DECLARACIÓN DE OILWATCH
COP17, Durban, diciembre 2011
1. A pesar de las señales económicas, ambientales, sociales sobre la urgencia -ya impostergable- de abandonar la dependencia a los combustibles fósiles, las empresas y países continúan atándose con nuevos proyectos de carácter petrolero, con la ampliación de las fronteras y de explotación de otras formas no convencionales de petróleo con diferentes mecanismos de control (que incluyen el militar y económico) de reservas que incluyen invasiones, ocupaciones y una serie de negocios oscuros.
2. Con las intervenciones en Libia, la amenaza sobre Siria, la negativa a abandonar el control militar en Afganistán e Iraq, se rebela que continua la estrategia de control militar: “El pueblo americano ha entendido que es mucho más fácil y divertido ir a la guerra del Golfo y sacar a patadas el petróleo de Medio Oriente que hacer sacrificios para limitar el consumo del petróleo importado por los americanos”1; “América puede hacer cualquier cosa que se proponga”2.
3. Los países industrializados se han situado en posiciones estratégicas, ya sea con empresas petroleras, una veces estatales y otras privadas, como con inversiones financieras o con industrias vinculadas como la automotriz o la química, para mantener vigente el modelo y lucrar de los negocios petroleros.
4. Las hegemonías, nuevas como lo es China -que ya representa una potencia mundial-, o las viejas que se han construido sobre el patrón petrolero, dependen de buscar, extraer, ocupar y controlar territorios con combustibles fósiles.
5. Es muy difícil tener una idea de la importancia y magnitud de los hidrocarburos. El urbanismo moderno es petrolero, depende de él como fuente energética y de transporte, y excreta petróleo en sus más de 1’700.000 de toneladas de basura diarias3. La ruralidad moderna es petrolera, consume más de 136 millones de toneladas de agrotóxicos y de fertilizantes, millones de toneladas de insecticidas, fungicidas, y otros químicos y depende además de la maquinaria y transporte de los productos agrícolas. Los sistemas de salud y alimentación, se van haciendo cada vez más petroleros a medida que se abandona la soberanía alimentaria y de la salud.
6. El consumo primario de energía, creció en un 5.6% en el 2010, siendo el más grande crecimiento en términos de porcentajes desde 1973. El aumento se da en todas las regiones, particularmente en China4. La dependencia a los combustibles fósiles (carbón, gas y petróleo) se mantiene.
7. La relación reservas-producción (R/P)5 coloca en el escenario de mayores reservas mundiales a América Latina (93.9) y a medio oriente (81.9), seguidos por África (35.8) y Asia Pacifico (14.8). Todas esas reservas se convierten artificialmente en reservas comerciales, sobre la base de trasladar a los Estados gran parte de los costos de extracción e ignorar las limitaciones ecológicas. Este método ignora el valor inherente y los derechos de la madre tierra y permite la creación artificial del valor de cambio con el propósito de colocar a la naturaleza en el mercado.
8. La petro-dependencia, se sostiene con estrategias privadas y estatales que incluyen, ya sea la violencia directa o la indirecta con el bombardeo publicitario, el lavado verde y la corrupción política. Se trata de una estrategia que, a pesar del repudio local, de los impactos ambientales, de las ilegalidades económicas, y a pesar de la crisis general a la que está ligada, se sostiene e incluso se impone como prioritaria.
EL capitalismo petrolero se expande y se recicla
9. La búsqueda de combustibles fósiles se mantiene como una prioridad nacional bajo premisas del siglo pasado de crecimiento y bienestar ignorando los perjuicios de estas actividades sobre las poblaciones y sobre el patrimonio nacional y planetario.
10. Bajo el argumento del interés nacional, los Estados ya no solo permiten estas operaciones sino que se ponen al servicio de la extracción, ya sea otorgando beneficios contractuales, asumiendo el papel de relacionadores comunitarios y construyendo garantías de seguridad para los proyectos extractivos,
11. Las campañas de búsqueda y extracción de más combustibles fósiles, construyen un escenario en donde el reconocimiento de derechos colectivos y ambientales, entra en franca crisis con las políticas extractivas que requieren de acelerar las formas de ocupación y despojo.
12. Bajo propuestas de “pago por servicios ambientales” “programas de absorción de emisiones”, “programas de conservación de bosques”, “repartición de beneficios”6, “empresas extractivas con participación de indígenas” y una serie de sistemas de endeudamiento encubierto y cooptaciones, se han construido herramientas de ocupación y control de territorios, entre las que están los proyectos REDD, que en muchos casos abren el paso a las industrias extractivas y que se constituyen en estrategias para mantener y expandir el capitalismo, aunque ahora tenga una imagen verde.
13. El capitalismo petrolero no solo se expande y somete a las últimas fronteras, sino que penetra las culturas, con alcoholismo, consumismo, individualismo, se instala en las mentes y los cuerpos para terminar por desechar a las personas, a las relaciones y prácticas comunitarias que le incomodan.
14. A las comunidades que se oponen o resisten a estos procesos de ocupación se las condena, reprime o criminaliza. Los nuevos, delincuentes, “enemigos del desarrollo” y terroristas, son los indígenas y los defensores de la naturaleza7.
