PARQUE NACIONAL
ALEJANDRO DE HUMBOLDT Balcón de la
biodiversidad cubana
Extendido sobre un área total de 70 680 hectáreas en el
oriente cubano, el Parque Nacional Alejandro de CONSERVACIÓN EN LA MIRILLA La publicación reciente del libro Parque
Nacional Alejandro de Humboldt, la naturaleza y el hombre, cuyos editores son
el Máster en Ciencias Ecológicas Gerardo Begué-Quiala, de la delegación
territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en
Guantánamo, y el doctor en Ciencias y reconocido profesional de la fotografía
Julio Larramendi Joa, recoge en sus más de 160 páginas y atractivas ilustraciones
toda la riqueza de la diversidad biológica del lugar, qué amenazas de origen
antrópico y naturales están presentes, y las relaciones de los pobladores con
su entorno, entre otros aspectos. Como
manifiesta a Granma Julio Larramendi, el PNAH atesora una gran diversidad
florística, estimada en más de 1 500 especies entre plantas no vasculares
(hepáticas y musgos), y plantas vasculares (helechos, plantas afines y
espermatofitas), destacándose por su elevado endemismo. “Existen algunas que
son verdaderas joyas de la botánica. Tal es el caso de varias especies
insectívoras, una de ellas la Pinguicula lignicola, y dos correspondientes a
los géneros Podocarpus y Dracaena, este último perteneciente a un grupo de
plantas de las más primitivas del reino animal”. El endemismo vegetal
identificado en puntos como El Toldo, Alto Iberia, y Cupeyal del Norte alcanza
de un 70 a un 80 %, uno de los más altos del país, indicó Larramendi. Ambos
editores de la mencionada obra subrayaron que el Parque contiene, además, la
fauna más rica de Cuba, dada su abundancia, diversidad y endemismo. “Dentro de
las más de 1 200 especies de animales localizadas aparecen entre las más
importantes el Gavilán Caguarero, cuyas poblaciones se han reducido tanto que
quizás solo queden unas pocas parejas, y el almiquí, verdadero fósil viviente,
del cual fueron encontrados varios ejemplares hace un tiempo atrás, durante una
expedición científica desarrollada por especialistas cubanos y japoneses”. Los
tupidos bosques de la región sirven de refugio seguro para aves amenazadas de
extinción, sobresaliendo de manera particular las significativas cantidades de
Cotorra (Amazona leucocephala) y Catey (Aratinga eups), que pueden apreciarse
allí, enfatizaron. Entre los ejemplares más singulares y llamativos de la fauna
del PNAH figura la ranita de Iberia, una de las más pequeñas del mundo, tanto
que podrían caber hasta tres en esta moneda de 20 centavos. Foto: Julio
Larramendi
Humboldt (PNAH) abarca zonas de
las provincias de Holguín y Guantánamo, y constituye el núcleo fundamental de
la Reserva de la Biosfera Cuchillas del Toa Autor: Orfilio Peláez | Dentro de
los cuatro sectores que conforman el Parque, La Melba resulta emblemática por
la belleza de su paisaje. Foto: Julio Larramendi Extendido sobre un área total de 70 680 hectáreas en el
oriente cubano, el Parque Nacional Alejandro de Humboldt (PNAH) abarca zonas de
las provincias de Holguín y Guantánamo, y constituye el núcleo fundamental de
la Reserva de la Biosfera Cuchillas del Toa. Creado en 1996 como resultado de
la fusión de un grupo de las áreas protegidas más antiguas del país, entre
ellas la Reserva Natural Cupeyal del Norte y el Refugio de Fauna Alto de
Iberia, adoptó esa denominación en memoria del eminente científico alemán de
igual nombre, considerado con toda justeza el segundo descubridor de Cuba. Desde
el punto de vista de las condiciones meteorológicas, el PNAH tiene la
peculiaridad de ser la región de mayor nubosidad del territorio nacional y
presentar un elevado número de días con lluvias al año, cuyo promedio varía de
180 a 240. Los acumulados anuales de precipitaciones llegan a sobrepasar los 2
500 milímetros y más en Baracoa y La Melba, dos de los cuatro sectores que lo
conforman junto con Cupeyal del Norte y Ojito de Agua. Su posición geográfica
en la parte más pluviosa de nuestro archipiélago propicia la existencia de una
importante red de cuencas hidrográficas de primer orden, donde resaltan los
casos de las correspondientes a los ríos Toa, Sagua, Jiguaní, Moa, Nibujón y
Santa María. Considerada una de las zonas de mejor equilibrio ecológico,
endemismo, conservación y biodiversidad de Cuba y de la región del Caribe, el
Parque Nacional Alejandro de Humboldt fue declarado Sitio de Patrimonio
Mundial Natural por la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la
Cultura y la Educación (UNESCO) en el 2001.
Como dato curioso vale mencionar que varios de los
ejemplares famosos de la fauna cubana a nivel internacional se encuentran en el
PNAH. Tal es el caso de la ranita de Iberia, considerada una de las más
pequeñas del mundo. Otros ejemplos de la riqueza faunística del lugar son la
apreciable colonia de manatí (Trichechus manatus), la gran variedad de
reptiles, y el ser el principal reservorio de uno de los peces más llamativos
de nuestro país, la biajaca del Guaso o joturo (Nandopsis ramsdeni), pez
endémico y de distribución restringida para la porción extremo oriental del
archipiélago cubano. Asimismo, resulta interesante la presencia de numerosas especies
de moluscos, escorpiones, insectos y demás grupos de invertebrados. Más allá del loable esfuerzo desplegado por
los trabajadores y especialistas del PNAH en su cuidado, labor donde han
contado con el apoyo de un conjunto de instituciones científicas del país, la
delegación territorial del CITMA y otras entidades y organismos
internacionales, el parque está sometido a diversas amenazas, como son la tala
y la caza furtiva, la explotación de productos de sus ecosistemas, la erosión,
la degradación de los suelos, la presencia de especies exóticas e invasoras, y
el cambio climático. Salvaguardar esta verdadera joya de la biodiversidad
cubana es una prioridad a la que no debemos renunciar jamás. La conservación de
tan valioso patrimonio natural bien lo amerita. TOMADOD E LA GRANMA DE CUBA
No hay comentarios:
Publicar un comentario