¡A los botes
que nos tapa el agua!
No iba a escribir nuevamente sobre el Riachuelo,
pero los últimos acontecimientos no me permiten dejar pasar las novedades. ¿Soy
yo la que tiene problemas de interpretación o siento que nos toman el pelo, o
al menos lo intentan, insistentemente?
¿Cómo es posible que un funcionario de primera línea como el
jefe de Gabinete, Juan Abal Medina, se atreva a declarar que “han recuperado”
el Riachuelo porque está navegable en algunos de sus tramos? Se me
ocurren decenas de palabras para calificar esta afirmación, pero prefiero
reservarme las más fuertes.
¿No es miope
anunciar que habrá actividades náuticas en uno de los ríos más contaminados de
la Argentina? Atreverse a hablar de inclusión social de los chicos de la
villa 21-24 porque les compraron botes para navegar las hediondas aguas que ni
siquiera pueden tomar contacto con el cuerpo porque corren peligro. Porque,
a los funcionarios les cuento que esos mismos chicos padecen las graves
consecuencias de las enfermedades hídricas que se producen, principalmente
porque señores: el agua está CONTAMINADA.
Obviamente que no
voy a criticar que se haya sacado toda la mugre y los buques hundidos del río,
pero la aparición de una tortuga en las orillas no les da derecho a
vanagloriarse de un proceso que está casi paralizado hace un año, teñido de
nuevas sospechas de corrupción y en el que una resolución podría empezar a
cambiar verdaderamente la historia. Es que aunque no se pueda creer todavía no
se dictó una rigurosa norma que impida que las empresas sigan desechando
contaminantes en el agua.
Sigan pensando
en soluciones mágicas, en dragados de barros multimillonarios y en anuncios irreales.
Nosotros preparemos los botes.
Foto: www.medioymedio.com.ar
TOMADO DE LA NACION DE AR
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