Foto Archivo: Manuel Saldarriaga Quintero
CAMBIO CLIMÁTICO EFE | Las emisiones de gases de efecto
invernadero derivadas del consumo urbano deben reducirse un 50 % de aquí a 2030
y un 80 % para 2050 para evitar una crisis climática “catastrófica”, advierte
este miércoles un estudio del grupo de ciudades C40.
La organización agrupa a 94 de las mayores urbes del
planeta, que aglutinan a más de 700 millones de habitantes y una cuarta parte
de la economía mundial.
Su análisis, el primero a esta escala y efectuado con la
consultora Arup y la universidad británica de Leeds, no deja lugar a dudas: ese
recorte per capita es imprescindible para mantener la posibilidad de que el
aumento de la temperatura a finales de siglo no supere los 1,5 grados.
El esfuerzo recae principalmente en Europa, Estados Unidos y
el este asiático, mientras que América Latina, África y el sur y oeste de Asia
tienen como desafío adoptar modelos sostenibles en su desarrollo.
A las primeras se les pide reducir el impacto climático de
su consumo en dos tercios en la próxima década, donde se imponen cambios en la
alimentación, la construcción, la vestimenta, el transporte y la electrónica.
El estudio calcula que las emisiones ligadas al consumo de
comida deberían caer un tercio para 2030 con una dieta basada en vegetales,
cantidades saludables y que evite el despilfarro. El consumo de carne anual de
una persona podría verse reducido de los 58 kilos actuales a 16.
Su análisis aboga por que alcaldes, empresas y habitantes de
ciudades del C40 tomen acciones conjuntas para que las emisiones resultantes de
la construcción caigan un 26 % para 2030, con incentivos para reducir el uso de
acero y cemento o aprovechar al máximo la capacidad de los edificios.
En esa línea, ve necesario recortar un 28 % las emisiones
ligadas al transporte privado por carretera, o un 26 % en la aviación, sobre la
que señala que “debería haber una reducción media del 28 % en el número de
vuelos entre ciudades del C40”.
“La alternativa es el final de la civilización humana,
entrar en un camino del que podremos salir”, declara a Efe el director
ejecutivo del C40, Mark Watts, quien cree factibles esos objetivos porque la
tecnología necesaria existe y las consecuencias son “mucho peores” que los
esfuerzos.
El estudio calcula que reducir los vuelos y usar combustible
sostenible podría evitar 70 millones de dólares (62 millones de euros) en daños
derivados de la contaminación aérea.
Disminuir el uso del vehículo privado en las ciudades del
C40 podría ahorrar 170 millones de metros cuadrados de espacio de aparcamiento
callejero, en favor de unos 2,5 millones de árboles o de 25.000 kilómetros de
pistas ciclistas.
Y comer menos carne roja y más frutas y verduras podría
prevenir 160.000 muertes anuales vinculadas a crisis cardíacas, cáncer o
diabetes.
El estudio subraya que las ciudades no pueden esperar a que
sus gobiernos nacionales tomen la iniciativa. La responsabilidad, en última
instancia, también recae en los ciudadanos al decidir qué comer o comprar,
concluye el C40, presidido por la alcaldesa parisina, Anne Hidalgo.
Entre las ciudades que pertenecen a esta red también figuran
Madrid, Barcelona, Pekín, Hong Kong, Shanghái, Tokio, Seúl, Berlín, Londres,
Estambul, Roma, Ciudad de México, Buenos Aires, Bogotá, Rio de Janeiro, Lima,
Santiago de Chile, Nueva York, Los Angeles o Washington // tomado de el
colombiano
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