerdo con las poblaciones afectadas, tales mortandades se vinculan al uso de
agrotóxicos, de lo cual se deduce que, más allá de que los peces mueran o no, estamos frente a la contaminación del agua de la que se abastecen numerosas personas. Es decir, que su salud está en riesgo. También estará en riesgo la salud de los pescadores y la de sus compradores si consumen pescados contaminados con agrotóxicos. En el caso extremo de mortandades masivas de peces, se afectará además la salud de comunidades locales que habitualmente incluyen el pescado en su dieta y que se verán
privadas del mismo. ¿Se seguirá permitiendo este ataque a la salud?
La contaminación derivada del modelo de agricultura industrial no se limita al agua, sino que también afecta al aire. Sobre este tema vale recordar que en noviembre de 2008 el Ministerio de Ganadería,
Agricultura y Pesca reguló las aplicaciones de agrotóxicos en las cercanías de las escuelas rurales, autorizando las aplicaciones terrestres a una distancia de 30 metros de las escuelas y las
fumigaciones áreas a 50 metros. A pesar de que durante el 2009 se demostró repetidas veces por distintos organismos lo insuficiente de esta regulación, ésta no fue cambiada y la salud de los niños y sus
maestras sigue estando en grave riesgo por tales aplicaciones.
Lo anterior son solo algunos ejemplos que muestran la incompatibilidad entre el modelo agrícola y forestal a gran escala y la protección de la salud de la población.
El uso masivo de agrotóxicos constituye hoy una amenaza para la salud mucho más grave que la de la gripe AH1N1 o la del dengue. Sin embargo, mientras se adoptan medidas preventivas --que aplaudimos- para evitar la propagación de esas dos enfermedades, poco y nada se hace frente a la continua expansión del uso de agrotóxicos en todo el país. Esperemos que las nuevas autoridades aborden el tema salud en su sentido más amplio y que incluyan en su agenda de medicina preventiva el grave problema sanitario que hoy implica el uso masivo de agrotóxicos.
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