Las potencias ya
piden ir más allá en el compromiso por el calentamiento
El acuerdo que prevé limitar el aumento de la temperatura
fue firmado por 171 países, en medio del consenso de que será necesario un
mayor esfuerzo para evitar catástrofes
Rafael Mathus
Ruiz Dilma, ayer, en su doble
propósito de abogar por el clima y por su continuidad
como presidenta
brasileña. Foto: Reuters / Mike Segar
NUEVA YORK.- Aún no había una sola firma en el histórico
acuerdo climático de París y ya varios líderes habían reconocido que era
insuficiente, que no existían garantías sobre su cumplimiento y que sería
necesario un esfuerzo mucho mayor para salvar el planeta de una catástrofe.
La rúbrica de la mayor alianza que el mundo pudo construir
para enfrentar la mayor amenaza común que enfrenta la humanidad quedó, así,
unida a un dramático llamado para ir más allá e "intensificar los
esfuerzos para descarbonizar las economías", en las palabras del
secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Ayer, 171 países firmaron el acuerdo
climático de París en la sede de la ONU. Nunca antes tantos gobiernos se
reunieron en un solo día para firmar un pacto global. Ese fuerte mensaje
político, sin embargo, quedó teñido por la cruda realidad que ofrecieron los
discursos.
"Afuera también hay récords. Hay temperaturas globales
récord. Hay una pérdida de hielo récord. Estamos en una carrera contra el
tiempo", dijo Ban, al abrir la ceremonia. Luego, uno a uno, líderes del
mundo sumaron sus voces a la urgencia.
El presidente francés, François Hollande, anfitrión de la
cumbre de París, dijo que serán necesarios 100.000 millones de dólares hasta
2020, y que todos los países, sobre todo los desarrollados, tenían que elevar
sus contribuciones. "Todo el mundo debe unirse", pidió.
Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, John
Kerry, recordó que el acuerdo era el "más ambicioso pacto climático jamás
negociado". Luego reconoció con cruda honestidad una de sus principales
debilidades: es sólo un primer paso, y su poder radica en la señal que envía a
los mercados y la "oportunidad" que abre para construir el futuro.
Kerry firmó con su nieta de dos años, Isabelle, en sus brazos.
"El poder de este acuerdo no es que en sí mismo
garantice que vamos a mantener el aumento de la temperatura dentro de la meta
de 1°5 C, 2° C. De hecho, no lo hace, y lo sabemos. Lo reconocemos. El poder de
este acuerdo es la oportunidad que se crea, el poder es el mensaje que envía al
mercado", dijo Kerry.
El acuerdo de París fue adoptado por los 196 países que
componen la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático el 12 de
diciembre de 2015. En el acuerdo, los países acordaron trabajar para limitar el
aumento de la temperatura global por debajo de 2° C, e intentar llevar esa meta
a 1°5 C. El propio Ban había dicho que la ventana para cumplir esa meta
"se cierra rápidamente".
El acuerdo entrará en vigor cuando 55 países, que sumen por
lo menos el 55% de las emisiones, lo hayan ratificado. Estados Unidos y China,
que representan más de un tercio de las emisiones del mundo, se comprometieron
a hacerlo este año.
La firma del acuerdo no fue la única noticia que dejó la
cumbre. Visiblemente cansada, Dilma Rousseff apareció en Nueva
York con el doble objetivo de firmar el acuerdo por Brasil y recabar apoyo
internacional en contra del impeachment que aprobó la Cámara
de Diputados. Dilma se llevó una foto con Ban y dijo también que la firma era
sólo "un primer paso".
Lejos de las restricciones que impone la política, una de
las voces más contundentes en defensa de una mayor ofensiva ambiental fue la
del actor Leonardo DiCaprio, que habló luego de Kerry.
DiCaprio les dijo a los líderes reunidos en el imponente
salón que podían congratularse por haber logrado un acuerdo, "un
milagro". Fue un reconocimiento a una realidad: el proceso estuvo a punto
de fracasar más de una vez. Pero dijo que el logro no será nada si el mundo no
se mueve "más allá de las promesas del acuerdo".
"Sí, hemos logrado el acuerdo de París. Pero
desafortunadamente la evidencia nos muestra que no será suficiente",
afirmó. Luego se hizo eco de uno de los principales reclamos de la comunidad
científica y la sociedad civil: "Nuestro planeta no puede ser salvado a
menos que dejemos los combustibles fósiles en el suelo, donde pertenecen".
Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos, y uno de los
activistas más reconocidos a favor del medioambiente, habló durante el almuerzo
que ofreció Ban Ki-Moon. Si bien mantuvo el tono de otros discursos, hacia el
final dejó una nota positiva: "Soy optimista, y siento una sensación de
alegría este día". TOMADO DE LA NACION DE AR
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