15. Adicionalmente la construcción de la nueva unidad de valor global: “el carbono” ha creado la idea de que el cambio climático es el único problema global relacionado con el consumo energético, desconociendo la destrucción de las redes de la vida, la contaminación, la acumulación de basura, las enfermedades que provoca tanto la extracción como el consumo de derivados y finalmente todos los impactos sociales y económicos, que afectan, cuando no destruyen, la estabilidad ecológica de las sociedades.
16. El carbono es una nueva “mercancía” que permite no solo alargar la vida del capitalismo petrolizado sino ampliar los territorios bajo su control, sometiendo a los mares, a la atmósfera, a los bosques, a una nueva ocupación: la de convertirlos en “sumideros”.
17. A esto se suman las nuevas propuestas de los llamados servicios ecosistémicos que no dejarán nada fuera del mercado, junto con un profundo proceso de financiarización del agua, la biodiversidad y de todos los componentes, ciclos y funciones de la naturaleza.
18. Las nuevas tecnologías: geoingenieria, nanotecnología, biología sintética y otras, algunas de las cuales se presentan como herramientas para enfrentar los cambios climáticos, suponen nuevas amenazas y conflictos, y perpetuán la lógica de sobre-consumo y sobre producción y el capitalismo salvaje.
19. Existe una deliberada y provocada ignorancia con relación a los ciclos energéticos, humillando a los ciclos naturales como es la fotosíntesis -y el sol-, denigrando el trabajo humano, la creatividad, la inventiva y las culturas, promoviendo el conocimiento parcial de los ciclos artificiales basados en la quema de combustibles fósiles.
Oilwatch propone colocar al petróleo, al gas y al carbón, en el centro de las discusiones nacionales e internacionales
20. Los países y pueblos que aspiran a romper con la dominación y buscan caminos soberanos, deben enfrentar el hecho de que el petróleo supone un encadenamiento con la dominación. Someter nuevos territorios a la expansión del capitalismo petrolero, supone renunciar a espacios y proyectos de emancipación del capitalismo petrolizado.
21. Lo países y pueblos que construyen relaciones internacionales de dignidad, deben irrumpir en los escenarios internacionales, desmontando las nuevas estrategias de control y dominación, que incluyendo al ambiente como pretexto, consolidan propuestas antiecológicas, sostienen modos de vida imperiales, y perfeccionan nuevas formas de colonialismo.
22. La actual agenda energética, continúa creando frenos a las energías limpias, descentralizadas y de bajo impacto, sacrifica la alimentación por los agrocombustibles, apresa a los ríos para beneficiar a un sector de poder, propone el retorno victorioso de la cuestionada energía nuclear, justifica las campañas militares y políticas para ocupar los territorios en donde hay hidrocarburos
23. Mientras antes enfrentemos el cambio energético, tendremos mejores oportunidades. Se requieren prácticas, tecnologías y actividades que construyan la autonomía energética individual y colectiva, recuperen la relación armónica e interdependiente entre las soberanías alimentaria, energética, lúdica y permitan el salto necesario de un patrón tecnológico destructivo al desarrollo de fuerzas productivas constructivas que resitúen la especie humana dentro de los límites físicos y ecológicos del planeta tierra.
24. Inscritos en las comunidades hay muchos conocimientos, prácticas y saberes, relacionadas con los ciclos energéticos, que son verdaderos ejercicios de resistencia frente al capitalismo petrolizado. El reto es rescatar esos saberes ancestrales, potenciar la inventiva, recuperar las tecnologías duraderas y desarrollar los espacios vitales de crecimiento cultural y humano.
25. Hay muchas luchas contra la civilización petrolera: la lucha contra la crisis climática, por las soberanías nacionales, por la paz en contra de la guerra, las luchas contra los agroquímicos, las luchas de resistencia de los pueblos indígenas y campesinos, las luchas contra la acumulación y producción de basura, las luchas por aire limpio en las ciudades, los que promueven el uso de bicicletas en vez de autos, las luchas contra el sistema financiero y tal vez muchas otras luchas de las que no conocemos o no somos conscientes aún.
26. El mundo no puede seguir fingiendo no saber que el uso de combustibles fósiles en la energía y en otras actividades de producción es la principal causa del calentamiento global. En lugar de rodear el tema con interminables negociaciones que acaban en la entronización de las falsas soluciones, hacemos un llamado a la acción real por frenar esta senda de la civilización.
Oilwatch como red de resistencia a las actividades petroleras, invita a las organizaciones, sindicatos, pueblos indígenas, campesinos, iglesias, intelectuales y académicos, a reconocernos parte de este proceso de cambio civilizatorio y a compartir experiencias prácticas, luchas de resistencias de distinta índole, y con ellas, dar las puntadas que nos acerquen a un mismo tejido que nos cobije.OILWATCH INTERNACIONAL
Nnimmo Bassey
nnimmo@eraction.org
OILWATCH SUDAMÉRICA
informacion@oilwatchsudamerica.org
www.oilwatchsudamerica.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario