Argentina se encuentra en emergencia forestal
Los bosques y las personas están interconectadas, y esto ha sido así desde tiempos que no se tiene memoria. Siempre, tanto el árbol como el hombre, han tenido una especial relación basada en la supervivencia.
Era una delicada cadena de existencia que antes el ser humano trataba con respecto y aprecio. Pero los seres humanos empezaron a trastornar este equilibrio. Empezaron a ver el bosque no como parte de ellos sino como algo a ser conquistado. Usaron los bosques, que aparentaban sin límites, cortando millones de árboles.
Pero ahora nos estamos dando cuenta que los bosques sí tienen límites y que ya es tiempo de regresar al anterior equilibrio.
Todos los organismos vivientes dependen de los bosques. En un viejo árbol del bosque pueden encontrarse hasta 1500 invertebrados viviendo en él. Algunas de estas especies pueden ser claves para el esclarecimiento científico. Cada planta y cada animal es único y muchos de estos animales dependen enteramente de los bosques.
En los bosques se producen intercambios de materia y energía con el medio. Gracias a ello, estos ecosistemas utilizan la energía del sol y el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera para producir madera. Los bosques desempeñan además importantes funciones ecológicas como la regularización del equilibrio hídrico y del clima y la prevención contra la erosión del suelo.
Por otro lado, protegen la biodiversidad, proporcionan madera, leña, retienen el carbono y frenan el cambio climático, generan empleo y son un lugar de esparcimiento y ocio para la población de las ciudades, cada vez más alejada de la naturaleza.
Todavía hay muchas cosas que desconocemos de los ecosistemas forestales pero cada día hay nuevos descubrimientos
Argentina se encuentra en emergencia forestal: ya se perdió el 70% de los bosques nativos originales y la deforestación aumentó fuertemente en los últimos años por el avance descontrolado de la frontera agropecuaria.
Fue por este motivo que a fines de 2007, el Congreso Nacional aprobó la Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección
Ambiental de los Bosques Nativos. Esta Ley de Bosques establece que las provincias deberán realizar el ordenamiento territorial de sus bosques nativos a través de un proceso participativo, categorizar los usos posibles para las tierras boscosas: desde la conservación hasta la posibilidad de transformación para la agricultura, pasando por el uso sustentable del bosque.
Un aspecto importante que incorporó la norma es la constitución del “Fondo Nacional para el “Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos” con el objeto de compensar a las jurisdicciones que conservan los bosques nativos, por los servicios ambientales que éstos brindan. La Ley de Bosques es una herramienta que debe ser aplicada adecuadamente para asegurar la conservación de nuestros bosques nativos. Lamentablemente, el Poder Ejecutivo Nacional reglamentó la ley en febrero de 2009.
La sanción de la Ley de Bosques fue un avance sin precedentes en materia ambiental, y un ejemplo de la importancia de la participación de la sociedad civil, constituyendo una herramienta esencial para empezar a solucionar la emergencia forestal en la que se encuentra el país.
En diciembre del 2010, varias agrupaciones ambientalistas manifestaron su profunda preocupación ante la Decisión Administrativa 1037/2010 de Jefatura de Gabinete de Ministros que dejó sin efecto la asignación y distribución de los fondos de la Ley de Bosques correspondientes al año 2010.
En febrero del 2011, tras una fuerte discusión con las Provincias Argentinas por haber anulado sin ninguna explicación el giro de 251 millones de pesos de los fondos de la ley de bosques, el Gobierno empezó a transferir una parte de esos fondos, unos $ 97 millones.
Sin embargo, las Provincias siguen exigiendo el envío del resto. Y lanzaron fuertes criticas porque el fondo debería superar los $ 1.000 millones y en el Presupuesto 2011 le asignaron $ 300 millones.
De acuerdo al artículo 31 de la Ley 26.331, el fondo no podrá ser inferior al 0,3% del presupuesto nacional, a lo que deberá sumarse el dos por ciento del total de las retenciones a las exportaciones de productos primarios y secundarios provenientes de la agricultura, ganadería y sector forestal, correspondientes al año anterior del ejercicio en consideración.
Sin los bosques, tendríamos mucho menos oxígeno disponible. Esto es debido a que los árboles (y todas las plantas verdes) usan un proceso llamado fotosíntesis, durante el cual toman dióxido de carbono y, como un sub-producto, liberan oxígeno.
Las plantas respiran dióxido de carbono, como los seres humanos respiramos oxígeno. Ha habido un equilibrio entre especies que eliminan dióxido de carbono y toman oxígeno, y especies que toman dióxido de carbono y exhalan oxígeno.
Este equilibrio ha estado siendo trastornado desde el siglo XIX. Los combustibles fósiles, como el petróleo, producen dióxido de carbono cuando son quemados por lo que el nivel del dióxido ha estado aumentando dramáticamente desde entonces.
Desgraciadamente, este gas, en grandes cantidades, actúa como un aislante y mantiene el calor cerca de la superficie de la Tierra; esto es lo se conoce como Efecto Invernadero.
La protección de los bosques no significa únicamente salvar muchos árboles; es preservar un proceso vital que se inició hace millones de años.
