Aguardan menor
actividad de ciclones en el Atlántico por un fenómeno “El Niño” más suave
El fenómeno de “El Niño”, un calentamiento de las aguas del
Pacífico, vuelve a ser, al igual que en 2014, un factor clave en la menor
actividad ciclónica prevista para el Atlántico esta temporada, que arranca
oficialmente este inicio de junio. Según la NOAA, se prevé la formación de 6 a
11 tormentas tropicales, de las cuales entre 3 y 6 derivarían en huracanes, por
debajo del promedio histórico “El Niño”
determinó una temporada “relativamente tranquila” en 2014, es este año cuando
se encuentra en “completo desarrollo”, según precisó Lixion Ávila, meteorólogo
del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos. Los vientos cortantes
y los patrones de presión atmosférica causados por “El Niño” tienden a inhibir
el desarrollo de huracanes en la cuenca atlántica, pero, como advirtió Ávila,
“solo hace falta un huracán” para que el efecto pueda ser devastador y
catastrófico para la población.
Así sucedió en 1992, temporada en la que solo se predijeron
siete tormentas, pero el poderoso huracán de categoría 5 Andrew, con vientos de
más de 252 kilómetros por hora, barrió las ciudades floridanas de Homestead y
Florida City. El cómputo final: 15 muertos, 25.500 casas destruidas, daños a
otras 100.000 y 25.000 personas sin techo, además de destrucción por valor de
25.000 millones de dólares.
“Fue el peor desastre natural que se ha producido nunca en
el sur de Florida”, puso de relieve el científico. E insistió en un mensaje:
“Hay que estar preparados y tener un plan de emergencia. Hemos tenido un par de
años con menor actividad, pero esos son ciclos que van y vienen”.
Según los pronósticos publicados el pasado 27 de mayo por la
Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de EE.UU. (NOAA) , se prevé la
formación de 6 a 11 tormentas tropicales, de las cuales entre 3 y 6 derivarían
en huracanes, cuando en una temporada promedio se forman 12 tormentas y 6
huracanes. Florida se ha librado en los últimos diez años del impacto directo
de un huracán. El último que azotó el sur de la península fue Wilma, en 2005,
lo cual puede crear una falsa sensación de seguridad entre la población, un
error sobre el que alertan las autoridades.
También se cumple en agosto próximo el décimo aniversario
del paso del devastador huracán Katrina, considerado el desastre natural más
costoso en la historia de Estados Unidos. Katrina se cobró la vida de 1.833
personas y causó daños por valor de 108.000 millones de dólares, tras golpear en
2005 el sudeste de Luisiana.
Los últimos dos años han sido de poca actividad ciclónica.
En 2014 se registraron solo dos huracanes (ninguno de categoría mayor), y la
temporada de 2013 fue la más tranquila desde 1994, con solo dos tormentas
convertidas en ciclones de categoría 1. Sin embargo, Ávila instó a la
población, especialmente a los que residen en zonas costeras, “cerca de la
playa”, a que “sepan qué hacer y tengan un plan de evacuación”, si se aproxima
un huracán, y “no se dejen llevar por el pánico”.
En abril pasado, los meteorólogos de la Universidad Estatal
de Colorado (CSU) predijeron la formación de siete tormentas tropicales y tres
huracanes, de los que al menos uno se convertiría en ciclón de categoría mayor
en la escala de intensidad Saffir-Simpson, de un máximo de 5. De hecho, los
expertos de esta institución académica prevén que la temporada de huracanes en
la cuenca atlántica sea una de las “ menos activas ” desde mediados del siglo
XX.
Basado en el promedio registrado entre 1981 y 2010, una
temporada de huracanes normal es aquella en la que se forman 12 tormentas
tropicales y 6 huracanes, de los que tres alcanzan la categoría mayor. Este
año, la tormenta Ana se formó el pasado 8 de mayo e inauguró antes de lo
habitual la temporada de ciclones en el Atlántico, que concluye el 30 de
noviembre. Los próximos cinco nombre de tormentas para la cuenca atlántica son:
Bill, Claudette, Danny, Erika y Fred. TOMADO DE ENVIO DE MERCOPRESS
No hay comentarios:
Publicar un comentario