Comunicado del
C.P.I.A.: “Sobre el estado actual del INTA”
Seguramente muy pocas organizaciones estatales tienen hoy
un reconocimiento público positivo tan masivo por parte de la sociedad como el
que puede ostentar con orgullo el INTA.
Ello se debe, en parte, a una serie de logros de
importancia científica entre los cuales, sin pretender ser exhaustivos, podemos
mencionar a los siguientes:
- Desarrollo
del primer Programa de Fruta Integrada del hemisferio sur.
- Desarrollo
del Programa Nacional de Supresión de Carpocapsa e implementación de los
bloques de control con la técnica de confusión sexual.
- Desarrollo
de la primera plataforma nacional de poda, raleo y cosecha para
fruticultura.
- Instalación
del primer Centro de Multiplicación de Biocontroladores de Argentina, para
el control de plagas clave del complejo frutihortícola.
- Creación
y gestión del Programa Regional de Madurez de fruta.
- Desarrollo
y validación del sistema termoacumulativo para control de carpocapsa.
- Primera
denominación de origen en Argentina para chivito de Chos Malal.
- Recuperación
de la Ganadería Ovina desde 2003 en adelante en conjunto con la Provincia
de Río Negro en el marco de la ley ovina.
- Desarrollo
e implementación de los programas de mejora genética y domesticación de
las principales especies ganaderas y forestales de la norpatagonia.
- Desarrollo
de servicios estratégicos como el SIRSA –Sistema Regional de Salud Animal
y el Laboratorio de Fibras Especiales de origen animal.
- La
obtención de la variedad de arroz Puita INTA-Cl, no transgénico pero
resistente a herbicidas del grupo de las Imidazolinonas.
- Obtención
del primer bovino transgénico con capacidad de producir leche maternizada:
la vaca Rosita.
- La
cosechadora de algodón Javiyú, que hoy cubre casi la mitad de nuestra
producción y ha sido exportada a varios países.
- La
producción de alimentos funcionales, como quesos enriquecidos con
fitoesteroles y antioxidantes naturales y la leche con funciones
protectoras de la función cardiovascular, antitumoral y antidiabetogénica.
- Cobayo
INTA, para evaluar la calidad de las vacunas para bovinos.
- Rizoderma,
el primer biofungicida para semilla de trigo del mercado.
- Desarrollo
de un biolarvicida para la lucha contra el dengue controlando Aedes
aegypti.
La lista podría continuar, pero solamente reflejaría una
parte de lo que es el INTA. A ello cabe sumar la larguísima lista de
capacitaciones, jornadas y congresos a lo largo y a lo ancho de nuestra región,
el contacto cotidiano con las comunidades a través de sus Estaciones
Experimentales y Agencias de Extensión Rural, el fuerte impulso y apoyo a las
economías regionales en todos los territorios, sus fuerte articulación positiva
con múltiples entidades públicas y privadas, su decidido apoyo
científico-tecnológico a la industria metal mecánica de la maquinaria agrícola,
su participación en la elaboración de leyes y otras normativas para el agro y
muchísimas actividades más que han posicionado al INTA como un clarísimo
referente del sector.
Desde el C.P.I.A. nos sentimos orgullosos de estos logros
y, en cierta medida, partícipes de los mismos, ya que una parte muy importante
de nuestros matriculados corresponden a profesionales de la agronomía
que, de acuerdo con la Ley N° 14.467, llevan a cabo sus trabajos e
investigaciones en el INTA.
Sin embargo, y pese a todo lo antedicho, en función de la
información que recibimos de nuestros matriculados, no podemos dejar de
manifestar nuestra preocupación ante la situación actual de la institución
definida como “un virtual estado de parálisis de las actividades”.
Aparentemente, los factores que han determinado esta
situación son: por un lado, una muy extensa planificación de una nueva cartera
de proyectos, dejando de lado las actividades correspondientes a la cartera
anterior desde junio de 2018 y, por otra parte, una alarmante falta de
presupuesto que limita fuertemente hasta cuestiones elementales como debieran
ser las posibilidades de movilización de los profesionales y la posibilidad de
poder adquirir los insumos básicos para sus trabajos. Así, según nuestra
información, el 92% del presupuesto se destina a salarios, no quedando márgenes
mínimos para bienes de consumo (insumos) o servicios. Por ultimo otro elemento
que ha generado alarma en los profesionales de la Institución, que así nos lo
han hecho saber, es la reestructuración en ciernes, donde no parece que se haya
contemplado las peculiaridades de las diferentes regiones que componen nuestro
vasto país.
En cuanto al primero de los dos aspectos compartimos el
criterio de que era necesaria una nueva planificación de los proyectos ya que
existían superposiciones, carencias y una discutible distribución de los
recursos económicos. Pero mientras tanto hace ya diez meses en los que no
existen actividades planificadas orgánicamente.
Con respecto a las capacidades presupuestarias, sin
pretender que el INTA quede afuera de la crítica situación económica del país,
entendemos que, tratándose de una entidad autárquica que se caracteriza por su
prestigio e importancia para nuestro desarrollo agroindustrial, debiera tener
asegurada una mínima capacidad de funcionamiento presupuestario.
Por último, las diferencias regionales no es un tema
menor ya que de ellas depende el desarrollo armónico del país todo.
No entenderlo así implica, sencillamente, apagar uno
de los motores del desarrollo económico y social de nuestro país. Como el
Consejo de los Profesionales del Agro, Alimentos y Agroindustria el tema nos
preocupa muy seriamente.
Comisión Directiva, Mayo 2019
Este mensaje ha sido enviado en forma masiva desde el CPIA a
los efectos de mantener una fluida comunicación con sus matriculados. Si usted
no desea recibir más estos correos, por favor responda este mensaje indicando
que desea ser eliminado de la lista de contactos procurando especificar su
nombre y apellido // enviado por peter healy
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