Eclipse total de sol: cómo, cuándo y dónde verlo
El martes 2 de julio Argentina será testigo de uno de los
eventos más esperados. Qué provincias serán las privilegiadas y cuáles son las
medidas de seguridad para poder disfrutarlo. La explicación de
especialistas.
Por Pablo Esteban
El día se apaga y el telón del cielo se abre de par en par.
Los actores están en sus puestos, el público se dispone a disfrutar, comienza
la función y la naturaleza ensaya su mejor espectáculo. Durante dos minutos y
medio (entre las 17.30 y las 17.45), el universo y sus cuerpos vecinos más
conocidos practicarán su coreografía de rutina para los terrícolas en un show
que, aunque tiene precedentes, siempre es único. Durante el atardecer del
próximo 2 de julio la sombra de la luna atravesará el territorio argentino en
sentido oeste-este y creará una "franja de totalidad" de unos 200
kilómetros de diámetro. San Juan, San Luis, el sur de Córdoba y de Santa Fe, y
el norte de Buenos Aires serán los territorios privilegiados, mientras que el
resto del país vivirá el evento de manera parcial. Nadie se quiere perder el
suceso, se espera la visita de especialistas y amantes del universo de todo el
mundo, y los puntos geográficos calientes ya exhiben el tradicional cartel de
"localidades agotadas".
El Planetario de la Universidad Nacional de La Plata elaboró
este mapa con códigos QR.
Los eclipses totales de sol suceden cuando la luna se
interpone entre éste y la Tierra. De este modo, cuando el satélite natural sea
iluminado proyectará una sombra que llegará a la superficie del planeta.
"Observaremos al disco lunar tapando al sol. Aunque la luna es 400 veces
más chica que nuestra estrella, se produce una coincidencia astronómica en la
que sus tamaños aparentes se vuelven exactamente iguales. Es uno de los
fenómenos más increíbles y hermosos de presenciar; tuve la suerte de estar en
alguno y realmente no se puede describir con palabras", señala Diego Bagú,
astrónomo y director del Planetario de la Universidad Nacional de La Plata.
En ese momento se reduce la intensidad de la luz, descienden
de manera brusca las temperaturas, se producen fuertes ráfagas de viento y los
animales quedan totalmente desorientados. "Si bien se producen todos los
años (entre dos o tres, según los casos) no siempre podemos verlos porque la
zona de sombra se proyecta sobre áreas deshabitadas. Son círculos que tienen
unos 200 kilómetros de diámetro y puede que caigan sobre Alaska, o bien, sobre
algún océano. El 70 por ciento de nuestro planeta es agua, mientras que el 30
por ciento restante es continente, por ello, es perfectamente posible que nos
perdamos de la gran mayoría", plantea Bagú.
Al respecto, Mariano Ribas, periodista científico y
coordinador de divulgación científica del Planetario Galileo Galilei (Buenos
Aires), aclara: "No se hace totalmente de noche, sino que se produce un
crepúsculo que vuelve al cielo de un tono azul oscuro muy bello. De hecho, si
uno observa hacia el horizonte podrá percibir la existencia de luz solar. En
esta ocasión, podremos ver algunas estrellas como Sirio y también planetas como
Marte y Mercurio a simple vista". Como en toda obra teatral de gran
envergadura, el público intentará asegurarse aquella butaca que le proporcione
una visión acorde. "Voy a realizar un análisis exhaustivo del terreno
porque es fundamental; estamos casi en invierno, el sol quedará
--geométricamente-- a poca altura sobre el horizonte y necesito localizar un
sitio llano, libre de obstáculos visuales.
Otro dato central es la previsión climática, es una época
que se caracteriza por un alto porcentaje de nubosidad. Los del Planetario nos
trasladaremos a Merlo (San Luis)", apunta Ribas que, además, se desempeña
como astrónomo amateur y astrofotógrafo. El universo funciona como si fuera un
relojito y las tablas de predicciones de los eclipses operan con extrema
precisión. Sucede que los cuerpos en el sistema solar se mueven de manera
periódica y ello posibilita que la astronomía, a través de la física y la
matemática, sea capaz de develar cómo fue el cielo antiguo, cuál será el cielo
de mañana y qué características tendrá dentro de 10 mil años. "Me tocó ver
el del 3 de noviembre de 1994, me acuerdo la fecha exacta porque es como los
cumpleaños; son cosas que uno no se puede olvidar nunca más. Fue en Bolivia y
luego de aquel entonces chequeé en la tabla de predicciones. Vi que en 2010
habría uno en Calafate pero el único que había marcado es el de ahora",
narra Ribas.
Afortunadamente, sin embargo, no hay que desesperar.
A fines del año que viene, los argentinos serán testigos de
otro show: el sol y la luna saldrán nuevamente de gira aunque, esta vez, el
escenario será el cielo patagónico. "En diciembre del año que viene
tendremos uno mucho mejor que podrá divisarse en Chubut y Río Negro. El de este
año se produce cuando el sol está poniéndose muy cerquita sobre el horizonte,
pero en el de 2020 será al mediodía y, por tanto, estará justo sobre nuestras
cabezas", comenta Bagú. A lo largo de la historia, muchos de los pueblos
originarios ubicaron a la luna y al sol en papeles estelares. De hecho,
ocuparon el rol de dioses muy poderosos que regulaban las acciones sociales y
los futuros de múltiples culturas. "Cuando había eclipses de luna, por
ejemplo, se tejían historias alrededor de esa 'luna de sangre' que deparaba
suertes dispares para los grupos sociales que la miraban. Con el de sol la
situación se volvía mucho más dramática, pues las personas estaban en pleno día
y comenzaban a advertir cómo un objeto extraño avanzaba en aquella dirección
hasta encontrarse.
Muchos pueblos se llenaban de temores porque no tenían la
garantía de que el sol pudiera volver a ser el mismo tras ser mordido por la
luna", dice Ribas con un tono poético. No obstante, aunque la naturaleza
se caracteriza por ofrecer eventos democráticos, aptos para todo público, los
visitantes no deben prescindir de las medidas de seguridad. Está prohibido
mirar al sol directamente (ni con lentes de sol, ni vidrios ahumados,
radiografías, negativos velados o CDs), ni tampoco a través de binoculares o
telescopios sin filtros profesionales.
"Es una cantidad de energía increíble que, al ingresar
por nuestra pupila quema la retina. Hay que tener muchísimo cuidado porque se
puede volver muy peligroso. Ignorar estas recomendaciones, incluso, podría
producir lesiones oculares muy graves e incluso ceguera", advierte Bagú.
Entonces, ¿cómo disfrutar del show? A partir de filtros para máscara de soldar (índice
14 o mayor), anteojos con filtro de reflexión específicos para eclipses
solares, o bien, por proyección a través una cámara oscura. Ante cualquier
duda, se recomienda asistir al observatorio astronómico con especialistas de
confianza.
TOMADO DE PAGINA 12 DE AR
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