Argentina: Recomendaciones del Ministerio de Salud a la hora
de adquirir y conservar pescado
Semana Santa es una
época del año en la que debido a creencias religiosas y hábitos, se consume más
pescado que en otras ocasiones.
El Ministerio de Salud señaló que sumar ese alimento a la
dieta es siempre una buena costumbre, pero que es un producto perecedero que se
puede alterar con facilidad si no se tienen en cuenta algunos cuidados al
momento de su compra y conservación.
Por eso la cartera sanitaria –a través de la Administración
Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat)– brindó algunas
recomendaciones para evitar posibles complicaciones en la salud.
El Ministerio señaló que el pescado "es un alimento de
excelente calidad nutricional ya que proporciona proteínas de alto valor
biológico, que son aquellas que tienen los aminoácidos que el cuerpo no puede
producir por sí mismo".
"Al mismo tiempo, es rico en vitaminas A y D, minerales
como el fósforo, magnesio, selenio y yodo, y ácidos grasos insaturados como el
Omega 3. Sus proteínas –como las de la carne- son de fácil digestión y
complementan las que aportan los cereales y las legumbres", señaló la
cartera.
Al momento de la compra:
La adquisición de cualquier tipo de pescado deberá
realizarse en comercios habilitados que presenten buena higiene general y
exhiban sus productos frescos, conservados en abundante hielo (cubiertos) o
congelados.
El pescado fresco debe presentar:
• Un ligero olor a pescado, pero nunca olor a amoníaco.
• Los ojos siempre brillantes, no hundidos. La opacidad o el
hundimiento son signos de deterioro.
• Las agallas rojas, las escamas adheridas al cuerpo y su
carne firme. No debe ceder ante la presión del dedo.
• Pigmentación viva y brillante.
• La columna vertebral firmemente adherida a los músculos;
si se la intentara separar de ellos, debería romperse.
• La sangre roja y brillante: si el pescado no está fresco,
el color se vuelve marrón pardo.
Una vez adquiridos, los pescados y mariscos deben
transportarse directamente al domicilio y refrigerarlos inmediatamente para
evitar el corte de la cadena de frío.
Al momento de la conservación del pescado es recomendable:
• Mantenerlo no más de 1 ó 2 días en la parte más fría de la
heladera y hasta 3 meses en el freezer.
• No descongelar y volver a congelar los pescados y
mariscos.
• Al descongelarlos, no hacerlo a temperatura ambiente.
• Una vez preparados, consumirlos lo antes posible.
• Consumir los pescados bien cocidos.
En cuanto a los crustáceos menores, como camarones y
langostinos, se debe tener especial cuidado en observar que no presenten
manchas negras, olor desagradable o desprendimiento entre cabeza y tronco.
Los calamares, por su parte, deben tener la piel lisa, suave
y húmeda, sin manchas sanguinolentas o extrañas. Sus ojos tienen que ser
brillantes y salientes, y su musculatura consistente y elástica.
Los mejillones, u otros moluscos bivalvos, deben tener las
valvas cerradas y una vez cocidos, abrirse. Si están abiertas, hay que
comprobar que se cierran con un ligero golpe.
Asimismo, se recomienda que las pencas de bacalao salado
tengan un aspecto seco y sin puntos rojos o negros en su superficie, ya que
ello indicaría que tienen hongos.
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