El cocotero rinde más que la principal oleaginosa
Una palmera que desafía a la soja
Produce diez veces más aceite que la soja. Investigadores
buscan crear un polo de producción en el
Nordeste argentino.
Por Magalí de Diego
Los ingenieros agrónomos Diego Wassner y Antonio Barrio, de
la cátedra de Cultivos industriales UBA.
También conocida como “cocotero”, la palmera Acrocomia totai,
originaria de América y con fuerte presencia en el norte del país, en Paraguay
y en Brasil, podría convertirse en una novedosa salida productiva para el
Nordeste argentino, por el alto rendimiento en la producción de aceite, diez
veces superior al de la soja en la misma superficie.
“A los cinco años, la planta inicia su etapa reproductiva y,
luego de unos años, cuando alcanza su madurez productiva puede producir entre 4
y 5 mil litros de aceite por hectárea. Así, se convierte en un cultivo con un
rendimiento diez veces superior al de la principal oleaginosa de la Argentina,
la soja”, explica Diego Wassner, docente de la cátedra de Cultivos Industriales
de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba).
El aprovechamiento de esta palmera no sólo resulta de
interés para los pobladores del NEA, sino también para el sector industrial.
“En el área de Corrientes, Formosa y Misiones –agrega Wassner– se cultiva muy
poca soja, pero la Acrocomia podría transformar a estas provincias en
productoras de aceites y alimentos que abastezcan a la industria cosmética y
alimenticia, a la vez que sumen opciones bioenergéticas”.
Todo lo que produce la palmera puede ser aprovechado y
comercializado. El fruto, por ejemplo, tiene cuatro componentes: la cáscara, la
pulpa, el carozo y las semillas. De la semilla proviene un aceite rico en ácido
láurico, que es demandado por la industria cosmética, pero como en Argentina no
se produce, se importa a pesar de su alto precio. De la pulpa se extrae un
aceite comestible, rico en ácido oleico, que puede ser usado por la industria
alimenticia o como bioenergía para elaborar biodiesel o biocombustible para
aviación o biojet.
Pero su aprovechamiento no termina acá. “Después de extraer
el aceite de las semillas –detalla el investigador–, queda una harina rica en
proteínas, parecida a la de la soja, pero más barata y apta para uso en
alimentación animal. Por su parte, la harina de extracción de la pulpa, el
contenido de proteína es bajo, pero posee una gran cantidad de almidón y
azúcares que, si bien también puede ser apta para alimento animal, suele
tomarse para producir bioetanol como biocombustible”.
El interés por abastecer a la industria del biojet surge a
raíz de la demanda que la industria de la aviación presenta al intentar reducir
sus emisiones de gases de efecto invernadero. Parte de la estrategia es usar
cada vez más este tipo de combustibles, pero hoy en día no hay materia prima
suficiente.
Desde lo ambiental, esta palmera también tiene otras
ventajas, porque es un cultivo perenne que genera una cobertura de suelo y
aprovechamiento de recursos permanente durante el año, y, además, es nativo de
la región. “Zonas que ya están desmontadas para la ganadería o la agricultura
se podrían volver a vegetar con esta palmera nativa que, bajo su sombra, daría
lugar a actividades como la horticultura o la ganadería”, destaca el ingeniero
en Agronomía.
En el NEA muchos son los productores que quedan fuera del
sistema por no poseer la estructura necesaria para encarar cultivos de gran
escala. La propuesta de Wassner también busca promover el “arraigo rural”, al
generar alternativas para productores chicos o empresas familiares que no
pueden lidiar con cultivos ineficientes o que requieran mucha infraestructura.
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“La Acrocomia impulsaría un nuevo sistema de producción ya
que, en grandes extensiones, demandaría más mano de obra, pero en el caso de
las plantaciones familiares el mismo productor se podría pagar sus jornales y
generarse un sueldo sin necesidad de contratar gente externa”, explica el
investigador.
Con todos estos datos en consideración, el grupo que lidera
Diego Wassner llevó a cabo la primera experiencia de plantación e investigación
con la Escuela de la Familia Agrícola (EFA) de la localidad de Santa Lucía,
ubicada en Corrientes.
Allí se está comenzando a evaluar la genética de la palmera
nativa para impulsar la siembra y el agregado de valor de esta palmera, que en
Brasil y Paraguay se explota comercialmente con buenos resultados desde hace
varios años.
* Agencia CTyS-UNLaM. // TOMADO DE PAGINA 12 DE AR
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