El mapa de la marginalidad y la desigualdad social: así
se distribuyen los pobres crónicos en Argentina
Se trata de un sector de la población que tiene la menor
probabilidad de salir de la pobreza, aún en períodos de crecimiento económico.
Llegan al 10% del total y casi la mitad de esas personas tiene menos de 15 años - 17 de diciembre de 2019
Dentro de la población argentina, hay un grupo de personas
que tiene la menor probabilidad de salir de la pobreza, aún en períodos de
crecimiento económico. Esto es lo que se denomina “pobreza crónica”.
Casi la mitad de las personas en situación de pobreza
crónica tiene menos de 15 años, el 70% de los pobres crónicos tienen
necesidades básicas insatisfechas en vivienda o educación, y los trabajos de
los adultos son precarios y sin aportes a la seguridad social y cobertura de
salud. Además,
solo 3 de cada 10 tienen acceso a cloacas.
Para conocer la distribución geográfica de las personas en
situación de pobreza crónica es crítico para diseñar e implementar políticas
públicas exitosas que permitan erradicarla, lanzaron una plataforma digital que
permite analizar la pobreza crónica en cada provincia, localidad y barrio.
Desarrollada por el Centro de Implementación de
Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) junto con
otras tres organizaciones muestra que casi la mitad de las personas en
situación de pobreza crónica residen en el Conurbano (24%) y en provincias de
la región Pampeana (24%). Le siguen el NEA, con el 22%; el NOA, con el
19%, y Cuyo, con el 8%. En contraposición, la Patagonia y la Ciudad de Buenos Aires
tienen apenas 2% y 1%, respectivamente.
Conscientes de esta situación, el Ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel
Arroyo, se reunió con sus pares de las provincias para empezar a
armar un programa federal de ayuda alimentaria y coordinar los programas
sociales tendientes a reducir la pobreza en la Argentina.
Allegados a Arroyo comentaron a Infobae que
la convocatoria a todas las provincias “sin distinción ideológica” responde a
una primer reunión ya que “el Ministerio de Desarrollo Social no ha trabajado
con las provincias en los últimos años para tener un trato directo con los
gobernadores para coordinar las políticas sociales”. La idea es realizar este
tipo de encuentros cada dos meses.
Ante de asumir la presidencia, el equipo de colaboradores de
Alberto Fernández identificó 1.000 puntos críticos de pobreza. Se trata de
barrios del conurbano bonaerense, Rosario, Córdoba, Mendoza, Tucumán y varias
ciudades del norte argentino donde la gente padece hambre de verdad, como
salteado o carece de un alimento diario.
Allí el gobierno nacional establecerá un acuerdo con
gobernadores e intendentes para hacer llegar alimentos de forma inmediata. Es
que los datos que maneja Arroyo sostienen que en muchos de esos puntos críticos
hay “hambre severa”. Esto es: chicos que comen salteado o no comen durante un
día entero.
El mapa de la pobreza
crónica también puede ser utilizado como una herramienta de gestión para el
gobierno nacional, los gobiernos provinciales y los gobiernos municipales ya
que les permitirá afinar los detalles de las políticas para abordar la
situación de la pobreza en las zonas de mayor urgencia.
“Una estrategia de reducción de la pobreza crónica debe
contar con un diagnóstico preciso. Esto permitirá afinar
detalles de implementación de políticas públicas para priorizar estas
zonas”, explica Gala Díaz Langou, directora de Protección Social de CIPPEC.
Haciendo un par de clics, la herramienta permite ver para
cada provincia, departamento o radio censal el nivel de incidencia de la
pobreza crónica, el porcentaje de la población en situación de pobreza crónica,
el porcentaje de población urbana, el porcentaje de hogares con hacinamiento
crítico, el porcentaje de hogares en vivienda deficitaria, el porcentaje de
hogares sin acceso a red cloacal, el porcentaje de hogares cuyos jefes o jefas
tienen el primario completo o menos, el porcentaje de hogares cuyos jefes o
jefas tienen el secundario incompleto o menos, el porcentaje de niños y niñas
de entre seis y 17 años que no asisten a la escuela, y el porcentaje de la
población sin obra social ni prepaga.
Para el CIPPEC, una estrategia general de reducción de la
pobreza debe incluir políticas macroeconómicas que favorezcan el crecimiento
con estabilidad, pero también políticas laborales, de protección social,
educativas, habitacionales y de hábitat, entre otras. Los datos son
alarmantes: el 16% de los departamentos urbanos y rurales muestran niveles
preocupantes de pobreza crónica.
“Además de las acciones en el corto plazo para paliar los
efectos de la crisis, esta estrategia deberá incluir políticas que permitan
romper con la reproducción intergeneracional de la pobreza, mejorar las
condiciones de trabajo y establecer mecanismos para asegurar los recursos para
llevar a cabo estas acciones y su sostenibilidad”, enfatizó Gala Díaz Langou,
directora del programa de Protección
Social de CIPPEC.
Dada la naturaleza compleja del fenómeno de la pobreza, el
organismo propone una serie de medidas que se encuentran en cuatro grandes
grupos. El primero está conformado por las políticas necesarias para
mitigar los efectos de la crisis económica actual; el segundo refiere
a las políticas en las cuales se debe invertir hoy para desactivar la
reproducción intergeneracional de la pobreza crónica; el tercero
comprende acciones para mejorar las condiciones de trabajo; y el
último establece mecanismos para asegurar los recursos para llevar a
cabo estas acciones y su sustentabilidad.
Una villa ubicada en el partido de Quilmes (Foto:
Reuters)
“La cartografía de la pobreza crónica es un insumo
indispensable para la puesta en marcha de Estados inteligentes. El territorio
de la Argentina es sumamente extenso y heterogéneo. Contar con este tipo de
herramientas es fundamental para definir mejor los problemas y ganar precisión
en la orientación de la política pública y recursos escasos”, sostuvo Ianina
Tuñón, investigadora del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA.
Lejos de los deseos de “pobreza cero” que anunciaba Mauricio
Macri al asumir la presidencia, el Indec informó que en el primer semestre de 2019 el número de personas por debajo de
la línea de pobreza creció al 35,4%, frente al 27,3% del mismo
período de 2018. La cifra representa unos 15,9 millones de personas en todo el
país —cerca de 3,8 millones más que el año anterior— cuyos ingresos no alcanzan
para cubrir los servicios básicos.
En tanto, la indigencia —las personas que no tienen
ingresos suficientes para hacer frente a las necesidades alimenticias— trepó al
7,7%, frente al 4,9% del mismo período de 2018. Se destaca la profundización de
la pobreza extrema en el proceso de deterioro de la condiciones de vida, la
cual aumenta en un 57,1%.
La cifra es la más alta en la era Macri: 3,2
puntos porcentuales más desde el 32,6% que se registró el primer semestre de
2016 (entre 2007 y 2015 el Indec estuvo intervenido).// tomado de infobae ,
sugerido en face
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