Crisis del agro pone
en riesgo la seguridad alimentaria
David Chaiva muestra sus cultivos de arroz afectados por la
bacteriosis en la comunidad de San Juan de Yapacaní. | Enid López Camacho
Santa Cruz El sector agropecuario del oriente afronta una
crisis en todos sus rubros productivos y advierte de un posible
desabastecimiento en el mercado interno. El contrabando, la caída de los
precios, el ataque de plagas y los fenómenos climáticos mermaron los cultivos
dejando a pequeños y grandes productores en la quiebra. En una visita
organizada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) en zonas
productivas de Santa Cruz, se constató que varios productores perdieron hasta
el 100 por ciento de sus cultivos por el ataque de plagas, mientras que otros
quedaron ahogados en deudas con casas comerciales. Ese es el caso de David
Chaiva, quien perdió el 100 por ciento de sus cultivos de arroz a raíz de la
bacterioris, una enfermedad que ataca en plena etapa de engorde del grano
mermando la cosecha. Chaiva pertenece a la comunidad de San Juan de Yapacaní,
una de las zonas productoras de arroz, afectada junto a otros tres municipios
por la bacteria que reduce la producción hasta 400 kilos por hectárea en lugares
que antes rendían 1.600 kilos. En tanto, el déficit de trigo nacional para este año
bordeará el 60 por ciento, debido a la baja del precio del Transgénicos
Los pequeños y grandes productores exigen que el Gobierno retome la
discusión respecto al uso de los transgénicos.
Según Días la salida a los problemas que afrontan los productores es la
implementación de biotecnología, ya que “nos va a permitir poder ser más
productivos, poder ser más competitivos en la región” Por su parte, Rodas
señala que los niveles de productividad se incrementarían de aplicarse los
transgénicos. Culpa al Gobierno por el rezago de la producción boliviana con
relación a otros países vecinos. Añade
que el uso de transgénicos ayuda a sobrellevar el problema de precios bajos
incrementando los niveles de productividad. Agenda Rodas afirma que desde que el ministro de Desarrollo Rural,
César Cocarico, ocupó el cargo, la agenda planteada para el sector productor a
raíz de la cumbre Sembrando Bolivia quedó totalmente paralizada. En la cumbre
agropecuaria se acordó triplicar las exportaciones del agro, ampliar la
superficie de desmonte de cinco a 20 hectáreas para ampliar la frontera
agrícola e incrementar en 10 veces la exportación ganadera. EXPORTACIÓN El Gobierno sólo liberó 100
mil toneladas para la exportación de la soya durante esta gestión. El
presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo),
Reynaldo Díaz, afirma que su sector necesita que se liberen alrededor de 500
mil toneladas. Según Díaz, la demanda interna de soya representa sólo el 30 por
ciento de la producción total, el restante 70 por ciento podría abastecer el mercado externo. Díaz añade que su sector dialogará con el
Gobierno para gestionar la liberación de un cupo mayor al que se ofertó a la
fecha.
producto en el
mercado interno, por el contrabando y al ataque de plagas que desincentivan el
negocio, según explica el gerente de la Asociación de Productores de
Oleaginosas y Trigo (Anapo), Rolando Zabala. La demanda interna de trigo es de
650 mil toneladas al año. En 2015, la producción cubrió el 50 por ciento de esa
demanda, pero para 2016 se prevé que el déficit avance en 10 puntos. Por otra
parte, si continúa cayendo el precio de la soya, la producción de la campaña de
invierno de trigo, sorgo, maíz y girasol podría disminuir considerablemente,
según el presidente de Anapo, Reynaldo Díaz. “Por el clima por un lado, cerca
de 200 mil hectáreas (de cultivos) fueron afectadas. La producción de alimentos
puede estar bajando en el país. Por un lado, los alimentos están en riesgo por
el tema de los precios que está recibiendo el agricultor por parte de la agroindustria”,
señala. Actualmente, el precio que la industria paga por la soya es de 220
dólares la tonelada, pero el costo de producción bordea los 500 dólares. En una
visita por zonas productivas en el municipio de Pailón, Díaz afirmó que las
pérdidas para el sector soyero superan los 90 millones de dólares, porque el
precio de comercialización del producto no supera los costos de producción. Según
el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Julio Rodas, los
productores están “desincentivados” y no cuentan con el capital suficiente para
afrontar la campaña de invierno.
ARROZ: David Chaiva, productor de arroz de San Juan de
Yapacaní
Así como lo ven (...) no da ganas ni de cosechar el terreno
porque es una pérdida grande, ya con eso son dos campañas seguidas. El año
pasado no ha sido mucho, pero este año si ha sido grave. Esta pérdida,
incluyendo insumos, casi 15 mil dólares sería de las 40 hectáreas.
SOYA: Suzano Terceros, vicepresidente de Anapo
Esta zona (Cuatro Cañadas) ha sido golpeada por la sequía.
Hemos tenido rendimientos muy bajos. Hemos tenido precios muy
desfavorables que no van a cubrir los
costos de inversión. En la mayoría de los casos, los pequeños productores
vendieron en 220 dólares.
