DE CÓMO CRISTÓBAL COLON NO HABRÍA
DESCUBIERTO AMÉRICA
Galvano Fiamma, el
monje italiano que escribió sobre la existencia de América en el siglo 14
Eso es mucho antes que Cristóbal Colón zarpara en su aventura a través del Atlántico.
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Que los vikingos cruzaron el Atlántico mucho antes de que el
navegante genovés estuviera bien establecido, es conocido. Sus sagas hablaban
de expediciones a la costa del Canadá actual: a Helluland, que los estudiosos
han identificado como la isla de Baffin o Labrador; Marklandia (Labrador o
Terranova) y Vinlandia (Terranova o un territorio más al sur). En 1960 se
encontraron los restos de edificios nórdicos en Terranova.
FIG. 1
Pero no había pruebas que probaran que nadie fuera del norte
de Europa hubiera oído hablar de América hasta el viaje de Colón en 1492. Hasta
ahora…
Un artículo para la revista académica Terrae Incognitae (1) (de Paolo Chiesa, profesor de
literatura latina medieval en la Universidad de Milán, revela que un monje
italiano se refirió al continente en un libro que escribió a principios del
siglo XIV.
Dejando de lado la
reserva de erudito que caracteriza su monografía, Chiesa describe la mención de
Marklandia (latinizado a Marckalada) como «asombrosa».
En 2015, el italiano
rastreó hasta una colección privada en Nueva York la única copia conocida de la
Cronica universalis, originalmente escrita por un dominico, Galvano Fiamma,
entre 1339 y 1345. El libro perteneció a la biblioteca de la basílica de San
Ambrosio, en Milán. En la época napoleónica, el monasterio fue suprimido y su
contenido esparcido.
Cronica universalis, escrita en latín, aún no se ha publicado;
sin embargo, está prevista una edición, en el contexto de un programa académico
y educativo promovido por la Universidad de Milán.
FIG. 2 Profesor Paolo Chiesa.
El propietario de la
Cronica dejó que Chiesa fotografiara todo el libro y, a su regreso a Milán, el
profesor entregó las fotografías a sus estudiantes de posgrado para que las
transcribieran. Hacia el final del proyecto, una de las estudiantes, Giulia
Greco, encontró un pasaje en el que Galvano, después de describir Islandia y
Groenlandia, escribe: «Más al oeste hay otra tierra, llamada Marckalada, donde
viven gigantes; en esta tierra hay edificios con losas de piedra tan enormes
que nadie podría construirlos, excepto enormes gigantes. También hay árboles
verdes, animales y una gran cantidad de pájaros».
Chiesa dice que los gigantes eran un adorno estándar de
lugares lejanos en el folclore nórdico y, de hecho, Galvano advirtió que
«ningún marinero pudo saber nada con certeza sobre esta tierra o sus
características».
El dominicano fue escrupuloso al citar sus fuentes. La
mayoría eran literarias. Pero, inusualmente, atribuyó su descripción de
Marckalada al testimonio oral de «marineros que frecuentan los mares de
Dinamarca y Noruega». FIG.5 Comerciantes
escandinavos
No tenemos pruebas de
que los marinos italianos o catalanes llegaran alguna vez a Islandia o
Groenlandia en ese momento, pero ciertamente pudieron adquirir tales
conocimientos de los comerciantes escandinavos.
Chiesa cree que sus relatos probablemente fueron
transmitidos a Galvano por marinos en Génova, el puerto más cercano a Milán y
la ciudad en la que es más probable que el monje dominicano haya estudiado para
su doctorado.
Su tesis plantea una nueva pregunta: ¿por qué la costa este
de América no figura en ningún mapa genovés conocido de la época? Pero también
podría responder por qué Colón, un genovés, estaba dispuesto a partir hacia lo
que la mayoría de los contemporáneos consideraban un vacío sin tierra.
Sin duda, una de las cosas más interesantes de la supuesta
descripción de América que hace el eclesiástico italiano es aquella que habla
de que «en esta tierra hay edificios con losas de piedra tan enormes que nadie
podría construirlos, excepto enormes gigantes». En este punto es inevitable
relacionar el relato con un retrato de las grandes pirámides mesoamericanas,
como aquellas de Chichén Itzá o Teotihuacán —esta última con un gran misterio
en cuánto a quiénes las construyeron realmente
Teotihuacán hoy en
día.
La grandeza de estas
ciudades habitadas por mayas y aztecas, empequeñecen cualquier urbe europea de
la época; de allí la mención de gigantes para justificar semejantes maravillas
arquitectónicas.
También cabe recordar que otros mapas antiguos, el 9 de
noviembre de 1929 fueron encontrados en el museo de Topkapi, en Estambul, dos
fragmentos de mapas del mundo confeccionados en 1513 y 1528 por el almirante
turco Piri Reis. (2) FIG. 4 y 5
Desde 1953 han sido objeto de los estudios de diversos
especialistas, y las conclusiones a que se ha llegado son sorprendentes. En
estos mapas se ve el Océano Atlántico y las costas americanas, europeas,
africanas, árticas y antárticas. La zona comprendida entre Terranova y el sur
de Brasil aparece con una exactitud impresionante considerando la época en que
fueron trazados, y esto hace pensar que mucho antes de Colón, mucho antes
incluso que los vikingos (Leif Ericson, en 1002), el continente americano ya
era conocido y muestran una cartografía de América que incluye la Patagonia,
algo que solo puede responder por un conocimiento muy anterior de lo pensado
sobre los límites de este «Nuevo Mundo».
En 1562, Diego
Gutiérrez, un cartógrafo español de la respetada Casa de la Contratación, y
Jerónimo Cock, un grabador notable de Amberes, colaboraron en la preparación de
un espectacular y ornamentado mapa de lo que en aquel entonces se refería como
la cuarta parte del mundo, América. En la Patagonia se observa el dibujo de un
par de gigantes. Y hablando de la Patagonia, aquí podríamos traer a colación
los gigantes de hasta 3 metros de altura de los que habló Antonio Pigafetta en
su viaje con Fernando de Magallanes en 1520, diciendo que estos patagones «eran
tan altos» que el más alto de los europeos «sólo le llegaba hasta la cintura»
1)-https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/00822884.2021.1943792
2-VIDEO https://youtu.be/pUaNbJy61gU
FUENTES: Terrae Incognitae y The Economist/Phys.org
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Periodista de Investigación – FLACSO
Para la ASOCIACION ECOLOGICA RIO MOCORETA
Las imágenes fueron tomadas de la Web
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