Igual que la vanguardia de un ejército, algunas bacterias
pueden atacar a otros microorganismos para evitar que destruyan los cultivos o
que mermen su desarrollo.
Además, pueden ser la materia prima de biopesticidas, para
controlar las plagas y eliminar, progresivamente, los químicos usados en el
campo.
La Escuela Politécnica del Ejército (Espe), el Instituto
Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap) y la Universidad de las
Américas trabajan precisamente en productos que puedan ser fabricado a escala
industrial y ya no solo de manera artesanal, como en la actualidad.
La Espe se especializa en la parte de métodos físicos y químicos; el Iniap da soporte técnico en campo a agricultores y la UDLA se hace cargo del biocontrol. La inversión semilla es de USD 35 000.
La Espe se especializa en la parte de métodos físicos y químicos; el Iniap da soporte técnico en campo a agricultores y la UDLA se hace cargo del biocontrol. La inversión semilla es de USD 35 000.
En la primera fase del programa, que irá hasta el siguiente
año, se están estudiando e identificando las bacterias que pueden ser más
útiles. Una de las que mejores resultados ha arrojado es la Bacillus subtilis.
Viviana Yánez, investigadora de la UDLA y experta en el manejo de
microorganismos, dice que esta bacteria se encuentra en las raíces de las
plantas silvestres y cultivadas.
“Como está en el suelo debe desarrollar mecanismos para
sobrevivir frente a otros microorganismos y eso la hace una de las más
fuertes”.
Además, produce millones de sustancias que son beneficiosas para una planta, porque las fortalece. Hacen que sean más resistentes a las enfermedades y que crezcan más.
Además, produce millones de sustancias que son beneficiosas para una planta, porque las fortalece. Hacen que sean más resistentes a las enfermedades y que crezcan más.
Lo que se hace es tomarla del campo; estudiarla, observar su
comportamiento y reproducir las mejores cepas en laboratorio para aplicarla en
distintas áreas, como la agricultura.
Pero esas sustancias además pueden usarse en el sector
de los alimentos, para que sean más sanos; es decir con menos cantidades
de químicos que puedan afectar la salud.
En el Instituto de Investigación en Tecnología Agraria y
Alimentaria, por ejemplo, Yánez fue parte de una investigación que logró
identificar microorganismos para hacer más lenta la pudrición de las
frutas, en el marco de su doctorado en Ciencia y Tecnología Agraria y
Alimentaria (2007 y 2012).
Actúa tanto en campo como en la etapa de poscosechas a
las frutas conocidas de hueso; melocotones, cerezas, duraznos, claudias.
Ahora es aplicado en programas de manejo sustentable de alimentos en
granjas de España e Italia. Estas bacterias conforman un grupo más grande
de biocontroladores; que también incluyen a insectos y hongos.
En Ecuador, una de las cepas de la Bacillus subtilis fue
aplicada en las plantaciones de cacao. Pero al igual que otras iniciativas, la
producción ha sido de manera focalizada y en pequeña escala.
Ahora se busca que, a través de los programas de financiamiento
de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e
Innovación pueda producirse y masificarse, como los biopesticidas en los
que trabajan otros centros de investigación.
En octubre próximo, Ecuador será sede de un congreso internacional de biopesticidas, donde se verán los últimos avances sobre el tema. Tomado de el comercio de ecuador
En octubre próximo, Ecuador será sede de un congreso internacional de biopesticidas, donde se verán los últimos avances sobre el tema. Tomado de el comercio de ecuador
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