Asunción festeja con suciedad y desorden La “Madre de
Ciudades” festeja hoy su 477 aniversario. Desde
su origen, Asunción careció de
reglas de ordenamiento y de planificación, dos déficits que fueron arrastrados
con el correr de los siglos. FOTO Una persona con discapacidad intenta, con
suma dificultad, circular por la vereda de Pa’i Pérez casi Pettirossi. / Como
resultado, la capital del Paraguay tiene serios problemas en varios aspectos
básicos. Asunción, la capital del Paraguay, tiene una población de
aproximadamente 513.000 habitantes. Esta cifra se cuadriplica, de lunes a
viernes, cuando recibe la visita de 1.500.000 personas provenientes de
localidades aledañas, que utilizan los distintos servicios que ofrece la
ciudad. A diferencia de otras capitales del mundo, Asunción sufre un impacto
negativo al recibir a sus visitantes, debido a una casi nula planificación de
la ciudad. Para ingresar a Asunción, primero se debe sortear el tortuoso caos
vehicular en las arterias principales, que en teoría deberían ser de acceso
rápido. Llegar a la capital por Mariscal López, España, Aviadores del Chaco,
Fernando de la Mora, Artigas y la Ruta Transchaco, entre otras avenidas,
representa un viaje de aproximadamente una hora. Lo mismo ocurrirá al momento
de regresar. Al llegar a la ciudad, el automovilista debe enfrentarse con los
baches, que no solo interrumpen el
tránsito sino que también dañan los
vehículos e inclusive podrían causar accidentes. Los peatones, por su parte,
están obligados a bajar al asfalto en determinados tramos por la inconsciencia
de conductores que, al no encontrar espacio para estacionar, lo hacen en la
vereda. Poco agradable resulta para cualquier ciudadano recorrer Asunción y
encontrarse con cúmulos de basura. La avenida 21ª Proyectada, convertida en
minivertedero por vecinos y carreros, constantemente ofrece un panorama
desagradable. Importantes cauces hídricos de la capital sufren también este
problema. Varios arroyos están repletos de basura, lo que ocasiona serios daños
al ambiente y a los pobladores ribereños. Desde abril, Asunción sufre los
efectos de la crecida del río Paraguay. Unas 17.000 familias de damnificados,
que residen en zonas inundables, fueron desplazadas hacia zonas altas de la
capital y, según las previsiones, podrían permanecer allí el resto del año por
la posible presencia del fenómeno climático “El Niño”. Las casas abandonadas
también son parte del panorama del microcentro de Asunción, una capital que
sigue sufriendo las consecuencias de la improvisación de sus autoridades.
TOMADO DE ABC DE PARAGUAY
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