Los datos que surgen del hallazgo del Desmodus draculae en Miramar
El fósil del "vampiro gigante" Desmodus draculae encontrado en Miramar.. Imagen: Télam
La presencia de un "vampiro gigante"
hace unos 100 mil años en la costa atlántica argentina indica
que el clima entonces en esa zona era muy distinto al de estos días. Así lo
sugiere el trabajo que un grupo de investigadores argentinos hizo a partir del
hallazgo del mayor fósil de Desmodus draculae conocido hasta
la fecha.
El fósil fue encontrado en sedimentos del Pleistoceno, en
las inmediaciones del arroyo La Ballenera, 9 kilómetros al sur de la
ciudad de Miramar. Estaba en una madriguera que podría haber pertenecido a
un perezoso gigante que vivió hace cerca de 100 mil años en la región.
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El lugar del hallazgo del "vampiro gigante"
Daniel Tassara, colaborador del Museo de Ciencias Naturales
Pachamama, de Santa Clara del Mar, señaló que "fue encontrado en el
interior de una cueva de 1,2 metros de diámetro, atribuida a un perezoso
gigante de la familia Mylodontidae, como Scelidotherium. No sabemos si
este vampiro ingresaba a la cueva para alimentarse, refugiarse, o fue presa de
otro animal".
La rama mandibular del vampiro hallada fue identificada como
Desmodus draculae. El primer fósil de esa especie fue hallado en Venezuela en
1988. Vivió en el Cuaternario de América y tuvo un tamaño 30 por ciento
mayor que el vampiro común.
"Su envergadura sería de dimensiones algo más grandes
que las de un teclado de computadora, pero, significativamente mayor a sus
representantes actuales", indicó Santiago Brizuela, de la Universidad
Nacional de Mar del Plata y uno de los investigadores que difundió el hallazgo
en la revista de paleontología Ameghiniana, editada por la Asociación
Paleontológica Argentina.
El fósil encontrado fue estudiado bajo un microscopio
estereoscópico y comparado con los materiales de referencia disponibles en
distintas instituciones. Eso le permitió al paleoartista Daniel Boh, director
del museo, recrear a ejemplar.
Los vampiros antiguos en Argentina
Los únicos antecedentes de vampiros antiguos de Argentina
corresponden a los hallados en la misma zona. El fósil del Desmodus draculae
indica que este tipo de vampiro "fue el último de los grandes mamíferos
voladores, y se extinguió durante la época colonial, posiblemente como
consecuencia de la 'Pequeña Era de Hielo'".
El Museo explicó que los vampiros son mamíferos que solo
viven en América, "pertenecientes a la familia de los desmodóntidos",
conocidos por alimentarse de sangre de animales y constituyen una variedad de
murciélagos que incluye a solo tres especies vivientes: "El vampiro común
(Desmodus rotundus), vampiro de alas blancas (Diaemus youngi), y el vampiro de
patas peludas (Diphylla ecaudata)".
"Son la única familia de murciélagos en el mundo que
despierta curiosidad a partir de las leyendas de las Transilvania y su
espeluznante conde Drácula. Pero en realidad son animales pacíficos que se
alimentan de sangre de animales, y a veces de humanos, por unos breves minutos
sin generar molestias", aseguró Mariano Magnussen, investigador del
Laboratorio Paleontológico del Museo y de la Fundación de Historia Natural
Azara.
Magnussen señaló que "lo único malo es que pueden
transmitir rabia u otras enfermedades si están infectados", y que "seguramente
sus representantes prehistóricos tenían comportamientos similares".
Diferencias en la temperatura
El lugar en que fue hallado el fósil sugiere un cambio en
las condiciones climáticas de la costa atlántica de Argentina. Según Magnussen,
la presencia de este "vampiro gigante" en una cueva pampeana hace
cien mil años indica que el clima de la zona "no era tropical, pero sí
mucho más cálido".
"En esta región hubo distintos lapsos de temperaturas
más cálidas y momentos muy fríos. Seguramente en el momento en que estuvo el
vampiro el clima era más cálido", explicó el investigador.
Otro descubrimiento apuntala esta hipótesis: un grupo de
científicos encontró en el año 2000 en Centinela del Mar, a unos 50 kilómetros
del arroyo de Ballenera, un colmillo de Desmodus draculae.
No obstante, cuando analizaron esos restos se sorprendieron
al comprobar que no llegaban a los tres siglos de antigüedad. De ese dato se
desprende que el enfriamiento de esta región es relativamente reciente.
"Lo que se presume es que este animal se extinguió más
o menos en 1820. En ese momento, en gran parte de Sudamérica había algo que se
llamaba la 'pequeña Edad de Hielo', que son registros históricos donde la
temperatura había descendido demasiado, sobre todo en esta zona", precisó
Magnussen. "Puede estar relacionada o no esta bajada de temperatura con la
extinción del animal, pero también hay que ver en otros lugares de América si
pasó exactamente lo mismo", agregó.
Tomado de pagina 12 de ar
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