LA NATURALEZA Y EL USO QUE HACEMOS DE ELLA
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
En los últimos días
se convirtió en noticia una presencia mayor de la habitual de carpinchos en
Nordelta, un barrio privado construido mediante el relleno de un humedal, una
práctica que no debió permitirse por la aplicación de la Convención de Ramsar,
un acuerdo internacional al que la Argentina adhiere.
En el periodo más estricto de la cuarentena a causa del
aislamiento social provocado por la Pandemia de coronavirus en el 2020, la
aparición de un pingüino paseando por las playas de Miramar, un carpincho en
las calles de Necochea o la presencia de ciervos de los pantanos en el entorno
natural del delta del río Paraná sorprendían y conmovían a los argentinos desde
las ventanas de sus hogares o las pantallas de la televisión. Era el retorno de
la fauna originaria sobre las urbes vaciadas de tránsito y personas.
foto incendio
Esto no solo sucedía en Argentina, recorrió el mundo la imagen de los canales de Venecia con peses o en países escandinavos los osos abandonaban sus espacios comunes y se paseaban por las ciudades, en Paris aparecieron zorros y algunas aves no emigraron y ahora se encuentran en un problema serio, los lagos que habitaban se congelaron y están desorientadas y con un mal pronóstico de vida. Más de un año después, una parte de los vecinos de un barrio privado, se organizan y denuncian la "reproducción explosiva" de carpinchos que "atacan perros y destruyen jardines". Una situación que dividió al complejo, replicó memes en las redes sociales y responde a graves consecuencias medioambientales en zonas de humedales.
La presencia de estos roedores en el delta y humedales mesopotámicos argentinos es común, lo inusual es que se afinquen en zonas habitadas, ya que en general son tímidos. Lo que no parece inusual es que estos animalitos allan recuperado un área que naturalmente les pertenecía y de la que fueron expulsados por la urbanización de un humedal y del avance del hombre sobre la naturaleza. Una causa posible es la bajante del Rio Paraná que afecto buena parte de los humedales circundantes.
En ese contexto, el
Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan Cabandié, habló
este lunes 23 de agosto en radio La Red y pidió “respetar el hábitat de los
carpinchos”.
"Hablar de carpinchos es una oportunidad de
ejemplificar la necesidad de regular los humedales, tener un inventario y tener
en claro lo que significó el avance de los barrios privados y la actividad
productiva sobre determinados ecosistemas que son humedales y que son
fundamentales en el Ciclo del Agua, necesarios para la calidad del agua y para
evitar inundaciones", opinó el ministro, quien les pidió a los habitantes
de los barrios cerrados acostumbrarse a
vivir con los carpinchos.
Consultado sobre el
tratamiento de la presencia de estos roedores como 'invasores', el funcionario aclaró: "Los invasores somos los
humanos".
Pero a esta situación se sumó una voz que algunas personas
no esperaban, la del empresario Eduardo Costantini, creador de Nordelta quien
se metió de lleno en la polémica. Con un breve mensaje, en medio de idas y
vueltas que generó un impensado enfrentamiento entre vecinos del complejo
residencial, que en las últimas semanas fue creciendo entre los disconformes
por la convivencia con parte de la fauna del lugar y otros que simpatizan con
los carpinchos, en este estado el impulsor del barrio Nordelta marcó el terreno
y defendió a los roedores.
A través de su cuenta de Instagram, Costantini sentó su posición a favor de los roedores que fueron tendencia en las redes sociales: "¡¡Los Carpinchos son seres indefensos y divinos que necesitan el cuidado y el amor de todos nosotros!!". Afirmo Constantini.
Esto que podríamos llamar un conflicto de intereses entre la
naturaleza y el ambiente debe ser un serio llamado de atención sobre lo que en
las últimas semanas sucedió en el mundo, nada nuevo, inundaciones, sequias,
incendios forestales repetidos en diversos lugares lejanos entre sí de nuestro
planeta. Hace muy pocos días en Córdoba, en la zona de Potrero de Garay-San
Clemente e Intiyaco-Atos Pampa se produjo un incendio forestal. La situación
más crítica sucedió entre Potrero de
Garay y San Clemente, donde el fuego arrasó 80 viviendas que pertenecían a dos
condominios privados de Villa El Cóndor y Potrerillos, Pueblo Nuevo
Estos condominios fueron construidos en medio de una
plantación de pinos, implantados como explotación maderera al que se le dio
otro destino. Sería interesante conocer que organismo autorizo estas
construcciones, si se realizó un estudio de impacto ambiental, o si las mismas
eran ilegales y nadie las vio. El pino no es un árbol autóctono de la región y
de muy fácil combustión, y sin duda por muy exótico que parezca, los hechos
demostraron que una explotación forestal no es el lugar más adecuado para
construir complejos habitacionales.
Decía mi abuelo,
“donde el hombre pone la mano, mete la pata”.
Fuentes: Radio La Red y propias
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Periodista de Investigación – FLACSO
Para la ASOCIACION ECOLOGICA RIO MOCORETA
Las imágenes fueron tomadas de la Web
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