La necesidad de un cambio de modelo de desarrollo
Crece el agro y también el hambre
Fracasó el proyecto político agroexportador. La producción
agroalimentaria debe convertirse en el motor de desarrollo en regiones
extrapampeanas, con generación de trabajo y dinamización de las economías
locales.
Por María Rizzo * y Matías Strasorier **
24 de octubre de 2021 - 00:42
Las exportaciones están en su mayor nivel desde 2013.
Argentina tiene la capacidad de producir alimentos para casi
450 millones de personas, alrededor de 10 veces su población, pero el 8,2 por
ciento de los hogares no llega a cubrir con sus ingresos la canasta básica
alimenticia.
Esta combinación desigual del desarrollo muestra el fracaso
del proyecto político de país que predominó en 210 años de historia, cuya
política económica estuvo centrada en la renta de los dueños de las tierras y
las ganancias de los comerciantes portuarios. Los gobiernos populares que
impulsaron un proyecto nacional, inclusivo y federal, como Perón en 1945-55,
Cámpora y Perón en 1973-75 y Néstor y Cristina 2003-2015, no llegaron a
consolidarse en el tiempo.
De esta manera, mientras en Europa y Estados Unidos
crecieron y se desarrollaron los capitalismos nacionales, en Argentina y en
Latinoamérica, se profundizaron las desigualdades sociales, económicas y
ambientales.
Condiciones
La estructura de la actividad agroalimentaria argentina se
basa en tres condiciones que se conjugan en su zona núcleo, para convertir el
sector cerealero y oleaginoso en uno de los más competitivos a nivel global: 1)
clima y suelos con características excepcionales para la agricultura, que
otorgan condiciones naturales de alta productividad; 2) vía fluvial con salida
al océano Atlántico próxima al polo de producción y 3) conocimiento de punta
aplicado, producto de una estructura basada en las universidades, CONICET, INTA
e INTI, entre otros organismos.
Esto convierte al sector en el principal generador de
divisas. Del total de las exportaciones argentinas, el 32,7 por ciento son
productos primarios y el 36,2 por ciento son manufacturas de origen
agropecuario. Es decir que más del 65 por ciento de las ventas al exterior
provienen de quienes trabajan la tierra y producen alimentos. ¿Qué destino
tienen y qué proyecto de país abonan estás divisas que el sistema social de
producción argentina genera?
Momento de igualar
Hay varios temas que están dando vuelta en la agenda
productiva argentina. Entre ellos se destaca el proyecto de la producción
porcina para la exportación a China, el trigo HB4, el plan Ganadero, el
concurso de Vicentin y la licitación del Dragado y Balizamiento de la Cuenca
del Plata. Todos ellos tienen relevancia en la generación de divisas y en la
producción de alimentos.
El problema es si estos proyectos se realizan bajo los
lineamientos de un proyecto que fracasó en lo económico, lo ambiental y lo
social y que no pudo lograr que la Argentina crezca y se desarrolle.
Actualmente, existe la oportunidad de romper paradigmas. Se
puede hacer que las producciones agroalimentarias sean los motores de
desarrollo en regiones extrapampeanas, logrando generar trabajo y dinamizando
las economías locales.
Por ejemplo, se puede promover la producción de carne vacuna
o porcina en las provincias de Cuyo o el Noroeste Argentino, destinadas al
abastecimiento y comercialización local, lo cual generaría puestos de trabajo
directos e indirectos, reduciendo el costo social de la desocupación, el costo
ambiental y económico de transporte y flete y el costo económico de cadenas largas
por exceso de intermediación. Pero sobre todo, liberaría un saldo exportable en
las regiones de mayor competitividad productiva global, por ende mayor
generación de divisas.
* Maestranda en Desarrollo Regional y Políticas Públicas de
Flacso y codirectora del CEA
** Director del Centro de Estudios Agrarios (CEA)
TOMADO DE PAGINA 12 DE AR
No hay comentarios:
Publicar un comentario