jueves, 7 de abril de 2011

INDICE DE CIUDADES VERDES DE AMERICA LATINA reflexiones

SEÑORES EXPERTOS: ¿ALGUNA VEZ ESTUVIERON EN AMERICA LATINA?

Reflexiones sobre el informe “INDICE DE CIUDADES VERDES DE AMERICA LATINA”
Arq. Graciela Pedemonte
Lo primero que llama la atención en este informe es el objetivo incluido en el título: qué se entiende por “ciudades verdes”, adjetivación ésta que resulta sumamente imprecisa.
A medida que se avanza en el informe, si bien no existe referencia al punto en cuestión, se van desplegando una variedad de ítems considerados, que aclaran algo sobre el contenido del mismo: “congestión del tráfico, políticas en el uso de la tierra, disposición de desechos y calidad del aire, son problemáticas que afectan de manera más próxima a la mayoría de los habitantes de la región… porque… el 81% de la población vive actualmente en zonas urbanas”
El informe aclara que “busca medir y evaluar el desempeño ambiental de 17 ciudades, de acuerdo a una gama de criterios” para lo cual define 8 temáticas y 31 indicadores, algunos de de carácter cualitativo y otros cuantitativo. Con estos datos, define cinco categorías entre las cuales ubica las 17 ciudades, según los criterios considerados.
La simple lectura de los items abarcados denota una importante debilidad del estudio, debida a la parcialidad de su abordaje temático, que deja de lado las miradas socio-económica y ético-política en los criterios e indicadores definidos.
Los puntos que analizan emisiones, consumos, características del transporte, densidad de población, áreas verdes, valoración de iniciativas institucionales en gestión ambiental, no alcanzan para definir el grado de “sustentabilidad medioambiental urbana” de una ciudad. No se puede realizar un diagnóstico integral contando solamente con una parte de los datos y mucho menos establecer comparaciones entre realidades diferentes.
Las realidades sociales latinoamericanas no son homogéneas, existen particularidades de todo tipo entre ellas. La conformación de sus poblaciones con mayor o menor influencia indígena, afrodescendiente o europea y todas las combinaciones posibles entre estos orígenes, han dado lugar a sociedades, culturas, identidades y formas de vida diferentes. Sumando a esta complejidad cultural diferentes entornos geográfico-climáticos, posibilidades distintas de explotación de las riquezas naturales del lugar, y sabidurías ancestrales propias o importadas, es que se han conformado realidades socio-económicas muy especiales para cada ciudad que el informe, en su afán reduccionista y su enfoque eurocentrista, simplemente ignora.
El propio informe aclara (en entrevista a Nicholas You, experto en ecología urbana) que “los métodos que se utilizan actualmente no proporcionan un panorama preciso de lo que está sucediendo cuando se trata de barrios informales”… pero… “dado que se comparan ciudades latinoamericanas entre sí, la distorsión no es tan grave”. (¿¿??)
Esta visión particular y parcial del objeto analizado -las ciudades latinoamericanas- así como la advertencia acerca de los inconvenientes metodológicos “no graves”, constituye la debilidad más importante del informe y una subestimación inaceptable de la realidad en nuestra Región.
¿De qué análisis no subjetivo ni peligrosamente superficial se puede concluir que la distorsión no es importante, cuando se argumenta que no hay datos?
Latinoamérica, ha tenido desde larga data una proporción creciente de los habitantes de sus ciudades, viviendo en condiciones por debajo de la línea de pobreza y de dignidad. La proporción es variable según el país y la ciudad considerada ya que son diferentes y complejas las causas de tal situación. Esta población da origen a barrios “informales o irregulares” que reciben diferentes denominaciones locales: asentamientos, cantegriles, villlas miseria, cayampas, favelas etc, Los habitantes de dichos barrios que en su mayoría tienen muchas urgencias, carecen de los derechos humanos más elementales. Esta atmósfera social sin dudas repercute en la vida cotidiana de diferentes formas según las determinantes locales.
Los “expertos” de la EIU lo saben, como también saben (aunque no lo asuman) que sin necesidades básicas cubiertas, no hay educación, ni conciencia ambiental posible. Trabajar con la basura, vivir en medio de ella, en sitios contaminados, generan exclusión social, violencia, segregación.
Lo primero es revertir esta realidad social, lo cual han comenzado a hacer los gobiernos progresistas de la región, con aciertos y dificultades, a través de políticas públicas que aseguren las coberturas básicas de las capas más excluidas de la sociedad.