Cristian Frers | Corresponsalía ANCA24 Argentina
Los bosques y las personas están interconectadas, y esto ha sido así desde tiempos que no se tiene memoria. Siempre, tanto el árbol como el hombre, han tenido una especial relación basada en la supervivencia.
Era una delicada cadena de existencia que antes el ser humano trataba con respecto y aprecio. Pero los seres humanos empezaron a trastornar este equilibrio. Empezaron a ver el bosque no como parte de ellos sino como algo a ser conquistado. Usaron los bosques, que aparentaban sin límites, cortando millones de árboles.
Pero ahora nos estamos dando cuenta que los bosques sí tienen límites y que ya es tiempo de regresar al anterior equilibrio.
Todos los organismos vivientes dependen de los bosques. En un viejo árbol del bosque pueden encontrarse hasta 1500 invertebrados viviendo en él. Algunas de estas especies pueden ser claves para el esclarecimiento científico. Cada planta y cada animal es único y muchos de estos animales dependen enteramente de los bosques.
En los bosques se producen intercambios de materia y energía con el medio. Gracias a ello, estos ecosistemas utilizan la energía del sol y el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera para producir madera. Los bosques desempeñan además importantes funciones ecológicas como la regularización del equilibrio hídrico y del clima y la prevención contra la erosión del suelo.
Por otro lado, protegen la biodiversidad, proporcionan madera, leña, retienen el carbono y frenan el cambio climático, generan empleo y son un lugar de esparcimiento y ocio para la población de las ciudades, cada vez más alejada de la naturaleza.
Todavía hay muchas cosas que desconocemos de los ecosistemas forestales pero cada día hay nuevos descubrimientos
Argentina se encuentra en emergencia forestal: ya se perdió el 70% de los bosques nativos originales y la deforestación aumentó fuertemente en los últimos años por el avance descontrolado de la frontera agropecuaria.
Fue por este motivo que a fines de 2007, el Congreso Nacional aprobó la Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección
Ambiental de los Bosques Nativos. Esta Ley de Bosques establece que las provincias deberán realizar el ordenamiento territorial de sus bosques nativos a través de un proceso participativo, categorizar los usos posibles para las tierras boscosas: desde la conservación hasta la posibilidad de transformación para la agricultura, pasando por el uso sustentable del bosque.
Un aspecto importante que incorporó la norma es la constitución del “Fondo Nacional para el “Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos” con el objeto de compensar a las jurisdicciones que conservan los bosques nativos, por los servicios ambientales que éstos brindan. La Ley de Bosques es una herramienta que debe ser aplicada adecuadamente para asegurar la conservación de nuestros bosques nativos. Lamentablemente, el Poder Ejecutivo Nacional reglamentó la ley en febrero de 2009.
La sanción de la Ley de Bosques fue un avance sin precedentes en materia ambiental, y un ejemplo de la importancia de la participación de la sociedad civil, constituyendo una herramienta esencial para empezar a solucionar la emergencia forestal en la que se encuentra el país.
En diciembre del 2010, varias agrupaciones ambientalistas manifestaron su profunda preocupación ante la Decisión Administrativa 1037/2010 de Jefatura de Gabinete de Ministros que dejó sin efecto la asignación y distribución de los fondos de la Ley de Bosques correspondientes al año 2010.
En febrero del 2011, tras una fuerte discusión con las Provincias Argentinas por haber anulado sin ninguna explicación el giro de 251 millones de pesos de los fondos de la ley de bosques, el Gobierno empezó a transferir una parte de esos fondos, unos $ 97 millones.
Sin embargo, las Provincias siguen exigiendo el envío del resto. Y lanzaron fuertes criticas porque el fondo debería superar los $ 1.000 millones y en el Presupuesto 2011 le asignaron $ 300 millones.
De acuerdo al artículo 31 de la Ley 26.331, el fondo no podrá ser inferior al 0,3% del presupuesto nacional, a lo que deberá sumarse el dos por ciento del total de las retenciones a las exportaciones de productos primarios y secundarios provenientes de la agricultura, ganadería y sector forestal, correspondientes al año anterior del ejercicio en consideración.
Sin los bosques, tendríamos mucho menos oxígeno disponible. Esto es debido a que los árboles (y todas las plantas verdes) usan un proceso llamado fotosíntesis, durante el cual toman dióxido de carbono y, como un sub-producto, liberan oxígeno.
Las plantas respiran dióxido de carbono, como los seres humanos respiramos oxígeno. Ha habido un equilibrio entre especies que eliminan dióxido de carbono y toman oxígeno, y especies que toman dióxido de carbono y exhalan oxígeno.
Este equilibrio ha estado siendo trastornado desde el siglo XIX. Los combustibles fósiles, como el petróleo, producen dióxido de carbono cuando son quemados por lo que el nivel del dióxido ha estado aumentando dramáticamente desde entonces.
Desgraciadamente, este gas, en grandes cantidades, actúa como un aislante y mantiene el calor cerca de la superficie de la Tierra; esto es lo se conoce como Efecto Invernadero.
La protección de los bosques no significa únicamente salvar muchos árboles; es preservar un proceso vital que se inició hace millones de años.
Cristian Frers | Corresponsalía ANCA24 Argentina
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