La yerba mate se defiende de la sequía
Investigadores de varias universidades nacionales y de
Brasil desarrollaron un estudio en Corrientes para mejorar el rendimiento de
las plantaciones en suelos desfavorables.
Por Fernando Núñez
Durante 14 años, un grupo de investigadores estudió el
comportamiento de la planta de yerba mate en contextos adversos, como la
sequía, en un establecimiento de la provincia de Corrientes. El problema se
abordó indagando en la variación de la expresión de los genes y la modificación
del conjunto de moléculas pequeñas presentes en un organismo –metaboloma–.
“Utilizamos investigación
básica de primer nivel, pero siempre con un fin aplicado. Nos enfocamos en
problemas que el productor debe hacer frente a diario”, explicó Pedro
Sansberro, docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad
Nacional del Nordeste (UNNE) y responsable del Laboratorio de Biotecnología
Aplicada y Genómica Funcional.
Sansberro, investigador del CONICET y del Instituto de
Botánica del Nordeste (IBONE), detalló que para el relevamiento se realizó una
selección de los genotipos con mejor rendimiento, aquellos que presentaron un
mayor “eficiencia en el uso del agua” para procesar el carbono durante la
fotosíntesis. Y luego se analizó el comportamiento de estos ejemplares en
situaciones adversas.
Los resultados fueron expuestos en la tesis “Ajustes
transcriptómicos y metabólicos en hojas de Ilex paraguariensis desencadenados
por sequía”, según informó la UNNE.
El estudio, que comenzó con la determinación del perfil
productivo de genotipos o clones de yerba mate implantados en el Establecimiento
Las Marías, en Corrientes, fue desarrollado por un equipo conformado por
profesionales de las universidades nacionales del Nordeste, de Rosario y de San
Martín; la Universidad Federal de Viçosa, de Brasil, y el INTA.
La “eficiencia en el uso del agua” se relaciona con la caída
de las hojas. Cuando merma el acervo de agua, las plantas de Ilex
Paraguariensis dejan caer sus hojas para reducir la pérdida por transpiración,
lo que genera un daño económico para el cultivador.
Los ejemplares más eficientes mantienen una mayor cantidad
de hojas. Esto se debe a que la sequía activa en la planta un “mecanismo de
defensa”. Los investigadores pudieron observar que el proceso consta de varias
etapas. Primero, la información sobre la baja en la cantidad de agua se
distribuye desde la raíz, mediante señales bioquímicas. Entonces, las hojas
cierran los microporos que interfieren en el intercambio gaseoso. Son las
estomas, que se encuentran en el revés de las hojas, y al cerrarse disminuyen
la transpiración.
Luego, comienza un trabajo a nivel celular denominado
“ajuste osmótico”. Aquí la planta segrega una serie de compuestos que retienen
el agua remanente en su organismo. El objetivo de esta etapa es mantener la
función específica de las membranas celulares. De no hacer estos ajustes, la
planta muere. A la vez, en este estadio, incrementa el promedio de crecimiento
de las raíces, para que pueda absorber más agua.
El tercer dispositivo trata de proteger el aparato
fotosintético. Con eso logra que la producción de carbohidratos que necesita
para hacer crecer las hojas tenga una restauración más rápida y eficiente. Tomado de pagina 12 de ar
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