domingo, 31 de octubre de 2010

BIODIVERSIDAD en Nagoya no se llega a buen puerto


Con motivo de la décima conferencia de la ONU sobre diversidad biológica, celebrada en Nagoya (Japón) hasta el 29 de octubre, las personalidades y especialistas en medio ambiente  dieron  su opinión sobre la conservación, uso e intercambio de la diversidad biológica y sus recursos.
La cumbre de Nagoya debe ser el arquitecto de un plan de acciones concretas para detener al hombre y cambiar su situación de desventaja y conscientemente sobre el  medio del que depende ", dice Bruno Genty. Negociar un reparto de los beneficios de la explotación de la biodiversidad, dice Yann Wehrling, sin embargo, no resolverá la erosión biológica. La destrucción de la naturaleza tiene un costo, pero la naturaleza no tiene precio, , dijo apoyando  Eva Joly Sandrine Aries. Pero los servicios de la financiación  del ecosistema ya está en marcha, y lo deploramos dicen Inés Bertrand y Françoise Degert.
El miedo al fracaso de las negociaciones en Nagoya pone en duda la capacidad de la comunidad internacional a asumir sus responsabilidades con respecto a las generaciones futuras. Yann Wehrling aboga por un tribunal de la opinión mundial sobre el clima y la biodiversidad, y Aries Sandra y Eva Joly , diputadas Europa, quieren que  la diversidad biológica se  convierta  en uno de los indicadores de la riqueza y el bienestar.
Ambas dijeron antes que  el primer reto para la comunidad internacional reconocen que el fracaso de sus estrategias anteriores está relacionada con el mito fundacional dos de nuestros modelos de desarrollo: el de liberar recursos naturales inagotables, y la convicción inquebrantable de que la tecnología de la inteligencia humana siempre se puede cumplir con las fallas improbable de la naturaleza.
En estas negociaciones, la Unión Europea (UE) tiene una responsabilidad especial. Se incluyen asegurar que el protocolo sobre el acceso a los recursos genéticos no conduce al reconocimiento internacional de la posibilidad de patentar la vida, a través de un sistema que legaliza la "biopiratería" y abriendo la puerta a la mercantilización de la biodiversidad.
Por otro lado en muchos lugares de los países emergentes hay regiones más pobres que siguen insistiendo, por brutos y ciegos, en hacer emprendimientos como el de Ayui, que no solo  es nefasto para la biodiversidad y la socio economía, y el ambiente en general.

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