El Día de la Tierra: Entre el ambientalismo keynesiano y
la ecología revolucionaria
Carmelo Ruiz Marrero
ALAI AM LATINA, 22/04/2016.- El 22 de abril de
1970 unas 20 millones de personas en Estados Unidos participaron de un evento
educativo nacional para el ambiente. Salieron a las calles, parques y
auditorios para manifestarse en favor de la protección ambiental. En ese día,
el primer Día de la Tierra, “Miles de universidades organizaron protestas
contra la destrucción del ambiente. Grupos que habían peleado contra derrames
petroleros, fábricas y generadoras de electricidad contaminantes, aguas usadas
sin tratamiento, basureros tóxicos, pesticidas, autopistas, la pérdida de áreas
naturales, y la extinción de la vida silvestre de repente se dieron cuenta que
compartían valores comunes”, según la página web EarthDay punto org. (http://sfenvironment.org/news/update/the-history-of-earth-day)
En la ciudad de Nueva York, el Día de la Tierra de 1970
fue nada menos que sensacional. “En una movida sin precedente, el entonces
alcalde John V. Lindsay cerró la quinta avenida al tráfico vehicular desde el
Parque Union Square hasta el Parque Central por dos horas, básicamente dejando
el Midtown (parte central de Manhattan) con el tráfico paralizado. Un ‘carnaval
ecológico’ tomó lugar en la calle 14 entre las avenidas tercera y séptima.
Nelson Rockefeller, gobernador del estado de Nueva York, fue en bicicleta a la
manifestación en Union Square y luego firmó legislación que creó el
Departamento Estatal de Nueva York para la Conservación Ambiental. Se
consideraba que la feria fue la mayor demostración en Union Square desde las
manifestaciones socialistas de la década de 1930”, dijo el activista ambiental
y autor Brian Tokar. (https://indypendent.org/2010/04/21/reclaiming-earth-day-climate-chaos-horizon-environmental-movement-needs-traction)
Este evento masivo marcó un punto de maduración y
transformación del ambientalismo estadounidense y fue el nacimiento del
movimiento ambientalista moderno como lo conocemos hoy. Antes del Día de la
Tierra el ambiente no tenía un alto lugar entre las preocupaciones de la
población. Según EarthDay punto org, “El auge de la cultura hippie y ‘flower-child’
en Estados Unidos, 1970 trajo la muerte de Jimi Hendrix, el último disco de los
Beatles, y (la canción) ‘Bridge Over Troubled Water’ de Simon & Garfunkel.
La protesta era la orden del día, pero salvar el planeta no era la causa. Había
guerra en Vietnam y estudiantes de todo el país se oponían cada vez más. Para
entonces, los estadounidenses tragaban gasolina con plomo a través de masivos
vehículos sedan V8. La industria eructaba humo y cieno con poco temor a
consecuencias legales o mala prensa. La contaminación del aire era aceptada
comúnmente como el olor de la prosperidad. ‘Ambiente’ era una palabra que
aparecía con más frecuencia en concursos de gramática que en las noticias de la
tarde.” Sin embargo, en la década de 1960 una conciencia ambiental se
desarrollaba paulatinamente. En 1962 se publicó “Primavera Silenciosa” de
Rachel Carson, un libro que abrió los ojos de millones de lectores a los
peligros de los agrotóxicos para la salud humana y la vida silvestre. La
industria química desató una sañosa campaña para desacreditar a Carson y su
libro. Pero para el tiempo de su muerte en 1964 ella había sido ampliamente
vindicada y “Primavera Silenciosa” se convirtió en uno de los textos
ambientalistas más importantes de todos los tiempos. El activismo e
investigación de Carson inspiró y movilizó a muchos de los académicos y
activistas que luego organizaron el Día de la Tierra de 1970. La idea de un día nacional en Estados Unidos dedicado a la
educación ambiental a menudo se le atribuye al activista por la paz John
McConnell, quien lo propuso en una conferencia de la UNESCO en San Francisco en
marzo de 1969. Pero fue Gaylord Nelson, senador por el estado de Wisconsin,
quien fue la fuerza motriz del Día de la Tierra de 1970. Hasta 1962 Nelson
había sido “el gobernador de la conservación” de su estado, conocido así por
sus medidas populares para limpiar ríos, proteger recursos naturales, crear
empleos verdes y mejorar la infraestructura de recreación del estado. Según
Nelson, una vez fue electo senador, “Seis años pasarían antes de que la idea
del Día de la Tierra se me ocurriera mientras estaba en una gira de charlas
sobre conservación en el verano de 1969. Para entonces las demostraciones
contra la guerra de Vietnam, conocidas como ‘teach-ins’, se habían extendido a
recintos universitarios por toda la nación. De repente se me ocurrió la idea -
¿por qué no organizar una gran protesta de base por lo que le estaba pasando al
ambiente? Estuve satisfecho de que si pudiéramos conectarnos a las
preocupaciones ambientales del público general e inyectarle la energía
estudiantil anti-guerra a la causa ambiental, podríamos generar una