Si se quieren comparar realidades y no abstracciones, es imprescindible el conocimiento y manejo de datos cuanti-cualitativos sobre la población informal y el territorio ocupado. Es sencillo de entender que no es lo mismo para la realidad de una ciudad tener el 2%, el 20% o el 50% de informalidad urbana. Este debería ser uno de los insumos principales al analizar una urbanización latinoamericana.
El dato del PBI per cápita, es un indicador que por sí sólo no puede explicar las complejas y diferentes realidades socioeconómicas de cada ciudad. La inequidad en el reparto de dicho índice, genera diferentes grados de insatisfacción social, desde marginación y delincuencia, hasta otras consecuencias menos visibles.
Sin embargo, el informe no toca este tema, y solamente se “sorprende” al constatar diferencias notorias respecto a la realidad europea, en el comportamiento de ese indicador.
Esta sorpresa es inadmisible. Ello es absolutamente previsible, y debería serlo aún mas para “un panel de expertos globales en sustentabilidad ambiental urbana”.
En ningún momento, los expertos del The Intelligence Unit que elaboraron el informe mencionan (tal vez por desconocimiento absoluto) que estas y otras cuestiones se vienen analizando, evaluando, intercambiando experiencias e información desde hace mucho tiempo a nivel regional, con participación de representantes de los gobiernos, las universidades y los privados, en congresos, seminarios, cursos y otros tipos de encuentros en Latinoamérica de las que han surgido las correspondientes publicaciones, a través de las cuales ya son de conocimiento público buena parte de lo descrito en el informe, sobre prácticas y avances en la prevención y mitigación de daños que ya han sido causados o por causar, a diversos aspectos del Medio Ambiente.
El caso Montevideo
Hay un desconocimiento importante de las particularidades de la ciudad. El trabajo parece haber sido realizado sin la suficiente colaboración de conocedores del lugar ni el necesario trabajo de campo, sino basado principalmente en datos estadísticos, en informes oficiales, o en fuentes no apropiadas.
Tomando como ejemplo la ciudad de Montevideo:
•En la valoración de cantidad de áreas verdes de la ciudad de Montevideo, la rambla no es considerada como tal, ya que se informa que “La mayor parte de las áreas verdes de Montevideo son parques que se reservaron en el siglo XIX y comienzos del XX.”
Sin embargo el esparcimiento de la ciudad se da en buena medida en dicho borde costero, llamado rambla, apenas el clima lo permite, siendo una costumbre muy arraigada, entre los ciudadanos de todas las edades y clases sociales. La ciudad se encuentra totalmente volcada sobre decenas de kilómetros de costa, bordeada por una “rambla” continua utilizada por los peatones para actividades lúdicas y deportivas durante todo el año, además del uso de las playas en verano. Son lugares importantes de concentración donde los montevideanos se dan cita naturalmente en todo tipo de festejos, desde el mundial de fútbol hasta actividades político-partidarias.
El equipamiento urbano es apropiado según el lugar, incluyendo pistas de patinaje, de skate, canchas deportivas permanentes y desmontables, paradores, gabinetes higiénicos, asientos, arbolado y espacios verdes, buena iluminación, ciclovía, juegos infantiles, lugares de contemplación, clubes de pesca y navegación, etc., Además de los kilómetros de anchas veredas donde la gente corre, pasea, toma mate y se encuentra en el principal paseo de los montevideanos.
No tomar en cuenta esta realidad, trasunta un desconocimiento inaceptable de la ciudad y de la forma de vida de sus habitantes, lo cual genera importantes dudas sobre la validez de los resultados.
•Pese a la buena nota que se le otorga sobre temas de “gobernanza ambiental” no se nombran realidades al respecto como la “ley de energía solar” ni los esfuerzos y discusiones con participación ciudadana hacia cambios en la matriz energética del país, tendiente a una menor dependencia de combustibles fósiles.
•No se hace mención a “Agenda metropolitana”. Creada por el primer gobierno del Frente Amplio (presidente Dr. Tabaré Vázquez,) es una herramienta política muy interesante para la gestión del área metropolitana conformada por representantes de los tres gobiernos departamentales involucrados: Montevideo, Canelones y San José.
•Para Montevideo, se cita a un diario como fuente de información (no apropiada) sobre “proporción y disposición final adecuada de residuos recolectados”, existiendo sobre ese tema informes oficiales públicos del gobierno de la ciudad y de otras instituciones de muy fácil acceso digital.
Cuando asistí a la escuela, “laica, gratuita y obligatoria”, en mi niñez en Montevideo, nos enseñaron que los colonizadores-invasores europeos, canjeaban a los “salvajes” que habitaban estas tierras el oro de por aquí, por espejitos de colores.
¿Hasta cuándo seguiremos comprando espejos?
ENVIADO POR ARQUITECTURA SUSTENTABLE

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