Pasado, presente y
futuro de un sistema que ha representado para Antioquia no solo una dinámica en
su movilidad y la economía sino también grandes momentos de la ingeniería.
Fotos ARCHIVO-JULIO
CÉSAR HERRERA La recuperación del tren avanza con recursos
del IVA
De la telefonía móvil salen recursos para un proyecto
académico y gubernamental con impacto en Santo Domingo y en Cisneros. Turismo y
patrimonio. POR CARLOS MARIO GÓMEZ J. | Tenía apenas cinco años cuando el
chacachá del tren y el ruidoso pito hicieron llorar a Aurora Carmona. De eso ya
hace 70 años y al pasar la película de sus recuerdos, evoca que el tren ha sido
su vida, tanto como recordar a los padres que ya no están o a los novios de
juventud. Es de las más entusiastas del grupo Vigías del Patrimonio en Porce,
corregimiento de Santo Domingo, porque dice que el Ferrocarril de Antioquia
marcó la historia de su región y de sus habitantes. Ese domingo, cuando lloró y
se escondió entre las faldas de su madre, Aurora quedó marcada por el tren para
el resto de su vida. Entonces, desde la estación El Limón se dirigieron a
Cisneros, donde su madre mercaba todos los domingos. "Cuando estaba joven
me gustaba bajar en el tren hasta Puerto Berrío porque en la plataforma
conversábamos con los muchachos y otras veces nos íbamos de paseo la familias
porque los conductores del tren eran hermanos o parientes", recuerda. O también porque se iban hasta la estación
Virginia a abastecerse de frutas (mangos y piñas) y al retorno se las vendían a
los pasajeros del tren. Era una diversión, también un modo de vida. Hoy, casada
y con tres hijos, Aurora no renuncia a su afecto por este modo de transporte.
Hace parte de los proyectos de reconstrucción de la memoria histórica y también
dispone de los famosos motorodillos en los que los pobladores de la región se
transportan por la carrilera. Dice que al turista que llegue se le da el paseo
y lo puede hacer hasta Cisneros. Por lo pronto, con su nieta Samy, Aurora no
para de contarle la historia del tren y del Ferrocarril y lo que representó
para esta zona del Nordeste antioqueño.
La visión académica
Y ahí es cuando llega un grupo de académicos a reforzar la
recuperación histórica y de algunas de las estaciones, según lo señala el
arquitecto restaurador Germán Jaramillo Uribe. Él, coordinador de un grupo de
historiadores, antropólogos e investigadores y con el apalancamiento del
Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia, la Universidad San Buenaventura
y las Alcaldías de Cisneros y Santo Domingo avanzaron en el proceso. Según Jaramillo,
con recursos del IVA de la telefonía móvil y con el aval del Ministerio de
Cultura, el trabajo se ha materializado en el inventario de patrimonio
arqueológico industrial y ferroviario y el fortalecimiento de los Vigías del
Patrimonio y museo ferroviario, articulados con el tramo entre las estaciones
Botero y Cisneros. "Esto va más allá del paisaje e implica dinámicas de
movilidad en un territorio. Se rehabilitó la línea entre las estaciones
anotadas y se ha hecho un trabajo de apropiación por las comunidades",
dijo. En cuanto a los Vigías, se crearon cuatro nodos porque, dijo, de nada
vale la recuperación de estaciones, si no se acompaña de difusión y
preservación, en lo que los Vigías serán los multiplicadores. Se puso en marcha
el museo ferroviario en Cisneros en la antigua estación del tren. "Ahí se
pone en diálogo la historia oficial, que se recupera de archivos documentales,
con los imaginarios colectivos. Ese imaginario da cuenta de otras apropiaciones
e intangibles como la gastronomía, la música y el valor simbólico del
Ferrocarril", señala el arquitecto Jaramillo. Para dejar constancia de
todo este trabajo se editó la publicación De viaje por la quiebra: un tejido
entre el pasado y el presente. El coordinador de la investigación indica que entre
lo hallado hay vestigios como herramientas y un acueducto que funcionaba
durante el tiempo en que operó el ferrocarril
y rastros de edificaciones.
Alcaldes apoyan la
iniciativa
Fabio Ignacio Mira, alcalde de Santo Domingo, dijo que en
asocio con su colega de Cisneros, Nelly Quintero, desde que estaban en campaña
a la Alcaldía coincidieron en que si llegaban al cargo trabajarían por la
recuperación del Ferrocarril.
Ya posesionados, empezaron un trabajo que implicó la
recuperación histórica y física, dinamizar la economía regional y empoderar a
los habitantes. "Hicimos gestión con el Gobierno y conseguimos unos
recursos para recuperar la línea férrea desde la estación Botero a Cisneros,
aunque nos falta mucho por hacer", señala. Indica que no ha sido fácil
recuperar las estaciones, en virtud de que están habitadas por familias desde
hace tiempo, pero por lo menos en la vía es otro el panorama hoy, ya que estaba
invadida por el rastrojo. Tres líneas de acción Mónica Henao, antropóloga del Instituto de Cultura de
Antioquia, señala que este trabajo en Santo Domingo y en Cisneros integra tres
líneas: la creación del museo, la difusión de la riqueza patrimonial y el
inventario arqueológico.El objetivo, dice, está puesto en generar un corredor
cultural y que los Vigías del Patrimonio lo aprovechen. "Lo importante es
hacer una gestión integral del patrimonio cultural asociados a la historia del
Ferrocarril. Así queda un patrimonio material y físico que se relaciona con lo
inmaterial como la historial oral y las maneras de vivir el territorio",
dice la antropóloga. Valor industrial y
ferroviario María Isabel Gómez Ayala, gestora cultural y coautora de la
investigación sobre Locomotoras a vapor en el país, en la Universidad Autónoma
de Colombia, señala que la historiografía del patrimonio cultural ha
evolucionado y permite comprender que no solo el criterio histórico-artístico
debe tenerse en cuenta al valorar bienes materiales de la industrialización. "Los
patrimonios recientes deben estudiarse a la luz de conceptos actuales y en
estrecha relación con el territorio y la comunidad a la cual pertenecen",
agrega. Recuerda que en el ámbito internacional, en 1980, la Unesco efectúa la
primera declaratoria mundial de patrimonio industrial: la ciudad minera de
Roros, en Noruega. En el país se han expedido declaratorias: los hornos de
cocción de Tierra Bomba (Cartagena); los vestigios de las antiguas ferrerías en
Samacá, Pacho, Subachoque y Amagá; las plazas de mercado de Honda, Lorica,
Girardot, Armenia y Bogotá, entre otras. Destaca que el mayor número de
inmuebles se relaciona con el patrimonio ferroviario: cerca de 420 estaciones
de pasajeros fueron declaradas monumento nacional en 1994. "Colcultura
(antecesor del Ministerio de Cultura) promovió el reciclaje de las estaciones,
lo cual facilitó la recuperación y reutilización de algunas", dice la
investigadora Gómez Ayala. Igualmente están declaradas las locomotoras a vapor
y el tramo férreo Facatativá -Girardot. Indica
que el patrimonio ferroviario abre espacio de investigación al conocimiento y
la técnica, como talleres de mantenimiento, bodegas, puentes, vías férreas y
documentos, entre otros bienes industriales.
EN DEFINITIVA El trabajo en el Nordeste se ha concretado en el
inventario de patrimonio arqueológico industrial y ferroviario, los Vigías del
Patrimonio, museo ferroviario y la recuperación del tramo Botero- Cisneros.
TOMADO DE EL COLOMBIANO
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