¿Llegará el ébola a América Latina? - Autoridades sanitarias de la región están preparadas para
hacer frente a una eventual llegada del virus. Sin embargo, expertos consideran
improbable que se propague como en Centro
de diagnóstico en Río de Janeiro “En
Estados Unidos y Canadá, la posibilidad de que se produzca un brote es muy
baja. En el caso de Latinoamérica y de Asia, hay que ver a cada país de manera
diferenciada. Hay países que están muy bien preparados”, afirma Schmidt
Chanasit y cita a Brasil, con el que el Instituto Bernhard Nocht de Medicina
Tropical tiene una cooperación desde hace siglos, que data de la llegada del
médico, patólogo y microbiólogo Henrique da Rocha Lima a Alemania en 1906. “Trabajó
durante 30 años en nuestro instituto y descubrió importantes gérmenes, como el
que provoca el tifus. A través de él tuvimos el primer contacto con Brasil, con
Río de Janeiro, pero tras la Primera Guerra Mundial el científico regresó a
Brasil”. El experto destaca que desde entonces existe una intensa cooperación
entre el instituto de Hamburgo y el país sudamericano. “El proyecto más
reciente en 2012 fue establecer un centro para el diagnóstico de fiebre
hemorrágica viral, en particular provocada por el virus del dengue. Esto nos ha
llevado a establecer un centro de diagnóstico del virus de ébola en la
Universidad de Río de Janeiro que está en condiciones de establecer un
diagnóstico relativamente rápido”, explica. El experto añade que el diagnóstico
es un proceso muy elaborado y costoso. “Ya entrenamos al personal y ahora
pueden diagnosticar la enfermedad, aunque no puede esperarse que estas pruebas
se hagan en laboratorios de alta seguridad como los que tenemos aquí. Hay muy
pocos de ellos en todo el mundo, además, se pueden hacer diagnósticos seguros
del virus de ébola bajo medidas de seguridad más bajas”. El Ministerio de Salud
brasileño anunció que por los menos 37 hospitales en 25 estados y en Brasilia,
están preparados para recibir pacientes infectados por el virus. Preocupa más el chinkungunya Schmidt
Chanasit explica que el Instituto de Medicina Tropical de Hamburgo toma parte
regularmente en comparaciones internacionales entre laboratorios para medir su
capacidad para hacer frente a virus como el dengue. “Es evidente que los países
con más recursos son los que cuentan con mejor tecnología. Chile, Argentina y
Brasil, tienen la posibilidad de establecer centros de diagnóstico. Muy
distinta es la situación de países pequeños, como Paraguay, Honduras, El
Salvador y Belice”. México, país que vivió la epidemia del virus de la
influenza AH1N1, con más de diez mil infecciones, está preparado con un
laboratorio de bioseguridad capaz de hacer diagnósticos de ébola. Pero en
México las autoridades se muestran más preocupadas por la eventual llegada del
virus de chinkungunya, que se extiende en Venezuela. Schmidt Chanasit destaca que pese al gran debate que se ha
desatado en torno a los sueros experimentales cuyo uso han sido autorizados por
la OMS, las medidas más importantes son las de prevención. “Las clásicas
medidas que en Latinoamérica son muy conocidas, que es lavarse las manos
frecuentemente con jabón, usar desinfectantes y guantes. Eso ha sido el
problema en África, que estas simples medidas de seguridad han faltado, así
como más hospitales, médicos y enfermeras”. Tomado de el observador de uruguay
África El nuevo brote de ébola, el más virulento
desde que fuera descubierto en 1976 en el Congo, cerca del río Ébola, surgió en
diciembre pasado en Guinea y se ha propagado en Liberia, Sierra Leona y
Nigeria, siendo la primera vez que cruza fronteras. El virus ha infectado a un
total de 2.473 personas, de las cuales han fallecido 1.350. La gravedad de la
situación ha provocado que los países afectados recurran a medidas cada vez más
drásticas, al punto que un millón de personas están en cuarentena en África. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que el virus está fuera de
control y pidió a la comunidad internacional una respuesta coordinada para detener
su propagación. “Es importante entender por qué surge el ébola y en dónde, así
como los ciclos que ha durado en reaparecer el brote”, afirma Jonas Schmidt
Chanasit, director de Diagnóstico Viral del Instituto Bernhard Nocht de
Medicina Tropical, con sede en Hamburgo. Se sabe que la especie reservorio del
virus es el murciélago de la fruta, que es endémico en África y Asia. Este tipo
de animales se comen desecados o en una sopa caliente en África, y ya el sólo
hecho de tocar su carne a mano limpia, supone un alto riesgo de contagio. Las
condiciones de pobreza y de extrema falta de higiene es lo que, según el
experto, ha permitido que el virus se propague sin control. Aunque dichas
condiciones puedan encontrarse en algunas regiones de América Latina, el virus
no tiene una especie reservorio allí, lo cual ya es un impedimento natural para
su propagación, aun cuando la globalización haga posible que el virus, al igual
que las personas o las mercancías, se trasladen con mayor velocidad de un lugar
a otro, explica Schmidt Chanasit.
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