Escrito por Ronald Miterrand Ruiz
“Los datos andan en más de 2,000 hectáreas (deterioradas), pero estamos en el proceso de delimitar bien el dato.”Herman Rosa Chávez, titular del MARN
“Una costa sin bosque es como que esté desnuda. Sin base ecológica, vegetativa y biológica. Cero amortiguamientos.”
Nathan Weller, director de Eco Viva
El Fondo de la Iniciativa para las Américas (FIAES) realizó un foro en el que junto a Eco Viva, Mongrove Action Proyect y la Asociación Mangle abordaron los desafíos para la restauración de los manglares en El Salvador. El objetivo fue generar un espacio de diálogo e incidir en los diversos actores para la implementación de acciones de recuperación, ya que la pérdida de bosques salados vulnera las zonas costeras ante la amenaza de fenómenos naturales como inundaciones y huracanes.
El ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Herman Rosa Chávez, manifestó ayer que “los datos andan en más de 2,000 hectáreas, pero con fotografías aéreas estamos en el proceso de delimitar bien el dato sobre mangle deteriorado.
Según el funcionario, lo importante será intervenir estas zonas con el Programa Nacional de Restauración de Ecosistemas.
En deterioro
Desde 1950 El Salvador ha perdido el 60% del manglar, ya que para entonces había unas 100,000 hectáreas de bosque salado, mientras que en la actualidad se han identificado 40,000, según FIAES.
La pérdida de bosque salado es típica en todo el mundo y se debe a la extensión de la frontera agrícola, cambio en el uso de la tierra, la deforestación y factores determinantes naturales como cambios hidrológicos.
Para FIAES, la restauración y manejo sostenible de estos ecosistemas es valiosa porque, según el Índice de Riesgo de Cambio Climático 2009 de Germanwatch, nuestro país es el más vulnerable en el mundo, por lo que es urgente y esencial desarrollar medidas de adaptación a los efectos de este fenómeno.
“El mangle es donde se reproducen especies como cangrejos, punches y ostras, que son de gran interés para las comunidades costeras. Si no hay mangle, no hay producción; entonces, es importante la restauración para poder garantizar la pesca, actividades económicas y alimentación de la población costera marina”, dijo Jorge Alberto Oviedo, gerente general de FIAES.
Dicho fondo ha trabajado en la rehabilitación de bosques salados con 11 comunidades en diferentes sitios costeros del país.
Sus autoridades explicaron que la comunidad comienza los proyectos con escepticismo, pero que a través de una adecuada educación y una cultura ambiental, los pobladores colaboran con éxito.
A su juicio, los habitantes costeros poseen un potencial especial que radica en que, de una manera natural y empírica, conocen cómo es la relación ecológica del mar con la hidrología y oceanografía del lugar.
Es una iniciativa en la que también se involucra a la comunidad costero-marina como protagonista indispensable para su éxito. Además, hace uso de ecología e hidrología del ecosistema.
Nathan Weller, director del Programa de Política Ambiental de Eco Viva, explicó que “una costa sin bosque es como que esté desnuda. Sin base ecológica, vegetativa y biológica. Cero amortiguamientos frente a inundaciones, huracanes y tsunamis”.
Miembros de FIAES mencionaron que el foro es de carácter informativo, una iniciativa que reunió a los entes involucrados para forjar las nuevas acciones que frenen el deterioro del mangle.
Tomado de La prensa de El Salvador
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