demostración que forzaría la entrada de este asunto a la agenda política. Era
una apuesta grande, pero valía un intento.” (http://earthday.envirolink.org/history.html)
El primer Día de la Tierra tomó lugar en un tiempo lleno de energía y
efervescencia en el desarrollo del ambientalismo. Al principio de la década de
los ‘70 comenzaron a verse los primeros esfuerzos por usar el derecho para
proteger el ambiente. Inspirados por el ejemplo dado por las agrupaciones de
derechos civiles ACLU y NAACP, abogados con conciencia ambiental formaron
organizaciones que se valían de la ley y el peritaje técnico para adelantar la
protección del ambiente, como Natural Resources Defense Council y Environmental
Defense Fund. El científico y activista ambiental Barry Commoner salió en la
portada de la revista Time en febrero de 1970. La prestigiosa
e influyente organización ambientalista Sierra Club fue transformada de un
grupo elite de excursionistas a una agrupación activista que no temía meterse
con el gobierno o con corporaciones contaminadoras, gracias al liderato de su
director ejecutivo David Brower, un pensador adelantado a su tiempo. El crítico
social Murray Bookchin combinaba conceptos ecológicos de avanzada con el
anarquismo y la militancia anti-capitalista para crear una nueva filosofía
llamada ecología social. Y los ecólogos Herman Daly, Kenneth Boulding, Nicolás
Georgescu-Roegen y Howard T. Odum estaban publicando sus trabajos más
trascendentes en esos años. Y gracias al Día de la Tierra Ralph Nader,
destacado progresista y defensor del interés público, comenzó a apreciar y
entender la importancia de la ecología y a incorporarla a su activismo. “En
1970 el despertar ambiental se enfocó sobre los pesticidas y contaminación del
aire y el agua, con atención a sustancias tóxicas en talleres de trabajo que
contribuían a enfermedades ocupacionales”, rememoró Nader sobre esos días.
“Ampliamente publicitadas fueron las inversiones (atmosféricas) en el área de
Los Ángeles, sofocada con vehículos, y el río Cuyahoga cerca de Cleveland donde
el petróleo derramado a veces se encendía- ¡sobre el río! Las metas de acción
eran autoridad legislativa para dirigir las agencias federales a regular y reducir
la contaminación permisible. En comparación con hoy, se aprobó legislación en
el Congreso a paso vertiginoso. Los cabilderos corporativos que objetaron
fueron barridos a un lado.” (http://www.counterpunch.org/2007/04/24/the-corporate-debasement-of-earth-day/)
Dice mucho del poder del movimiento ambiental en el
periodo posterior a 1970 que la administración Nixon, recordada por sus
políticas derechistas y escándalos políticos, fue la que aprobó más legislación
ambiental en toda la historia de EEUU. “Entre los proyectos de ley aprobados
(después del Día de la Tierra) estaban los estatutos de contaminación de agua y
aire, la ley de agua potable segura, el establecimiento de la Agencia de
Protección Ambiental y la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional”,
dijo Nader. “Tan prevalentes y visibles eran millones de estadounidenses que
pedían acción que los presidentes Richard M. Nixon y Gerald Ford firmaron las
leyes con fuertes declaraciones de apoyo a sus propósitos declarados.” Pero
algunas voces en la izquierda veían el Día de la Tierra con escepticismo.
“Resulta que el Día de la Tierra original el 22 de abril de 1970 fue
inicialmente un evento montado”, dijo Tokar, quien es profesor del Instituto de
Ecología Social y de la Universidad de Vermont. “Políticos como el senador
Gaylord Nelson y el representante Pete McCloskey tomaron liderato en poner en
pie la primera celebración del Día de la Tierra que inesperadamente atrajo
millones de personas de todo el país. Los eventos, sin embargo, fueron apoyados
por instituciones del establishment como la Conservation Foundation, un tanque
de pensamiento corporativo fundado por Laurance Rockefeller en 1948. Nixon
hasta comenzó el año con una proclama presidencial que decía que los años ‘70
serían la ‘década ambiental’”. Los activistas por la paz opuestos a la guerra
de Vietnam argumentaron que el Día de la Tierra estaba distrayendo la atención
del público de la guerra, de la campaña Ofensiva de Primavera que planificaba
el movimiento anti-guerra, y de esfuerzos para educar sobre las causas claves de
la guerra, pobreza y destrucción del ambiente. Un editorial en Ramparts,
importante publicación activista del periodo, describió el Día de la Tierra
como “el primer paso en un juego de engaños que hará poco más que abusar del
ambiente aún más.” El ejemplar de Ramparts de abril de 1970
tenía un artículo titulado “el eco-establishment”, que exponía los tanques de
pensamiento corporativos que influían sobre la nueva legislación ambiental. “La
conservación de las grandes empresas de hoy no le interesa preservar la tierra;
está racionalmente reorganizando para un más eficiente saqueo de recursos … y
