Enfrentar al veneno:
los bonaerenses que pelean contra el arsénico y la desidia
Aunque obtuvieron un fallo histórico de la Corte, los
habitantes de 9 de Julio aún no lograron una solución
definitiva a un problema
que afecta a miles de personas Por Rosario Marina |
Los vecinos de 9 de Julio buscan agua sin arsénico en una
planta de ósmosis inversa.
NUEVE DE JULIO.- En esta localidad bonaerense muy pocos se
reconocen protagonistas de un fallo judicial histórico. No saben que, a partir
de su caso, del problema que tienen hace tantos años con el agua y su alto
nivel de arsénico, los jueces de la Corte Suprema dijeron que "el acceso
al agua potable es un derecho humano básico para la vida e indispensable para
ejercer cualquier otro derecho".
Analía Canusso (56) sí lo sabe porque es parte de la organización
9 de Julio-Todos por el Agua y porque tiene hacre: hidroarsenicismo crónico. El
médico que la atendió y derivó a La Plata en 2006 fue el intendente radical
Walter Battistella, que aún gobierna la ciudad. Un hombre que, en 2007, hizo su
campaña basada en el agua, en una planta potabilizadora que recién este año
está en construcción. Analía estuvo 6 meses postrada en su casa, hasta que por
una mancha se descubrió el desastre: tenía varios tumores en la piel del rostro
y un 67% de arsénico en orina.
"En 2007 le digo a la dermatóloga lo que pasaba con el
agua acá y me manda a toxicología al Sor Ludovica. Cuando me vio la planta de
los pies y las palmas de las manos, el toxicólogo me dijo que seguramente era
el arsénico. Me dieron quelantes, un medicamento fuertísimo para eliminar el
metal pesado. Pero el daño ya estaba hecho." Hace 7 meses que Analía está
jubilada por incapacidad.
El mapa de arsénico de la provincia de Buenos Aires asusta.
El caso de 9 de Julio no es un hecho aislado: Pehuajó, Carlos Casares, Bragado,
Alberti, Chivilcoy, Junín y Chacabuco son otras localidades en las que el
problema es conocido porque los vecinos también se movilizaron. Pero son muchas
más las que tienen el arsénico en niveles mayores a los permitidos por el
Código Alimentario Argentino (0,01 mg/l) y todavía no saben que están
consumiendo un líquido que les puede causar, entre otras cosas, cáncer de piel.
"Tanto el gobierno provincial como ABSA [la empresa
estatal Aguas Bonaerenses] lo saben, en estos cuatro años que nos hemos estado
reuniendo nunca lo negaron y ellos mismos nos han dicho que no pueden
solucionar el problema porque el 80% de la provincia está igual", explica
Julia Crespo, presidenta de la organización que logró un fallo histórico.
"9 de Julio-Todos por el Agua" empezó por
Facebook. Como se sumaban 300 personas por día, Julia Crespo y Juan Kersich,
junto con otros vecinos, armaron la primera reunión vecinal el 24 de septiembre
de 2010. El objetivo era demostrar que había arsénico en el agua. Empezaron,
entonces, a hacer una campaña de concientización. Hacían carteles, sumaban cada
día más voluntarios parando a la gente en la peatonal para decirle que el agua
que salía de sus canillas estaba envenenada.
Mientras, hacían los análisis: recibían las muestras de
orina de los vecinos y completaban una planilla por cada persona en una sede
que llamaron "la casita". Después mandaban todo a analizar a la
Universidad Nacional de Rosario. Luego el resultado llegaba por mail.
"Conseguimos donaciones de empresas y comercios e hicimos cerca de 200
análisis, el 70% de esa gente tenía altos los niveles de arsénico", cuenta
Julia Crespo.
Los vecinos insisten que éste es un problema que tienen
desde siempre. Mientras tanto, pagan el agua que sale de sus canillas, un agua
que no pueden consumir. Pagan, también, una factura que no los advierte del
nivel de arsénico que tiene lo que toman. Desde enero de 2011, fecha del primer
fallo, ABSA incumple con la orden judicial de informar ese dato.
Miguel Dicipio es el jefe de operaciones de ABSA en 9 de
Julio y dice que el arsénico está en todos lados, en el cigarrillo, en la
tintura del pelo. Julia Crespo se enoja. "¿Te dijo eso? En las reuniones
ya no lo puede decir más de lo que le discutimos. Uno decide fumar o teñirse,
puede vivir sin eso, pero no puede vivir sin tomar agua". Además, Dicipio
dice: "No tenemos ningún caso comprobado de que el arsenicismo en el
cuerpo sea producto del agua". La Agencia Internacional para la
Investigación del Cáncer (IARC) determinó que el arsénico es carcinogénico. Al
lado de las oficinas de ABSA (Cardenal Pironio 689) hay una planta de ósmosis
inversa. De ahí sale el agua de las canillas comunitarias a las que la gente
debe ir con sus bidones a buscar agua potable. Luego tienen tres puntos en la
ciudad, que funcionan uno el miércoles, otro el jueves y otro el viernes, de 10
a 14, donde entregan agua en sachets. Catorce litros por semana por factura
presentada, es decir, por cada casa. En el fallo dice no menos de 200 litros
por persona por mes. Si viviera una sola persona por casa, los litros que tiene
por mes son 56. Entonces los otros 144 debe ir a juntarlos en bidones a la
canilla comunitaria más cercana. "Son parches que hicieron", dicen
los integrantes de 9 de Julio-Todos por el Agua, que no se rendirán hasta ver
terminada y en funcionamiento la nueva planta de agua – TOMADO DE NACION DE AR
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