La zona para explotar
el mineral se ubicaría en la vereda Río Frío. Alcaldía señala que el proyecto
está en una zona protegida y que pondría en riesgo las fuentes hídricas.
Por: Javier González Penagos
En la vereda Río Frío, de Tabio (Cundinamarca) se pretende
explotar carbón. La comunidad rechaza el proyecto. Alcaldía de Tabio.
Los habitantes de Tabio (Cundinamarca) quieren evitar a toda
costa la extracción de carbón en su territorio. Su obsesión surgió al conocer
que el empresario Luis Alfonso López Cortés tramita ante la Corporación
Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) una licencia ambiental para explotar
una mina ubicada en la vereda Río Frío Occidental, zona considerada por la
comunidad y las autoridades locales como la principal fuente hídrica del
municipio, de la que se nutren seis afluentes y sus acueductos veredales. Aunque
la solicitud de la licencia se radicó hace tres años, a la fecha no hay una
respuesta de la CAR. Sin embargo, los habitantes saben que a la autoridad
ambiental se le agota el tiempo para tomar una decisión frente a este permiso,
que es lo único que le falta al dueño de la mina para comenzar la extracción.
De ser aprobada la licencia ambiental, se calcula que de la
mina se extraerían anualmente 10.000 toneladas de Carbón, durante 30 años. Al
menos, estas son las cuentas que hace López Cortés, quien en diálogo con El
Espectador dijo que no comprendía el rechazo de la comunidad a un proyecto que
será responsable con el medio ambiente.
La idea de explotar carbón en Tabio comenzó en 2005. Ese año
el Ministerio de Minas le otorgó título minero a López Cortés, con una vigencia
hasta 2035. En el documento estableció un área de 300 hectáreas, donde se
inició la exploración. En diciembre de 2011, el empresario presentó ante la CAR
el Plan de Manejo para conseguir la licencia ambiental.
Las razones
Desde que comenzó la exploración, los habitantes de Tabio
expresaron su rechazo. Por un lado, porque la explotación podría alterar el
ecosistema de la vereda, donde nacen afluentes que surten los acueductos
veredales y las quebradas El Alcaparro, Agua Blanca y Del Pipa, que abastecen
al río Frío y cuyo cauce desemboca en el río Bogotá. Además, porque generaría
efectos sociales al cambiar la dinámica de un pueblo que históricamente ha sido
agrícola y pecuario.
De acuerdo a la Alcaldía, el 25% de la zona donde se
pretende desarrollar el proyecto está sobre una reserva forestal y comprende un
territorio para la conservación de aves y animales en vía de extinción. Sandra
Liliana Ruiz, secretaria de Medio Ambiente y Asuntos Agropecuarios del
municipio, le dijo a El Espectador que “el predio ha sido declarado zona AICA
(Áreas Importantes para la Conservación de las Aves) y en él se albergan aves
endémicas. Además, es un corredor que sale del páramo de Guerrero, donde
también habitan especies que están en vía de extinción”, indicó la funcionaria.
Fuera de esto, según Ruiz, las vías de acceso hacia la
vereda no están pavimentadas ni cuentan con la infraestructura adecuada para
facilitar el tráfico de maquinaria pesada. En este contexto, la Alcaldía le ha
pedido a la CAR que resuelva rápidamente el asunto y, ojalá, a favor de los
habitantes del municipio.
“La idea es impedir que se otorgue la licencia ambiental. En
Tabio no hay minas de carbón, sólo de explotación de materiales de
construcción, las cuales han contaminado las aguas, han dañado vías y, además,
han ocasionado el desplazamiento de personas que han tenido que vender sus
fincas dedicadas anteriormente a actividades agropecuarias”, puntualizó Sandra
Liliana Ruiz.
El agua ya está
contaminada
Ante las inquietudes de la población de Tabio, el empresario
Luis Alfonso López Cortés, dueño del título minero, dice que seguirá adelante
con su trámite para poder explotar carbón en el municipio. Sin embargo, aclaró
que, contrario a lo que cree la gente, su proyecto busca hacer la extracción
bajo “las mejores condiciones ambientales y sin afectar el entorno. Por eso
estamos cumpliendo con todos los trámites y documentos que nos exige la ley,
incluso llevamos casi siete años en este proceso”, precisó.
