LA FECHA SE RECORDARÁ
HOY EN QUITO CON UN ENCUENTRO EN EL ESTADIO LA VICTORIA ALTA Los pueblos
andinos celebran el Inti Raymi
Los pueblos andinos originarios celebran desde tiempos
ancestrales la fiesta del Inti Raymi. Se trata de un conjunto de rituales de
agradecimiento al dios Inti y a la tierra por los buenos cultivos. Los pueblos
indígenas andinos organizan danzas y rituales como parte del Inti Raymi. Niños,
jóvenes y adultos son parte de las celebraciones que duran varios días. Foto: Ministerio
de Educación Secretaría del Buen Vivir El sol ha sido, desde que la humanidad
existe, un núcleo alrededor del cual han girado las prácticas humanas. De su
luz y de su calor depende la vida sobre la Tierra. La modernidad ha quebrado
este vínculo inventando la idea de que el hombre ha sido dispuesto sobre este
planeta con el propósito de domesticar a la naturaleza. Y esta falsa premisa se
ha extendido hasta la grosería, pues el hombre moderno, apoyado en un modelo
económico violento y ambicioso, así como en las grandes multinacionales y en
gobiernos títeres de los grandes intereses capitalistas, está sobreexplotando
la tierra. Como resultado, la temperatura del planeta se ha elevado, las
especies en peligro de extinción son cada vez más, las tierras agrícolas
saturadas se están convirtiendo en desiertos y la producción de alimentos
supera abrumadoramente la necesidad que la humanidad tiene de alimentarse. Las culturas solares de América, como el pueblo aymara, los
incas, los mayas o los cañaris y otavalos, han construido toda su cosmovisión
en función de la relación que las comunidades establecen a cada minuto con el
astro rey, con el paisaje y con los
demás seres de la naturaleza. Y este estilo de vida no es gratuito. Se trata de
vivir en armonía con el entorno. Para los pueblos originarios, un elemento que
altere ese entorno puede desencadenar un desequilibrio irreparable. Lea
también: El cántico de las criaturas (1224-1225) es una oda dedicada al medio
ambiente Hoy, 21 de junio, los pueblos originarios de todo el planeta reconocen
un fenómeno que -más allá de charlatanerías y misticismos elaborados para
turistas- explica el verdadero sentido de la vida humana sobre el planeta. Se
trata de la fiesta andina del Inti Raymi, o celebración del sol, que consiste
en un conjunto de prácticas para agradecer al dios Inti por haber brindado
abrigo a la tierra sembrada y luz a los brotes de los alimentos, que servirán
para el resto del año. Hoy también se conmemora la fertilidad de la tierra
gracias al calor del sol y se le agradece por una buena cosecha. La fecha se
recuerda en Quito con un encuentro en el estadio la Victoria Alta, en la
parroquia Guamaní (sur de la capital), a las 11:00. Este fenómeno astrológico
conocido como solsticio, por la ciencia moderna, es desde tiempos inmemoriales
una de las fechas más importantes para las comunidades ancestrales. Para los
pueblos originarios, el solsticio es una señal divina: el dios Inti nos dice
que se inicia un nuevo ciclo agrícola. Los ciclos establecidos para la siembra
y la cosecha por los pueblos originarios del mundo responden a una comprensión
integral de su presencia en la Tierra, vinculada estrechamente con el resto de
criaturas, vivas o no. Porque la cosmovisión ancestral no divide, no fracciona,
y no desconoce los tiempos del cosmos, por lo tanto, presta atención profunda a
las dinámicas de la naturaleza. Si nosotros reconociéramos que siempre hemos
sido tan parte de la naturaleza como un águila o un venado, como el guayacán o
el roble, como el agua o como el aire, estaríamos a tiempo de revertir nuestro
estilo suicida de vivir. La vida no puede domesticar a la vida. El
desequilibrio que los seres humanos hemos provocado ha concentrado las riquezas
en pocas manos y ha empobrecido a la mayoría. Nos olvidamos de que la vida no
es un patrimonio únicamente de los seres humanos, sino que todas las criaturas
sobre la Tierra dependemos unas de otras.
El Inti Raymi simboliza la
gratitud al sol y a la Pacha Mama, pero al mismo tiempo es un agradecimiento a
las comunidades, pues sin su trabajo respetuoso de la tierra, no habría sido
posible una buena cosecha. La salud de las tierras agrícolas depende del
tratamiento que les demos. Cada parcela de tierra es como otro ser vivo: si
cumplió un ciclo de siembra y de cosecha, debe descansar. Por eso existen prácticas
indígenas como cultivos rotativos o en terrazas. La naturaleza funciona a la
perfección, de acuerdo con el ritmo del cosmos. Es solo cuestión de que vivamos
atentos. (I) tomado del telégrafo de ecuador , en Bolivia se festeja en el Tiahuanaco , donde se espera la salida del sol
No hay comentarios:
Publicar un comentario