sábado, 27 de julio de 2019

YERBA MATE RESISTENTE A SEQUIA


La yerba mate se defiende de la sequía
Investigadores de varias universidades nacionales y de Brasil desarrollaron un estudio en Corrientes para mejorar el rendimiento de las plantaciones en suelos desfavorables.
Por Fernando Núñez
Durante 14 años, un grupo de investigadores estudió el comportamiento de la planta de yerba mate en contextos adversos, como la sequía, en un establecimiento de la provincia de Corrientes. El problema se abordó indagando en la variación de la expresión de los genes y la modificación del conjunto de moléculas pequeñas presentes en un organismo –metaboloma–.
 “Utilizamos investigación básica de primer nivel, pero siempre con un fin aplicado. Nos enfocamos en problemas que el productor debe hacer frente a diario”, explicó Pedro Sansberro, docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y responsable del Laboratorio de Biotecnología Aplicada y Genómica Funcional.
Sansberro, investigador del CONICET y del Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE), detalló que para el relevamiento se realizó una selección de los genotipos con mejor rendimiento, aquellos que presentaron un mayor “eficiencia en el uso del agua” para procesar el carbono durante la fotosíntesis. Y luego se analizó el comportamiento de estos ejemplares en situaciones adversas.
Los resultados fueron expuestos en la tesis “Ajustes transcriptómicos y metabólicos en hojas de Ilex paraguariensis desencadenados por sequía”, según informó la UNNE.
El estudio, que comenzó con la determinación del perfil productivo de genotipos o clones de yerba mate implantados en el Establecimiento Las Marías, en Corrientes, fue desarrollado por un equipo conformado por profesionales de las universidades nacionales del Nordeste, de Rosario y de San Martín; la Universidad Federal de Viçosa, de Brasil, y el INTA.
La “eficiencia en el uso del agua” se relaciona con la caída de las hojas. Cuando merma el acervo de agua, las plantas de Ilex Paraguariensis dejan caer sus hojas para reducir la pérdida por transpiración, lo que genera un daño económico para el cultivador.
Los ejemplares más eficientes mantienen una mayor cantidad de hojas. Esto se debe a que la sequía activa en la planta un “mecanismo de defensa”. Los investigadores pudieron observar que el proceso consta de varias etapas. Primero, la información sobre la baja en la cantidad de agua se distribuye desde la raíz, mediante señales bioquímicas. Entonces, las hojas cierran los microporos que interfieren en el intercambio gaseoso. Son las estomas, que se encuentran en el revés de las hojas, y al cerrarse disminuyen la transpiración.
Luego, comienza un trabajo a nivel celular denominado “ajuste osmótico”. Aquí la planta segrega una serie de compuestos que retienen el agua remanente en su organismo. El objetivo de esta etapa es mantener la función específica de las membranas celulares. De no hacer estos ajustes, la planta muere. A la vez, en este estadio, incrementa el promedio de crecimiento de las raíces, para que pueda absorber más agua.
El tercer dispositivo trata de proteger el aparato fotosintético. Con eso logra que la producción de carbohidratos que necesita para hacer crecer las hojas tenga una restauración más rápida y eficiente.  Tomado de pagina 12 de ar


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