Rímac: contaminación y mala zonificación afectan a los
vecinos El servicio de recojo de basura es deficiente
y los asentamientos que
han crecido en las laderas están en riesgo permanente La basura que no es recogida se acumula y se
convierte en un foco infeccioso. (Foto: Germán Falcón / El Comercio) El
distrito del Rímac limita al sur con el Cercado de Lima y carga no solo su
legado histórico, sino también con sus principales problemas. Las quejas
vecinales más frecuentes son la contaminación y el abandono de las zonas
marginales, donde se encuentra la mayoría de sus asentamientos humanos. Los
datos que emplea el Plan Metropolitano para Lima y Callao (PLAM 2035) para
desarrollar sus propias iniciativas a favor de una ciudad más ordenada, limpia
y amigable con el vecino son desalentadoras para el Rímac. En lo referente a la
calidad del aire, este distrito es uno de los más afectados por el material
particulado que emiten los vehículos en la ciudad. La Organización Mundial de
la Salud (OMS) recomienda un índice de 10
PM2,5 (material particulado de 2,5 micras por metro cúbico de aire). Sin
embargo, en el Rímac esta cifra oscila entre 10 y 30, con la peor calidad de
aire en la zona norte. Esto debido a que las corrientes de aire desplazan hacia
el noreste de la capital la gran cantidad de aire sucio que producen las
avenidas más transitadas de Lima como Tacna, Abancay, Evitamiento y Panamericana
Sur. El defectuoso servicio de recojo de basura también sobresale en la zona
central de Lima, donde el promedio es del 90% del total de residuos
recolectados. En el Rímac, según el PLAM, solo se recoge entre el 61% y el 70%,
lo que se evidencia a diario en puntos de acopio de desperdicios de la Av. 9 de
Octubre. PROBLEMAS DE TERRENO
“En el PLAM 2035 hemos identificado como zonas de riesgo
extremo el área de las laderas del Rímac con miles de personas que viven en
terrenos vulnerables”, dijo a El Comercio José García Calderón, coordinador
técnico de la institución. Por zonas de riesgo se entienden los asentamientos
humanos que se ubican en laderas con una pendiente de 47% de inclinación o más,
y donde el suelo no tiene las condiciones adecuadas para ser urbanizado. “Las invasiones al norte del distrito, en las
pampas de Amancaes, han crecido sin ningún tipo de planificación por una
población que no se preocupó por la calidad del piso en el que edificaron casas
de hasta tres pisos”, añadió García Calderón. Para atender los principales
problemas del distrito, hace falta un plan multisectorial y a largo plazo que
permita recuperar la zona de las laderas, organizar a los casi 200 mil
habitantes del Rímac y mejorar la calidad de vida a través de proyectos de
inversión público privados. TOMADO DE ENVIO DE EL COMERCIO DE PERU
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