Aunque con dudas, el
mundo se moviliza por el cambio climático
La firma récord del pacto de París podría no ser suficiente
Rafael Mathus Ruiz Un
grupo de ecologistas protestó ayer en París durante la Cumbre Internacional del
Petróleo. Foto: Reuters / Jacky Naegelen
NUEVA YORK.- El mundo se unirá, hoy, en el Día de la Tierra,
para intentar salvar el planeta. Reunidos en la imponente sala de la Asamblea
General de Naciones Unidas, más de un centenar de líderes estamparán sus firmas
en el histórico acuerdo climático de París, la ofensiva de naciones más amplia
en la cruzada para detener el calentamiento global. Pero incluso ese esfuerzo
inédito podría ser insuficiente para impedir catástrofes, y los planes pueden
quedarse cortos para alcanzar la meta acordada
Más de 165 países ya se comprometieron a firmar hoy el
acuerdo cerrado en París, en diciembre pasado, en una ceremonia que reunirá a
mandatarios, ministros y diplomáticos con la custodia del secretario general de
las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon. Será la mayor adhesión a una convención
del organismo en un solo día: el récord anterior data de 1982, cuando 119
países firmaron la ley de la convención del mar. Un verdadero milagro que
comenzó a consumarse con un histórico acuerdo bilateral entre los dos mayores
emisores de gases de efecto invernadero del mundo: China y Estados Unidos. El
acuerdo de París fue aclamado en su momento como un avance "histórico,
duradero y ambicioso". Es, en rigor, el primer esfuerzo global para
intentar revertir la devastación del calentamiento. Su principal componente es
fijar el compromiso mundial de mantener el aumento de la temperatura media
mundial por debajo de los 2 grados centígrados respecto de los niveles
preindustriales, e intentar limitarla a 1,5 grados. "Es un acuerdo
histórico, y, si bien se queda corto en algunos temas, reconoce el
problema", graficó la canciller argentina, Susana Malcorra, quien firmará
el acuerdo por la Argentina. Malcorra vivió desde adentro el intenso proceso de
negociaciones hacia el acuerdo, como jefa de Gabinete de Ban Ki-moon. Ayer,
recordó el estrepitoso traspié del encuentro de líderes en Copenhague, en 2009,
cuando la ronda de negociaciones en busca de un pacto global fracasó
rotundamente y puso en duda que alguna vez se pudiera llegar a un
entendimiento.
Compromiso bilateral Pero la comunidad global logró mantener
con vida el proceso y, a fines de 2014, un acuerdo entre China y Estados
Unidos, los principales emisores del planeta, abrieron el camino para un pacto
global. En esa cumbre entre los líderes de los dos grandes motores de la
economía mundial, Barack Obama y su par chino, Xi Jinping, se comprometieron,
básicamente, en Pekín a dar un respiro al planeta. Hasta ese apretón de manos
entre mandatarios, que selló un entendimiento histórico, los intentos de
alcanzar un acuerdo sobre cambio climático habían sido bloqueados por la falta
de voluntad de Washington y Pekín para trabajar juntos en un problema que
afecta a toda la comunidad internacional. Ambos países producen juntos
alrededor del 45% del dióxido de carbono mundial, y sin una activa colaboración
de su parte cualquier acuerdo será papel mojado. "Tenemos una
responsabilidad especial para liderar el esfuerzo mundial contra el cambio
climático. Esperamos alentar a todas las economías a que sean más
ambiciosas", había dicho Obama, dando pie a la convención internacional
negociada exitosamente un año después. El acuerdo climático de París, de todos
modos, no quedó a salvo de críticas. Si bien el objetivo es vinculante, es
decir, las naciones se comprometen a alcanzarlo, los deberes que cada país
asuma para lograrlo no lo son. Así, el acuerdo descansa en la presión social,
diplomática y política para lograr su objetivo. A sabiendas de las críticas,
Malcorra calificó el mero hecho de que haya un acuerdo como un
"milagro", y pidió confiar en que se trata del primer pilar de un
proceso que ya no tendrá marcha atrás "Hay que creer en la
irreversibilidad del proceso. Lo que se ha logrado es extraordinario",
agregó la canciller. Todas las economías más grandes del mundo, y los mayores
emisores de gases de efecto invernadero, indicaron que firmarán el acuerdo. Es
el primer paso para asegurar que entre en vigor tan pronto como sea posible.
