Chikunguña: más acción
y menos resignación
Es de baja mortalidad, pero este mal puede llegar a ser muy
incapacitante. Qué hacer, cómo prevenir.
Por: CARLOS F.
FERNÁNDEZ, ASESOR MÉDICO DE EL TIEMPO | Foto:
Archivo /
La atención oportuna y el seguimiento de los enfermos deben
combinarse con campañas consistentes y permanentes de información.
La fiebre causada por el virus del chikunguña representa un
problema de salud pública para Colombia, desde que se detectaron oficialmente
los primeros casos en septiembre.
Aunque se trata de una enfermedad de curso benigno, es decir
de baja mortalidad, no puede desconocerse que es una patología que, en algunos
casos, puede llegar a ser altamente incapacitante. Las autoridades del sector,
y el sistema de salud en toda su extensión, deben enfrentarse a él teniendo en
cuenta esa dimensión. (Lea aquí: Chikunguña, un problema que se creció en
Colombia)
Es importante reconocer, para empezar, que por tratarse de
una enfermedad nueva buena parte del conocimiento que se tiene de ella es
teórico, razón por la cual tanto los pacientes como el personal médico y
asistencial se enfrentan a síntomas que pueden confundir con los de otros
males. (Lea aquí: El abecé del virus del chikunguña)
Dado que la literatura describe al chikunguña como un mal de
evolución favorable y corta, se cae en el error de subestimar la severidad de
sus efectos, la posibilidad de que se cronifique y las largas incapacidades
que, en determinados casos, pueden producirse por las afectaciones articulares.
Lo esperable es que quienes están expuestos a este riesgo
sean remitidos a instituciones de mayor complejidad, para que cuenten con el
debido seguimiento y tratamiento.
Pero esta clase de manejo no se está dando en muchos casos.
La mayoría de las nuevas infecciones se están presentando en zonas donde los
centros asistenciales (si los hay) son de una enorme fragilidad y a menudo
cuentan con personal escasamente entrenado (medicaturas rurales, enfermeras auxiliares,
servicios de primer nivel).
Es claro que por tratarse de una
afección viral -que en este caso es transmitida por la picadura del 'Aedes
Aegypti', un mosquito que abunda en la mitad del territorio nacional- por ahora
no hay tratamientos distintos al manejo de los síntomas, con hidratación,
descanso y analgésicos.
Eso no quiere decir, sin embargo, que el personal médico se
conforme con devolver a los enfermos con una receta para la casa y se
desentienda de ellos. Si hay potenciales complicaciones, el sistema de salud
debería estar en capacidad de hacerles seguimiento, por un tiempo prudencial.
El otro problema es el mosquito. Es claro que no hay, hasta
ahora, métodos efectivos para erradicarlo; pero eso no puede ser esgrimido, por
las secretarías de Salud, como una disculpa. Sus funcionarios deben encabezar y
acompañar la puesta en marcha de medidas para controlar los criaderos de larvas
e informar efectivamente a la población; puestas en marcha estas medidas sí
reducen la presencia del vector, más que una cuña de radio o un par de anuncios
en televisión.
El chikunguña llegó para quedarse, y aunque esa es una
realidad el peor camino es llamar al país a esperar pacientemente a que los casos
suban a un millón; los costos para las personas, el sistema y la productividad
del país pueden ser incontables.
Lo esperable es que las autoridades de salud, los médicos,
las sociedades científicas y los ciudadanos asuman el papel que les corresponde,
y pronto: millones de colombianos se han desplazado en vacaciones a sitios
donde adquirirán el virus y regresarán a sus ciudades buscando una respuesta.
¿Cómo prevenir y qué
hacer?
Si visita o está en tierra templada o caliente:
Vista ropa de mangas largas, preferiblemente de colores
claros
Use toldillos o mosquiteros para dormir
Fumigue habitaciones con las debidas precauciones
Proteja ventanas, ductos u orificios de ventilación con
anjeos
Tape todos los reservorios de agua limpia
Deshágase de todo acúmulo de agua lluvia o recipientes que
la contengan
Jamás se automedique, particularmente con inyecciones o
mezclas de medicamentos recetados por personal no médico
Si presenta los
siguientes síntomas, consulte:
Fiebre súbita alta entre los 3 a 12 días de haber visitado o
permanecido zonas templadas o calientes.
Dolor articular múltiple, de intensidad variable
Dolor muscular, de espalda y de cabeza
Náuseas, vómito y conjuntivitis.
Acuda a un hospital de alta complejidad si, además de lo
anterior, presenta:
Dificultad para respirar
Dolor de cabeza intenso
Pérdida de la sensibilidad o el movimiento en alguna parte
del cuerpo
Confusión
Borrachera
Manifestaciones en la piel como descamaciones, ampollas o
hemorragias
Jefes, entiendan que:
Esta enfermedad puede ser muy incapacitante. Si tiene
empleados enfermos, que no se recuperan, insista en que consulten con el médico
Por Carlos F. Fernández, asesor médico de EL TIEMPO TOMADO DE EL TIEMPO DE COLOMBIA
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