Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
En los últimos
tiempos Monsanto inicialmente norteamericana, ahora propiedad de la Bayer
alemana está sufriendo serios reveses judiciales por los daños que provocan a
las personas los agroquímicos que produce.
Mientras en Argentina las autoridades nacionales y varias
jurisdicciones provinciales se empeñan en negar los daños producidos por los
agroquímicos en los EE.UU y Alemania se los cuestiona muy seriamente.
En nuestro país hay fallos condenatorios firmes y varias muertes en La Pampa, Entre Ríos y
Córdoba causadas a alguna forma de exposición a estos productos químicos. En
EE.UU están siendo perseguidas judicialmente y en Alemania el gobierno federal
se propone ponerle límites.
En enero del 2018, publicábamos que el flamante Ministro de
Agroindustria de la Nación, Luis Miguel Etchevehere, sorprendió al declarar que
fertilizantes, pesticidas y herbicidas químicos utilizados por la agroindustria
son inocuos, cuando inapelables entidades y la Justicia afirman con
sólidos
argumentos lo contrario.
Retomando la iniciativa productores rurales de Entre Ríos
(como lo es Etchevehere) piden poder fumigar cerca de escuelas. Se trata de la
Mesa de Enlace, la Bolsa de Cereales y el centro de acopiadores de Entre Ríos,
quienes se presentaron ante los tribunales de Paraná para pedir la nulidad de
un amparo ambiental.
Un productor “argentino” aseguro que para proteger a las
escuelas rurales lo más conveniente sería eliminarlas.
Sin embargo Bayer anuncia que seguirá defendiendo su popular
herbicida después de perder recientemente tres millonarias demandas judiciales
por personas que contrajeron cáncer por alguna forma de contacto con sus
agroquímicos. También se está analizando que el cáncer podría no ser el
único
riesgo del glifosato
Bayer tiene programado un cuarto juicio en St. Louis donde
existe una colección de cientos de demandas federales sobre la aplicación de
Roundup, la marca comercial del glifosato.
Un tribunal federal de San Francisco, en USA, planteó dudas
sobre la seguridad del herbicida Roundup, entre los documentos que la Corte
tiene en su poder se incluyen mensajes del correo electrónico interno de la
empresa y correos entre Monsanto y los reguladores federales, por lo que se
presume que la compañía tenía una investigación “paralela”, la cual
pretendió atribuir a los académicos.
También se indicó que un alto funcionario de la Agencia de Protección del Medio
Ambiente (EPA por sus siglas en inglés), había trabajado para ocultar un comentario
negativo sobre el glifosato, el principal ingrediente de Roundup.
Pero no son judiciales los únicos problemas que afronta
Bayer. Recientemente la Ministra alemana
de Agricultura, Julia Klöckner, manifestó que espera se deje de usar glifosato
en la Unión Europea (UE) a más tardar a partir de 2022, según público un
periódico alemán.
La ministra advirtió reiteradamente que Alemania no puede
prohibir el uso del glifosato de forma unilateral porque violaría el derecho de
la UE, debido a que los países del bloque prolongaron la autorización del
controvertido herbicida hasta fines de 2022, a pesar que el producto está
sospechado de causar cáncer y de acuerdo con estudios, afecta la diversidad de
especies por tratarse de un llamado "herbicida total", sin olvidar el
daño que el químico por si solo causa en el suelo y el agua. Francia adoptó la
misma postura al momento de aceptar la autorización aclarando que en el futuro
se opondría.
La ministra es prudente al manifestar que el glifosato “está
sospechada de causar cáncer” ya que hay suficientes estudios y fallos
judiciales que lo confirman. Sin perjuicio que un vocero de su ministerio declaró que la salida de
Alemania se producirá "como está acordado en el acuerdo de coalición"
y "de forma paulatina hasta a más tardar 2023".
Sin embargo hay un antecedente, el de Austria que prohibió
el glifosato a principios de julio y de Italia que le puso severos límites. Hay
controversia en torno a si esto es conciliable con el derecho de la UE,
mientras tanto, la prohibición está vigente.
La citada ministra alemana, es una severa defensora de la
salud de sus compatriotas y anunció sus planes para prohibir la adición de
azúcar y edulcorantes en tés para bebés y niños pequeños.
Además explicó hoy en Berlín que el consumo de bebidas
endulzadas aumenta el riesgo de caries y de obesidad posterior. “Hay una
conexión clara”, aseguro.
Según Klöckner, los bebés y niños no necesitan azúcar ni
edulcorantes. “Y aquellos que ya se acostumbraron de bebé al sabor encontrarán
poco placer en los alimentos no endulzados en la vida futura”, advirtió
severamente.
Que importante ejemplo para la Argentina que pretende
integrarse al primer mundo, sería que las autoridades competentes fueran más
severas a la hora de autorizar y controlar la puesta en el mercado de alimentos
naturales o elaborados. Para esto convendría realizar una revisión del Código
Alimentario Nacional y fortalecer al SENASA y la investigación. Por el momento
el camino elegido es el contrario.
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Periodista de Investigación – FLACSO
Para: ASOCIACION ECOLOGISTA RIO MOCORETA
Las imágenes fueron tomadas de la Web
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