Después de la firma, los países deben abrir el proceso interno para unirse al
acuerdo, es decir, ratificarlo, aceptarlo o aprobarlo. Estados Unidos no
ratificará el acuerdo a través del Senado, controlado por los republicanos,
quienes aún niegan el problema del calentamiento global, sino que lo hará a
través de un "acuerdo ejecutivo" en la órbita de la Casa Blanca, algo
que deja abierta la posibilidad de que un cambio de tinte político en la
elección general de noviembre ponga en riesgo los avances. "Por primera
vez, tenemos un régimen ambicioso, duradero, que es justo, que se aplica a
todos los países, que nos mueve más allá de las categorías de desarrollados y
en desarrollo", dijo un alto funcionario del Departamento de Estado en una
conferencia telefónica con periodistas. El acuerdo entrará en vigor 30 días
después de que al menos 55 firmantes lo hayan ratificado, siempre y cuando
representen al menos el 55% de las emisiones globales. Entre sus principales
exigencias requiere que todos los países tomen medidas, al tiempo que reconoce
sus situaciones y circunstancias particulares. Cada país es responsable de la
adopción de las medidas de mitigación y adaptación a la nueva realidad
climática.
Señales Más allá de las medidas que adopte cada
país, el acuerdo envía una poderosa señal a los mercados sobre la necesidad de
invertir en una economía limpia.
Como una premonición de lo que puede suceder si nadie hace
honor a sus compromisos, y el acuerdo se transforma en letra muerta, un grupo
de científicos alertó ayer que el deshielo del Ártico este año podría igualar
el récord de 2012, cuando se produjo la mayor pérdida de superficie registrada
hasta entonces. El calentamiento global en el Ártico es mucho mayor que en
otras regiones del planeta por el llamado efecto albedo, que mide la reflexión
de la luz solar sobre la Tierra Los
físicos polares del centro alemán Alfred Wegener presentaron sus cálculos en
Viena durante la asamblea de la Unión Europea de Geociencia, donde explicaron
que las condiciones de hielo actuales son similares a los del fatídico 2012
"y en algunos lugares, el hielo es aún más delgado".
Más picos de ozono en
EE.UU. El calentamiento climático generará en Estados Unidos, de aquí a
2050, entre tres y nueve días suplementarios al año con picos de ozono
peligrosos para la salud. El ozono puede provocar problemas pulmonares y asma.
Durante los picos, se recomienda a las personas con problemas pulmonares no
salir de su casa.
La vanguardia de los países verdes
Protegen el ambiente y la sociedad con políticas de Estado
Finlandia Trabaja en el compromiso de una sociedad neutral
en emisiones de gases de efecto invernadero que no excedan la capacidad de la
naturaleza para el año 2050
Islandia El ciento por ciento de la electricidad es de
fuentes renovables (energías eólica, hídrica y geotérmica), y es uno de los
tres países que más protege la salud humana del impacto ambiental
Suecia Se destaca en el cuidado de la salud frente al daño
ecológico, en el uso y tratamiento del agua, y está entre los 10 mejores países
que producen energías renovables
Dinamarca Combina como pocos el cuidado del impacto del
clima en la salud de la población; el uso, tratamiento y cuidado del agua, y la
protección de la biodiversidad
Eslovenia Es el líder
global en la protección del hábitat, con un desempeño perfecto en el cuidado de
los parques naturales y en la preservación de las especies, según el Yale's
Environmental Performance Index TOMADO DE LA NACION DE AR NOTA FINLANDIA ES
VERDE EN EL NORTE Y GOJA EN EL SUR ES LA DUEÑA DE LAS PAPELERA DE URUGUAY
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