la producción de un producto nacional aún más bruto … Las contradicciones
aparentes son alucinantes: las industrias están combatiendo el desperdicio para
que así pueda desperdiciar más… Ecológicamente, podría ser el fin.” (http://www.counterpunch.org/2010/04/22/40-years-of-earth-days/)
De hecho, el impulso del primer Día de la Tierra no
fue revolucionario sino de capitalismo reformista inclinado hacia el
keynesianismo. Las nuevas leyes y agencias de gobierno que resultaron del
entusiasmo generado por el Día de la Tierra marcaron el comienzo de lo que se
podría considerar un ambientalismo keynesiano, la idea de que el estado es el
garante del desarrollo sustentable y la protección del ambiente y los recursos
naturales. En la década de 1990 esta doctrina fue empujada a un lado por el
ambientalismo neoliberal, el cual postula que el estado no es más que un
estorbo y que sólo la empresa privada y mercados libres pueden proteger el
ambiente. El Día de la Tierra fue lentamente olvidado en las dos décadas que
siguieron hasta que fue revivido en 1990, cuando regresó con revancha,
movilizando diez veces más gente que en 1970. Dijo Tokar: “Esta vez el Día de
la Tierra se tornó global, movilizando 200 millones de personas en 141 países y
subiendo los asuntos ambientales al escenario mundial. El Día de la Tierra de
1990 dio un gran impulso a los esfuerzos de reciclaje por el mundo entero y
ayudó a pavimentar el camino hacia la Cumbre de la Tierra de Naciones Unidas en
Río de Janeiro en 1992. También motivó al presidente Bill Clinton a otorgarle
al senador Nelson la Medalla Presidencial de la Libertad (en 1995)- el más alto
honor dado a civiles en Estados Unidos- por su rol como fundador del Día de la
Tierra.” El Día de la Tierra de 1990 incluyó una acción directa para paralizar
a Wall Street, acto precursor del movimiento Occupy Wall Street de dos décadas
después. En 1990 el movimiento ambiental era mucho más maduro social y
políticamente que veinte años antes. Según Tokar, “La acción de Wall Street en
el Día de la Tierra de 1990 reflejó el florecer de una actividad ambiental de
base que emergió en la década de 1980, parcialmente en respuesta a las
componendas de los grupos ambientalistas grandes. La respuesta popular a la
contaminación química tóxica - inaugurada por las madres de niños enfermos que
vivían cerca del severamente contaminado Love Canal en Nueva York- creció hasta
ser un movimiento nacional de justicia ambiental que desencubrió la exposición
desproporcionada de comunidades de color a los peligros tóxicos. El grupo Earth
First! creció como una red descentralizada de defensores de base de los
bosques, usando acción directa teatral, combinada con actos de sabotaje
industrial para obstruir la ola de destrucción de bosques. Otros se unieron en
solidaridad con los movimientos de pueblos indígenas del mundo entero que se
habían levantado en defensa de sus tierras tradicionales, respondiendo a la
nueva ofensiva de las políticas de desarrollo neoliberales. Durante el
preámbulo al Día de la Tierra de 1990, cien activistas de justicia ambiental
firmaron una carta a las ocho mayores organizaciones ambientalistas nacionales
criticando la falta de gente de color en las nóminas y juntas directivas de
estos grupos, y también su creciente dependencia de financiamiento
corporativo.”
Pero Tokar nota que las maniobras políticas de Washington en
torno a los asuntos ambientales también se tornaron más astutas y escurridizas.
“La administración Clinton-Gore de la década de los 90 perfeccionó el arte de
canalizar la retórica ambiental mientras simultáneamente apoyaba un aumento en
la extracción de recursos - precediendo así los recientes acercamientos de la
administración Obama a las industrias de energía nuclear, petróleo y carbón.” Hoy
día el movimiento ambiental en Estados Unidos combate la doble amenaza de
políticas republicanas anti-ambientales y de negación del cambio climático, y
la cooptación por parte de ingeniosas campañas corporativas de “lavado en
verde”. Mucho depende de la capacidad del movimiento para extenderle la mano a
otros sectores, como el sindicalismo y los movimientos anti-imperialistas y
anti-patriarcales para así formar un frente coherente que pueda atender los
vínculos entre el capitalismo y la destrucción ambiental. Como dijo sabiamente el
presidente de Bolivia, Evo Morales, “O muere el capitalismo o muere la Madre
Tierra”.
- Ruiz Marrero es periodista, autor y educador
ambiental puertorriqueño (http://carmeloruiz.blogspot.com/search/label/esp ).
Es profesor visitante del Instituto de Ecología Social de Estados Unidos y
dirige el Monitor de Energía y Ambiente de América Latina (http://monitorenergiayambiente.blogspot.com/).
Su cuenta de Twitter es @carmeloruiz.
Este artículo fue originalmente publicado en inglés
por Telesur English el 22 de abril de 2015. Tomado de envio en red foroba
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