Hoy se cumple un nuevo aniversario del nacimiento de Urquiza
Hoy, 18 de octubre, se cumple un nuevo aniversario del nacimiento de Justo José
de Urquiza, ocurrido en el año 1801 en Talar de Arroyo Largo, hoy Arroyo
Urquiza, en el entonces Virreynato del Río de la Plata.
Fue gobernador de Entre Ríos, vencedor de Juan Manuel de Rosas, gran impulsor
de la organización nacional y primer presidente constitucional de los
argentinos.
Estudió en el Colegio de San Carlos y a su regreso a Entre Ríos se dedicó al
comercio.
Concepción del Uruguay lo nombró oficial del cuerpo de cívicos, que se
encargaba del orden en la ciudad y en el campo. Ese fue su primer contacto con
la política. Urquiza se inclinó por el federalismo e inició su carrera política
que lo llevó a los 25 años a ser electo diputado de la legislatura provincial.
En 1832 fue designado comandante general del Segundo Departamento Principal.
Era el cargo que seguía en jerarquía al de gobernador. Cuando el gobernador entrerriano
Pascual Echagüe dejó su cargo, la Cámara de Representantes eligió a Justo José
de Urquiza en su reemplazo, quien asumió el 15 de diciembre de 1841.
Además, Urquiza, como federal, participó de numerosas batallas. Persiguió a
Rivera hasta derrotarlo definitivamente. Quedaba José María Paz, el genial
estratega unitario, que se había adueñado de la provincia de Corrientes y
dirigía las operaciones comandadas por el gobernador correntino Joaquín
Madariaga. Urquiza organizó una rápida campaña y Madariaga fue derrotado en
Laguna Limpia tras lo cual firmaron los Tratados de Alcaraz, donde reiteraban
la vigencia del Pacto Federal de 1831. Los acuerdos de Alcaraz le cayeron muy
mal a Rosas, el que presionó hasta hacer fracasar a los mismos.
Urquiza volvió a ocuparse personalmente de las tareas de gobierno, sobre todo a
promover la educación popular. Para 1848 ya había escuelas públicas en todos
los distritos de la Provincia. En 1850 Entre Ríos era una de las provincias más
prósperas de la Confederación.
Rosas adoptaba varias medidas que afectaban la economía de los entrerrianos.
Pero sucedió algo: año tras año, argumentando razones de salud, Rosas
presentaba su renuncia a la conducción de las relaciones exteriores de la
confederación, en la seguridad de que no le sería aceptada. Pero en 1851 el
gobernador de Entre Ríos emitió un decreto conocido como el Pronunciamiento de
Urquiza, en el cual aceptaba la renuncia de Rosas y reasumía para Entre Ríos la
conducción de las relaciones exteriores. Claro que Rosas no estaba de acuerdo
con esto y ambos gobernadores se enfrentaron. Urquiza avanzó sobre Buenos
Aires, derrotando a Rosas en la Batalla de Caseros, el 3 de Febrero de 1852.
Tras el triunfo, Urquiza buscó aliados políticos; pero las cosas habían
cambiado: rosistas y antirrosistas de Buenos Aires se unieron para asegurar la
unidad bonaerense frente a los avances del interior. Urquiza convocó a los
gobernadores de las provincias a firmar un acuerdo en San Nicolás, el 31 de
mayo de 1852, con el objetivo de lograr un consenso que permitiera la sanción
de una definitiva constitución. El acuerdo quitaba protagonismo al poder
central que se ejercía desde Buenos Aires. La legislatura bonaerense rechazó el
acuerdo.
A pesar de esto, en Santa Fe, se reunió el Congreso Constituyente. “Las Bases”
de Alberdi y el modelo de Constitución de Estados Unidos, sirvieron como puntos
de partida en la redacción del texto final de la Constitución de 1852. Los
porteños y sus seguidores estaban más que molestos. Urquiza, mientras tanto,
nacionalizó la Universidad de Córdoba y el Colegio Monserrat; incentivó la
inmigración europea para tareas agrícolas; estableció las aduanas de Bahía
Blanca, Rosario y Paraná; liberó la navegación del Río de la Plata y sus
afluentes al comercio internacional; inauguró la Administración General de
Correos Nacionales y nuevas rutas interprovinciales; creó la Diócesis del
Litoral afianzando las relaciones diplomáticas con la Santa Sede; logró que
Inglaterra reconozca como único gobierno a la Confederación Argentina; fomentó
la enseñanza y los estudios científicos. Pero los problemas económicos del
interior eran estructurales: faltaban tierras, capitales y no había suficiente
mano de obra. Además, el circuito económico del Litoral no cerraba: para
comerciar con el exterior, necesariamente las mercaderías -que salían del
puerto de Rosario- debían pasar por la aduana de Buenos Aires, y pagar allí
fuertes sumas. Incluso, llegó el momento en que un decreto del Gobernador
Alsina prohibía el paso por aguas porteñas de productos de la Confederación. La
guerra estaba cantada.
Los dos ejércitos se encontraron en Cepeda el 23 de octubre de 1859. Las tropas
porteñas, al mando de Mitre, cayeron derrotadas. Se firmó entonces el pacto de
San José de Flores. Eso fue el 11 de noviembre de 1859. Pero Buenos Aires no
ingresaba a la Confederación a pesar del pacto, por lo que las fuerzas porteñas
y del interior se enfrentaron nuevamente, esta vez en Pavón el 17 de septiembre
de 1861. En un combate dudoso y confuso, Urquiza retiró sus tropas, teniendo
superioridad numérica y pudiendo dar la estocada final. Pero le dejó el triunfo
a Mitre.
Urquiza, en 1868 volvió a la vida política presentándose como candidato a
presidente. Fue derrotado por Sarmiento quien a poco de asumir apoyó su
nombramiento como gobernador de Entre Ríos y lo visitó en su palacio de
Concepción del Uruguay.
El abrazo con Sarmiento, el principal responsable de la muerte del Chacho
Peñaloza, le costará muy caro a Urquiza. El 11 de abril de 1870, un grupo
armado irrumpió en el Palacio San José al grito de ´¡Muera el traidor
Urquiza!´. El general le salió al encuentro a defenderse a tiros pero cayó
herido por un certero disparo y, una vez en el piso, la partida montonera lo
ultimó a puñaladas.
Hay que admitir que el asesinato de Urquiza contó con apoyo de muchos
entrerrianos. Esto se debió a varias actitudes: 1) la retirada de la batalla de
Pavón que fuera la oportunidad de vencer por completo a los porteños,
comenzando de esta manera el inicio del fin del federalismo; 2) su neutralidad
frente al bombardeo de Paysandú cuando los federales entrerrianos pedían
defender a la ciudad oriental; 3) su participación en la guerra contra el
Paraguay cuando los federales entrerrianos entendían que Paraguay no era
enemiga, sino que los enemigos eran el reino de Portugal, Brasil, y los
porteños; 4) las maniobras para evitar la elección de López Jordán.
Claro está que ninguna de estas cosas resta méritos a Justo José de Urquiza en
su obra mayor que fue organizar la Nación
TOMADODE FACE DE GUSTAVO SUR // /CHAJARI ER
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