BAJOS COSTOS CAUSAN CRISIS EN EL ORIENTE
Soyeros advierten con desabastecer a la industria Los
pequeños productores de soya del norte integrado de Santa Cruz advierten con la
posibilidad de no abastecer a las industrias aceiteras del país hasta que
incremente el precio de la soya. "La otra campaña (...) discúlpenme, pero
no va a haber consumo interno de Bolivia. Muchos agricultores van a dejar de
sembrar, así como han dejado de sembrar maíz y frijol. La otra campaña no va a
haber soya ahora, no hay grano de oro", afirma la directora de los
pequeños productores de la filial norte de Anapo, Silvia Vale. La directora
añade que los pequeños productores ya fracasaron tres años consecutivos en la
siembra de frijol y el maíz. Según el presidente de la Cámara Agropecuaria del
Oriente (CAO), Julio Rodas, el precio internacional de la soya, según la
cotización de Chicago, bordea los 260 dólares la tonelada, pero en el mercado
interno la industria paga 230 dólares por el mismo peso. Rodas afirma que,
según los pequeños productores, se reportaron casos en los que se pagó hasta
190 dólares la tonelada. “El pequeño
productor soyero está siendo cazado en un zoológico, así lo hemos graficado
porque realmente se está percibiendo un precio de oportunidad por parte de las
industria que está afectando gravemente la economía”, según Rodas. Vale añade
que el Gobierno dialoga sólo con la industria para abrir los cupos de
exportación. "La próxima campaña los agricultores no van a poder sembrar.
Las industrias no van a tener soya. A ver, el Gobierno qué va a decir: ¿Queremos el consumo interno de la
soya?", cuestiona. Durante la visita organizada por el Instituto Boliviano
de Comercio Exterior (IBCE), en sectores productivos del oriente, este medio
constató la situación crítica que atraviesa los agropecuarios de Santa
Cruz. Los pequeños productores denuncian pérdidas
económicas cuantiosas que superan los 90 millones de dólares debido a los
precios bajos. El costo de producción de una hectárea de soya bordea los 900
dólares, mientras que la tonelada de ese producto se comercializa en 230
dólares. Según Díaz, el precio ideal para rescatar la inversión en la
producción debería bordear los 270 dólares por tonelada. Por su parte, el
presidente de la filial norte de Anapo, Epifanio Zurita, indica que el Gobierno no tiene la capacidad de
conversar con los agricultores para analizar la situación en la que se
encuentra su sector. Zurita añade que las casas comerciales (lugares de donde
fletan maquinaria y comprar agroquímicos) los están "asfixiando" para
que paguen las deudas contraídas y que los bancos ya no les quieren facilitar
préstamos pendientes de anteriores campañas. "Estamos trabajando para las
industrias y los proveedores de insumos porque los costos de producción, tanto
en arroz como en soya, están por los suelos", añade.
ENTREVISTA: GARY RODRÍGUEZ, GERENTE DE IBCE
La producción del oriente a punto de entrar en retroceso
Santa Cruz sigue siendo el bastión agroproductivo del país.
Lo acaba de confirmar el INE (Instituto Nacional de Estadística) con el censo 2013 y las cifras que ha entregado.
Hemos podido asistir directamente para comprobar el esfuerzo
que pequeños, medianos y grandes productores bolivianos de los diferentes
distritos del país y extranjeros realizan para que Bolivia goce de esa
soberanía alimentaria.
Después de tres días de contacto con esos productores, no
podemos, sino estar preocupados por lo que hemos podido constatar.
Hay problemas de rendimiento
en la generalidad de las producciones a las que hemos asistido, como la
soya, el trigo y arroz. Eso principalmente por las inclemencias del tiempo, los
precios bajos, la imposibilidad de exportar libremente y el pedido clamoroso
para solucionar el problema de los precios bajos que se refiere al uso de
nuevos eventos de biotecnología en el caso de la soya.
Hemos podido escuchar de parte de los pequeños productores,
la advertencia que en caso de que el negocio no rinda los resultados esperados
(porque hay muchos de ellos que están quebrados, con sus casas hipotecadas)
tendrán que dedicarse a otras actividades.
Es claro que si baja el número de productores, si no damos
solución al problema de la productividad, la cantidad de alimentos disponibles
en el mercado va a disminuir.
Lo decía el presidente de la CAO (Julio Rodas) que esta situación tiene que ver con la
posibilidad de que la oferta de los productos disminuya.
Sabemos que llegar a este punto ha costado décadas. La
apuesta de buena fe de los productores de todo el país para luego ceder sería
lamentable.
Santa Cruz abastece con el 70 por ciento de los alimentos
que consume Bolivia, exporta más de 2
millones de toneladas anuales que le
implican el ingreso de más de mil millones de dólares en divisas para el país.
Sería lamentable retroceder en eso porque detrás de cada productor hay una
familia que vive de los ingresos que se generan en el área. TOMADO DE LOS
TIEMPOS DE BOLIVIA
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