“Hace poco estuvimos en una audiencia pública en el
municipio y presentamos el proyecto. Desafortunadamente hay personas, no sé con
qué intereses, que están contra nuestro proyecto sin tener ningún argumento
técnico. Sé que hay una prevención de la gente contra cualquier proyecto minero
y piensan que uno va a llegar a explotar de cualquier forma. No pretendemos
eso, queremos hacerlo de forma técnica y legal”.
Este es un proyecto pequeño, algunos piensan que será una
mina ‘bestial’ y no es así. Si bien, el título cuenta con una zona de 300 hectáreas,
lo cierto es que será una explotación subterránea, con túneles y una bocamina.
Es decir, en la parte superficial, vamos a intervenir menos de dos hectáreas.
Deben tener en cuenta que fuera del empleo que se generará, que serán 15
empleos directos, también la población se beneficiará con las regalías”.
Sobre la denuncia de la comunidad que señala el riesgo para
las fuentes hídricas de la población, López Cortés explicó que en la zona sólo
hay un afloramiento, que es superficial y donde “el agua ya está contaminada,
incluso sin intervención humana”. Con el proyecto, incluso lo que se propone es
hacer un tratamiento al agua y seguro tendrá mejor calidad”.
En cuanto a la cercanía a la zona de páramo, explicó que su
proyecto está a 2.700 metros sobre el nivel del mar y que la norma restringe
proyectos por encima de los 3.000 msnv. “Algo que no han tenido en cuenta es
que más arriba de donde quedaría la mina, ya existen cultivos intensivos de
papa que sí han afectado la zona. Nuestro proyecto no afectará, como creen, la
flora ni la fauna”.
“Me han pedido cualquier cantidad de papeles y estudios.
Todos se han hecho, como obliga la ley. Todo está en manos de la CAR, donde
lleva casi tres años. No sé cómo será el trámite interno y me siguen diciendo
que está en trámite. He cumplido la ley y en caso de que me nieguen la licencia
ambiental, pues acudiré a todas las instancias que me permita la ley. Si al
final me la niegan, pues nada podré hacer. Lo único que le puedo decir a la
comunidad es que esté tranquila, porque no vamos a hacer nada que atente contra
el medio ambiente”.
En estudio
La CAR, entidad encargada de resolver la solicitud de la
licencia ambiental, que daría luz verde a la extracción minera, señaló que el
proyecto está en fase de evaluación, para analizar los aspectos técnicos,
normativos y sociales que implicaría la licencia. “Hemos adelantado visitas al
terreno y estamos revisando los polígonos de la zona de reserva, mirando si
efectivamente allí se puede llevar a cabo la extracción”, indicó César Augusto
Rincón, subdirector jurídico de la CAR.
Y aclaró que debe cumplir con cada uno de los pasos para
respetar el debido proceso, ya que “no se pueden rechazar tajantemente los
proyectos de extracción de minerales. Sin embargo, tenemos que contemplar el componente
social que implicaría la explotación de carbón en la zona”, dijo el funcionario
de la CAR.
Hace un mes se celebró una audiencia en el municipio, como
parte del trámite de la licencia ambiental, a la que asistieron funcionarios de
la CAR, de la Procuraduría, de la administración, representantes de la
población y abogados del dueño del título minero, quien inicialmente expuso su
proyecto. A pesar de esto, la mayoría de asistentes se opusieron a la
explotación de Carbón.
Independiente del trámite que se adelanta ante la autoridad
ambiental, la administración municipal ha señalado que no permitirá que el
proyecto de extracción minera se lleve a cabo, aduciendo que el terreno no es
ambientalmente viable para la minería. “No estamos de acuerdo con la mina, ni
vamos a negociar ningún tipo de regalía o beneficio a cambio de abrirla”, dijo
Sandra Liliana Ruiz, Secretaria de Medio Ambiente y Asuntos Agropecuarios del
municipio de Tabio.
Por ahora el proyecto minero sigue en veremos. Tanto la
comunidad, la Alcaldía de Tabio y el propio dueño del título minero siguen a la
espera de la decisión que tome la CAR, con la que, seguramente se abrirá un
nuevo capítulo de esta lucha de derechos, entre los que están montados en la
“locomotora minera” y de los que buscan proteger su derecho a un buen ambiente.
TOMADO DE EL ESPECTADOR DE COLOMBIA
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