El kilogramo deja de existir, hay uno nuevo y ya no
depende de un objeto
El Prototipo Internacional del Kilogramo tal cual se lo
conoce desde 1879 en todo el mundo, llegó a su fin. Desde el 20 de mayo se usa
en todo el planeta una nueva definición que ya no depende de un objeto. ¿En qué
cambia para los ciudadanos?
Héctor Laíz. El doctor en Ingeniería pasó por Corrientes y Resistencia para explicar los cambios en el Sistema Internacional de Unidad.
Héctor Laíz. El doctor en Ingeniería pasó por Corrientes y Resistencia para explicar los cambios en el Sistema Internacional de Unidad.
Adiós al cilindro. Después de 140 años, se dejó de usar el
Prototipo Internacional del Kilogramo guardado en Francia.
POR José Agustín Gómez
Después de 140 años, la Conferencia General de Pesas y Medidas aprobó un cambio en la definición del kilogramo que rige desde mayo de este año. ¿Cuáles son las consecuencias de esa modificación y cómo repercute en la vida cotidiana?
El doctor en Ingeniería Héctor Laíz pasó por Corrientes y Resistencia para echar luz a este asunto.
Laíz representó a la Argentina en la Conferencia General de Pesas y Medidas que en 2018 aprobó los cambios en el Sistema Internacional de Unidad.
El especialista aclara y lleva tranquilidad a la población al asegurar que “las modificaciones no impactan en la vida cotidiana porque son mediciones que se realizan en un nivel de exactitud menor a la influencia de estos cambios”.
“Por ejemplo una balanza del supermercado tiene una exactitud del orden algo menor del 1 por ciento y estos cambios tienen un impacto varios órdenes de magnitud más pequeños”, explica.
“Cambian las definiciones de las unidades. Esto es algo que tiene un impacto muy importante en la ciencia y en la tecnología de alto desarrollo”, detalla.
“Esto abre la posibilidad de nuevos desarrollos tecnológicos, por ejemplo, para medir con mayor exactitud pequeñas masas que pueden tener impacto en la industria farmacéutica o en otras ramas industriales”.
Hasta mayo, el kilogramo era la masa de un pequeño cilindro plateado hecho de una aleación de dos metales (90 % platino y 10 % iridio) que fue fabricado en Francia y desde 1879 era referencia para todo el mundo.
Se lo llamó Prototipo Internacional del Kilogramo (IPK, por sus siglas en inglés). Para asegurar que nada lo afecte se conservó en una bóveda vidriada, adentro de una cámara de vacío.
Se hicieron copias oficiales que se distribuyeron al mundo. Argentina tiene dos.
Cada 40 años se sacaba el Prototipo de su búnker de seguridad y se comparaba con las copias oficiales para determinar si habían perdido o ganado masa por su uso.
Argentina enviaba a Francia su cilindro (conocido como patrón nacional) donde eran calibrados con las copias originales.
El Comité Internacional de Pesos y Medidas determinó que en un trayecto de 100 años el Prototipo Internacional del Kilogramo pudo haber variado 50 microgramos que no afectaba las actividades diarias, pero afectaba las investigaciones científicas.
Por eso en noviembre de 2018 la Conferencia General de Pesas y Medidas aprobó un cambio en la definición del kilogramo que rige desde mayo de este año.
Ahora es un kilogramo teórico que no dependerá de un objeto: es decir del pequeño cilindro plateado guardado bajo siete llaves en Francia.
“Cualquier lugar del mundo donde se pueda hacer un experimento en el que se relacione la masa con la constante de Planck yo voy a tener una realización del kilogramo”, sostiene Laíz.
“No es necesario depender de un único objeto material que antes estaba depositado en Francia”, aclara.
“La evolución del sistema de unidades tiene más de 100 años y desde hace 15 años se trabaja en estas modificaciones, es una cuestión experimental de la evolución de la tecnología porque los conceptos teóricos se conocían hace tiempo el problema es la evolución de la tecnología que permitió recién hace dos años tener experimentos que superaran las viejas definiciones”, asegura.
Después de 140 años, la Conferencia General de Pesas y Medidas aprobó un cambio en la definición del kilogramo que rige desde mayo de este año. ¿Cuáles son las consecuencias de esa modificación y cómo repercute en la vida cotidiana?
El doctor en Ingeniería Héctor Laíz pasó por Corrientes y Resistencia para echar luz a este asunto.
Laíz representó a la Argentina en la Conferencia General de Pesas y Medidas que en 2018 aprobó los cambios en el Sistema Internacional de Unidad.
El especialista aclara y lleva tranquilidad a la población al asegurar que “las modificaciones no impactan en la vida cotidiana porque son mediciones que se realizan en un nivel de exactitud menor a la influencia de estos cambios”.
“Por ejemplo una balanza del supermercado tiene una exactitud del orden algo menor del 1 por ciento y estos cambios tienen un impacto varios órdenes de magnitud más pequeños”, explica.
“Cambian las definiciones de las unidades. Esto es algo que tiene un impacto muy importante en la ciencia y en la tecnología de alto desarrollo”, detalla.
