El Padre Goyo, otra
víctima del crimen organizado
El sacerdote Gregorio López Gorostieta fue hallado sin vida
en una carretera, justo en el día de Navidad.Decenas de fieles marcharon el
miércoles para exigir la presentación con vida del padre Goyo. (Facebook/Maria
Reyes Alonso)
Agencias MÉXICO, D.F.- Las víctimas del crimen organizado en
México no solamente son civiles inocentes. Un sacerdote secuestrado en Guerrero
apareció muerto con un disparo en la cabeza la noche del jueves, según informó
la diócesis a la que pertenecía. El Padre Gregorio López Gorostieta es el
tercer sacerdote asesinado este año en la "Tierra Caliente", región
dominada por el cártel de los Guerreros Unidos, señalado como responsable de la
desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa en
septiembre, en la misma zona. El sacerdote fue secuestrado el lunes en el
seminario en el que daba clases. No se había pedido ningún rescate por él. El
obispo de Guerrero, Maximino Martínez, dijo que el cuerpo del padre López
apareció en una autopista el día de Navidad. El miércoles, docenas de
sacerdotes y cientos de fieles marcharon en Ciudad Altamirano para protestar
por su secuestro y el aumento de la violencia contra miembros de la Iglesia
Católica.
El padre Omar Sotelo, director del Centro Católico
Multimedial, dijo que en los dos últimos años, período que el presidente
Enrique Peña Nieto lleva en el cargo, se han registrado 9 asesinatos de sacerdotes
en el país. Además, ha habido 520 amenazas denunciadas ante las autoridades,
muchas de muerte, y 1,520 casos de extorsiones contra religiosos también
denunciadas. Dos sacerdotes más están desaparecidos desde 2013. "De los 9
asesinados ninguno ha llegado a esclarecimiento. Falla algo bastante serio
porque no se clarifican los acontecimientos", dijo Sotelo. "Creemos
que no es solo robo, va mucho más allá. La manera en que han sido perpetrados
los asesinatos genera dudas serias al respecto", agregó. Quieren callarlos
En los últimos tres meses, otros dos sacerdotes han sido
asesinados en la misma región.
El cadáver del padre Ascensión Acuña Osorio apareció en
septiembre flotando en un río cercano a su parroquia de San Miguel Totolapan,
cerca de Ciudad Altamirano. Tenía heridas en la cabeza.
El cuerpo de otro sacerdote, John Ssenyondo, apareció en una
fosa común en la localidad de Ocotitlan junto a otros 13 cadáveres a principios
de noviembre. Había sido secuestrado meses antes. Un grupo de hombres armados
en una camioneta interceptó su vehículo cuando salía de dar misa en una
comunidad rural. La iglesia cree que algunos de los ataques podrían tener la
intención de callar a los sacerdotes que protestan contra la violencia en el
estado. Aunque en las carreteras del estado todos son vulnerables a los asaltos
del crimen organizado, hay ataques que parecen dirigidos específicamente contra
los sacerdotes que se niegan a realizar ceremonias para los narcotraficantes
como matrimonios, bautismos o bendiciones de vehículos y viviendas. "Ellos
no aceptan un no por respuesta" dijo el obispo Martínez. No más La Conferencia el Episcopado
Mexicano hizo público un comunicado el lunes en el que afirman hacerse eco del
sentir de muchos mexicanos. "¡Basta ya! No queremos más sangre. No
queremos más muertes. No queremos más desparecidos", señaló el organismo.
"Exigimos el esclarecimiento de éste y los demás
crímenes que han provocado dolor en tantos hogares de nuestra patria y que se
castigue conforme a derecho a los culpables", expresaron.
El 'padre Goyo' anteriormente había realizado una serie de
declaraciones públicas acerca de los responsables en el Caso Iguala, donde 43
normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, se encuentran desaparecidos. TOMADO DE
ENVIO DE NOVEDADES DE QUINTANA ROO MEXICO
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