Taxis, avionesy bicicletas: cómo se esparce el temible Ébola
Para impedir brotes, las autoridades deben rastrear los movimientos de los
infectados
Por Kate Kelland |
Reuters Expertos de Médicos sin
Fronteras atienden a un infectado. Foto: Archivo LONDRES.- Para los científicos
que rastrean el mortal virus del Ébola en África Occidental, el tema no es la
complejidad virológica y genotípica del mal, sino el modo en que los organismos
contagiosos -como los humanos- usan aviones, bicicletas y taxis para
trasladarse. Por el momento, las autoridades no tomaron medidas para limitar
los vuelos internacionales a esa región. Las aerolíneas asociadas a IATA
comunicaron que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomendó ninguna
restricción de ese tipo ni el cierre de fronteras. El peligro de que el virus
llegue a otros continentes es bajo, según los epidemiólogos. Lo que sí es vital
es el seguimiento de toda persona que haya tenido contacto con un infectado,
para así ganarle la delantera al brote de África Occidental. Y hacerlo muchas
veces implica conseguir información aparentemente rutinaria sobre la vida de
las víctimas. En Nigeria, que tuvo un caso importado del virus en un paciente
liberio-norteamericano que voló a la ciudad de Lagos esta semana, las
autoridades tendrán que rastrear a todos los pasajeros y a todos los que se
hayan cruzado en el camino del infectado para impedir un brote como el que han
sufrido otros países de la región. El brote en África Occidental, que comenzó
en Guinea en febrero, ya se extendió a Liberia y Sierra Leona. Con más de 1300
casos y 728 muertos, es el brote más grande desde que el virus del Ébola fue
descubierto, hace casi 40 años. Sierra Leona declaró el estado de emergencia
sanitaria para frenar el avance de la enfermedad, mientras que Liberia cerró
escuelas y puso en cuarentena a algunas localidades. "Lo más importante es
vigilar de cerca a todo aquel que haya tenido contacto o se haya expuesto a la
enfermedad", dijo David Haymann, profesor de epidemiología de enfermedades
infectocontagiosas y jefe de seguridad sanitaria mundial del Real Instituto
Británico de Asuntos Internacionales. La diseminación de brote desde Guinea
hasta Liberia, en marzo, muestra hasta qué punto es fundamental hacer un
seguimiento de los aspectos más rutinarios de la vida de las personas para
contener el brote. En el caso de Liberia, los epidemiólogos y virólogos creen
que el paciente cero fue una mujer que había ido a un mercado en Guinea, antes
de regresar, ya sintiéndose mal, a su hogar en el vecino norte de Liberia. La
hermana de la mujer la cuidó, y al hacerlo contrajo el virus ella misma, antes
de que su hermana muriera a causa de la fiebre hemorrágica que produce la
enfermedad. Con los mismos síntomas, y temiendo correr igual suerte, la hermana
quiso encontrarse con su marido, un migrante interno contratado en el otro
extremo de Libia en las plantaciones de caucho de la empresa Firestone. La
mujer se tomó un taxi comunitario hasta la capital, Monrovia, y así expuso al
virus a otras cinco personas que contrajeron el virus y más tarde murieron. En
Monrovia, la mujer se pasó a la moto de un joven que se ofreció a llevarla
hasta la plantación. Desde entonces, las autoridades sanitarias de Liberia han
buscado desesperadamente al joven para conocer su estado de salud. "Es una
situación semejante a la del hombre que llegó en avión a Lagos y murió",
dice Derek Gatherer, de la Universidad de Lancaster, Gran Bretaña, un virólogo
que sigue de cerca el brote de la enfermedad en África Occidental. Los casos de
Ébola en Liberia ya suman 249, incluidas 129 muertes, según los últimos datos
de la OMS, aunque no todos esos casos están conectados con el caso de la mujer
que fue al mercado en Guinea. Gathered señaló que si bien el Ébola no se
contagia por el aire y no es considerado una enfermedad
"supercontagiosa", los viajes transfronterizos pueden facilitar mucho
su diseminación. "Son una de las razones por las que se extienden de esta
manera las infecciones", dijo. Según los infectólogos, el riesgo de que el
virus del Ébola se abra camino fuera de África, hasta Europa, Asia o el
continente americano, es muy remoto, en parte debido al proceso agudo de la
enfermedad y a sus letales características. El momento en que un paciente es
más peligroso es cuando la fiebre hemorrágica del Ébola ya está en su etapa
terminal, generando sangrado tanto interno como externo, con profusión de
vómitos y diarreas, todos fluidos con altas concentraciones de virus
contagiosos. Quien esté en esa etapa de la enfermedad ya está cerca de la
muerte, y probablemente demasiado enfermo como para viajar, dice Bruce Hirsch,
experto en infectocontagiosas del Hospital de la Universidad North Shore, en
Estados Unidos. "Por supuesto que es posible que una persona piense que
sólo tiene una gripe, que se suba a un avión y que luego se desencadenen los
síntomas más críticos. Ésa es una de las cosas que más nos preocupan",
dijo Hirsch, que agregó, sin embargo, que "el riesgo de que el Ébola
llegue a Estados Unidos o Europa no es nulo, pero es muy remoto". Heymann
señala que el único caso conocido de Ébola que haya salido de África y llegado
a Europa por avión fue en 1994, cuando una zoóloga suiza se contagió el virus
cuando diseccionaba un chimpancé en Costa de Marfil. La mujer fue aislada y
dada de alta dos semanas después, sin haber contagiado a nadie. "Los
brotes pueden frenarse con buen control epidemiológico y generando conciencia y
responsabilidad en quienes han tenido contacto con personas infectadas",
dijo Heymann. MEJORA EL MÉDICO INFECTADO Un médico norteamericano infectado con
el mortal virus del Ébola en Liberia y que fue trasladado anteayer de África a
Estados Unidos para recibir un tratamiento está mejorando, dijo ayer un alto
funcionario de salud. Kent Brantly, de 33 años, pudo caminar, con ayuda, desde
una ambulancia tras el vuelo médico. Traducción de Jaime Arrambide – tomado de
la nación de ar
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