“Esto abre la posibilidad de nuevos desarrollos tecnológicos, por ejemplo, para medir con mayor exactitud pequeñas masas que pueden tener impacto en la industria farmacéutica o en otras ramas industriales”.
Hasta mayo, el kilogramo era la masa de un pequeño cilindro plateado hecho de una aleación de dos metales (90 % platino y 10 % iridio) que fue fabricado en Francia y desde 1879 era referencia para todo el mundo.
Se lo llamó Prototipo Internacional del Kilogramo (IPK, por sus siglas en inglés). Para asegurar que nada lo afecte se conservó en una bóveda vidriada, adentro de una cámara de vacío.
Se hicieron copias oficiales que se distribuyeron al mundo. Argentina tiene dos.
Cada 40 años se sacaba el Prototipo de su búnker de seguridad y se comparaba con las copias oficiales para determinar si habían perdido o ganado masa por su uso.
Argentina enviaba a Francia su cilindro (conocido como patrón nacional) donde eran calibrados con las copias originales.
El Comité Internacional de Pesos y Medidas determinó que en un trayecto de 100 años el Prototipo Internacional del Kilogramo pudo haber variado 50 microgramos que no afectaba las actividades diarias, pero afectaba las investigaciones científicas.
Por eso en noviembre de 2018 la Conferencia General de Pesas y Medidas aprobó un cambio en la definición del kilogramo que rige desde mayo de este año.
Ahora es un kilogramo teórico que no dependerá de un objeto: es decir del pequeño cilindro plateado guardado bajo siete llaves en Francia.
“Cualquier lugar del mundo donde se pueda hacer un experimento en el que se relacione la masa con la constante de Planck yo voy a tener una realización del kilogramo”, sostiene Laíz.
“No es necesario depender de un único objeto material que antes estaba depositado en Francia”, aclara.
“La evolución del sistema de unidades tiene más de 100 años y desde hace 15 años se trabaja en estas modificaciones, es una cuestión experimental de la evolución de la tecnología porque los conceptos teóricos se conocían hace tiempo el problema es la evolución de la tecnología que permitió recién hace dos años tener experimentos que superaran las viejas definiciones”, asegura.
El nuevo peso
Una de las propuestas para establecer el kilogramo es utilizar una esfera de silicio puro, que es un poco más grande que una pelota de tenis, de 9,4 cm de diámetro, hecha de este material de alta pureza. Es silicio forma cristales bien homogéneos. Es por todas las características, que a través de la determinación del volumen de la esfera, se puede estimar con una alta exactitud cuánto átomos se silicio contiene. Una vez determinada la masa del átomo de silicio y determinada la cantidad de átomos que contiene, se puede realizar con esa esfera el kilogramo.
El Instituto de Metrología de Alemania envió esferas de silicio a varios países de la región. Colombia, Uruguay y México fueron los primeros en recibirlas.
Para realizar mediciones con la esfera se sigue un estricto procedimiento de limpieza: se lava con jabón especial, se enjuaga con etanol, se seca con un paño de microfibra, se observa con una lupa y se registra cualquier alteración.
Otra propuesta es utilizar la balanza de Watt o balanza de Kibble, un conjunto de escalas superpreciso. Es proporcional a la corriente eléctrica que pasa por sus bobinas.
La balanza de Watt tiene un electroimán que tira de un lado de la balanza y un peso (en este caso sería un kilo) en el otro lado.
La corriente que pasa por el electroimán aumenta hasta que los dos lados de la balanza están perfectamente equilibrados. Esa corriente se puede medir con una precisión del 0,000001%.
Por lo tanto, se puede calcular un peso, en este caso el del kilogramo, midiendo la cantidad de electricidad necesaria para contrarrestar su fuerza.
Una de las propuestas para establecer el kilogramo es utilizar una esfera de silicio puro, que es un poco más grande que una pelota de tenis, de 9,4 cm de diámetro, hecha de este material de alta pureza. Es silicio forma cristales bien homogéneos. Es por todas las características, que a través de la determinación del volumen de la esfera, se puede estimar con una alta exactitud cuánto átomos se silicio contiene. Una vez determinada la masa del átomo de silicio y determinada la cantidad de átomos que contiene, se puede realizar con esa esfera el kilogramo.
El Instituto de Metrología de Alemania envió esferas de silicio a varios países de la región. Colombia, Uruguay y México fueron los primeros en recibirlas.
Para realizar mediciones con la esfera se sigue un estricto procedimiento de limpieza: se lava con jabón especial, se enjuaga con etanol, se seca con un paño de microfibra, se observa con una lupa y se registra cualquier alteración.
Otra propuesta es utilizar la balanza de Watt o balanza de Kibble, un conjunto de escalas superpreciso. Es proporcional a la corriente eléctrica que pasa por sus bobinas.
La balanza de Watt tiene un electroimán que tira de un lado de la balanza y un peso (en este caso sería un kilo) en el otro lado.
La corriente que pasa por el electroimán aumenta hasta que los dos lados de la balanza están perfectamente equilibrados. Esa corriente se puede medir con una precisión del 0,000001%.
Por lo tanto, se puede calcular un peso, en este caso el del kilogramo, midiendo la cantidad de electricidad necesaria para contrarrestar su fuerza.
TOMADO DE EL LITORAL DE CTES AR
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