EL SHOW DEBE CONTINUAR
Mónica López Baltodano*
Lo cierto es que todos los países del mundo, salvo la objeción explícita de Bolivia, dieron su aval político a los Acuerdos de Cancún; sin embargo, pareciera que muchos países del sur quisieran ahora retractarse de lo acordado o quizás apenas comienzan a dimensionar la carga adicional de compromisos que resultan de dicho acuerdo para los países en desarrollo, muy a pesar de las amplias responsabilidades históricas que competen a los países desarrollados como principales causantes del calentamiento global.
A la fecha, nadie puede pronunciarse con certeza acerca de los resultados reales que producirá la COP 17 a realizarse a finales de 2011 en Durban, Sudáfrica; sin embargo, los retos están claramente planteados y no hay mar de sutilezas ni espectáculo mediático que pueda esconderlos. Las concentraciones de GEIs se han elevado, a pesar de la recesión económica. El año 2010 ha sido declarado –por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos - como el segundo año más caliente, después del 2005, desde que se inició el registro de las temperaturas en 1880. El Niño y La Niña fueron los patrones de variabilidad climática de mayor impacto durante el 2010, junto a eventos climáticos extremos como las inundaciones en Pakistán, que desplazaron a más de 20 millones de personas. Según el Índice del Riesgo Climático Global 2011 de Germanwatch, más de 650,000 personas murieron durante el período 1990-2009 como resultado directo de más de 14,000 eventos climáticos extremos, cuyas pérdidas ascendieron a más de US$ 2.1 trillones de dólares. Infelizmente, Honduras y Nicaragua están en el ranking de los países más afectados a nivel mundial.Sabiendo lo anterior, el Protocolo de Kyoto, con todo y sus deficiencias, es aún el único instrumento internacional que establece compromisos de reducción de emisiones para los países desarrollados, y está próximo a expirar en 2012. Estados Unidos arrogantemente ha reiterado que no se comprometió ni se comprometerá bajo Kyoto, mientras que Japón, Rusia y Canadá han anunciado su completo desinterés por un segundo período de compromisos. Con ello existe una tensión creciente que va más allá del futuro del Protocolo de Kyoto y que implica el cuestionamiento de la capacidad real de Naciones Unidas para engendrar compromisos globales, ambiciosos y vinculantes que se impongan sobre la dinámica económica mundial responsable de esta grave crisis climática. No es sorpresa por ello que CEPAL, en su informe sobre La Economía del Cambio Climático presentado recientemente, haya señalado que “los resultados confirman que el cambio climático es el mayor fracaso del mercado jamás visto”, ni tampoco sorprende que el lobby de las grandes transnacionales asociadas a los combustibles fósiles sea más poderoso que el clamor de los pequeños estados islas que van rumbo a desaparecer por el crecimiento del nivel del mar.
Durante el mes de septiembre 2011 se realizará la última sesión, previa a la COP 17, la que tendrá lugar, por primera vez en Centroamérica, tomando como sede Panamá. Será, sin duda, oportunidad para que Latinoamérica pueda movilizarse y poner presión adicional en este proceso de negociaciones sobre cambio climático en cuyas manos está, retomando las palabras del Secretario General de Naciones Unidas Ban-Ki Moon, “el problema geopolítico y económico más importante del siglo XXI… un problema que reescribe la ecuación mundial del desarrollo, la paz y la seguridad”.
* Oficial de Incidencia para Cambio Climático - Centro Humboldt Mónica López Baltodano
Oficial de Incidencia Cambio Climático
Centro Humboldt
Nicaragua
www.humboldt.org.ni
No hay comentarios:
Publicar un comentario