A medida que el mundo gira - por Patrick Moore
Algunas de las características del eco-extremismo son:
Es antihumano. La sociedad humana es caracterizada como “un
cáncer” sobre la faz de la Tierra. Los extremistas perpetúan la creencia de que
toda actividad humana es negativa mientras que el resto de la naturaleza es
bueno. Esto da por resultado la alienación de la naturaleza y subvierte la
lección más importante de la ecología: que todos somos parte de la naturaleza e
interdependientes con ella.
Es anti-tecnología y anti-ciencia. Los eco-extremistas sueñan
con volver a una clase de sociedad tecnológicamente primitiva. La explotación
de bosques con caballos es la única clase que los extremistas pueden realmente
tolerar. Ellos ven a las grandes máquinas como intrínsecamente destructivas.
Es anti-organización. Los extremistas ambientales esperan a
que todo el mundo adopte la anarquía como un modelo de comportamiento
individual.
Es anti-comercio. Los eco-extremistas no sólo se oponen al
“libre comercio”, sino que al comercio internacional también, en la creencia de
que cada “bio región” debería ser autosuficiente. Si es demasiado frío para
cultivar bananas - mala suerte.
Es anti libre empresa. A despecho de que el socialismo de
estado ha fracasado, los eco-extremistas son básicamente anti-negocios.
Es anti democrático. Este es quizás el aspecto más sórdido
del movimiento ecologista radical. La forma básica de nuestra sociedad, la
democracia representativa liberal, es rechazada por ser “demasiado centrada en
lo humano”. En el nombre de “hablar por los árboles y otras especies”, estamos
enfrentados a un movimiento que traería aparejada una era de eco-fascismo. La
“Policia Planetaria” no respondería sino únicamente a la misma “Madre Tierra”.
Es básicamente anti-civilización. En su esencia, el
eco-extremismo rechaza virtualmente todo lo relacionado con la sociedad
moderna. Se nos dice que nada que no sea el regreso a la sociedad tribal
primitiva puede salvar al planeta del colapso ecológico. No más ciudades, no
más aviones, no más trajes de poliéster. Es una versión muy ingenua de un
retorno al Jardín del Edén.
Por Orlando Bardales Nogueira- Revista CARETAS
Luego de un prolongado debate que se extendió hasta la 1 y
10 a.m. del domingo 14, culminó la vigésima Cumbre de Naciones Unidas Sobre Cambio
Climático-COP 20, realizada en Lima. El encuentro debió cerrarse el viernes 12
con la finalización de un borrador con los acuerdos vinculantes para los 194
Estados participantes.
El fuego de la discusión, sin embargo, duró más de lo
esperado. Las negociaciones empezaron doce días antes, con la participación de
los representantes de los Estados que arribaron al Pentagonito, en San Borja.
En paralelo, más de 30 espacios distintos albergaron reuniones paralelas, como
la exposición Voces por el Clima, que recibió a más de 90 mil visitantes.
Los delegados de las naciones llegaron a la cita con un
documento previo denominado “Non Paper”, una suerte de antesala con algunos
acuerdos prefijados por los países miembros de la Plataforma de Durban (ADP).
Fue a partir de este borrador que se empezó a diseñar el actual, fruto de los
aportes de las distintas naciones.
El martes 9 empezó el Segmento de Alto Nivel con la
participación de los ministros y jefes de Estado. Ellos venían a tomar las
decisiones políticas sobre la base de las negociaciones que se suponía ya
estaban avanzadas.
El arribo se dio en medio de opiniones encontradas sobre un
supuesto fracaso de las negociaciones. La red de ONG Climate Action Network
(CAN) había señalado en un comunicado que “dos nuevos proyectos de texto
podrían permitir a los ministros que llegan hacer un progreso real en un
acuerdo de acción climática robusto para ser firmado en París el año que
viene”.
El viernes 12 era el día D. Las partes debían decidir si
aceptaban o no el documento final.
¿Qué pasó en las horas finales de la Cumbre?
Lo que pasa es que hasta el viernes 12, el documento inicial
se había engrosado demasiado por las sugerencias de los Estados. Todo estaba en
manos de los representantes de Alemania y Trinidad y Tobago, copresidentes de
la Plataforma de Durban (ADP). El sábado 13 a las dos de la tarde se invocó a
que el propio presidente de la COP -en este caso, yo- negociara la reducción
del documento a un texto más breve que permitiera una negociación real. Así,
pasamos de las 48 a las 5 páginas, porque era la única manera de que se pudiera
negociar. Esta propuesta es la que se llevó a la reunión plenaria ese mismo día
a las 11 y media de la noche. Se revisó y dos horas después lo aprobaron (la
madrugada del domingo).
¿Qué es lo que contiene dicho documento?
Primero, los elementos a ser negociados el próximo año en
París. En segundo lugar, aprueba la información que debe estar contenida en las
Contribuciones Nacionales para el 2015. Tercero, se incorpora el concepto de
adaptación dentro de dichas contribuciones. En este punto, se resolvió la
discusión entre los países desarrollados que solo querían mitigación versus los
países en vías de desarrollo que pugnaban por la adaptación. Cuarto, logramos
el tema del financiamiento frente al cambio climático. Asimismo, se logró que
el fondo de adaptación canalizara 65 millones de dólares. Quinto, logramos un
mecanismo que incrementa la ambición del recorte de emisiones antes del 2020.
Sexto, se incorporó el reconocimiento al concepto de pérdidas y daños, que es
reclamado por los Estados más vulnerables. Esto está en el preámbulo de la
decisión final y también dentro de los elementos del acuerdo a ser negociado.
El documento se ha denominado El Llamado de Lima para la Acción Climática y
deja muy encaminado el acuerdo de París.
¿Qué rango tiene el acuerdo de Lima?
Las decisiones tomadas son decisiones de Estado y son
obligatorias y vinculantes para los 194 países que han asumido el acuerdo.
Obviamente, en la siguiente reunión celebrada en Ginebra en febrero del 2015,
se seguirá trabajando sobre la base de los reportes incluidos en las
Contribuciones Nacionales.
¿Cómo aterrizan los logros de la COP en el ámbito nacional?
Durante la cumbre se han aprobado decisiones vinculadas al
Programa de Lima sobre Género (acerca del rol de la mujer frente al cambio
climático), otra sobre Educación y Participación junto con Polonia. También
decisiones relativas al valor de los bosques, a través del mecanismo llamado
Red Más. Además, se ha lanzado la iniciativa “Yo solo madera legal”, con el
Ministerio de Agricultura y de Producción. Se aprobó el Instituto Nacional de
Glaciología y Ecosistemas de Montaña. Se ha firmado acuerdos de cooperación con
Brasil y Japón.
¿Qué significado tiene el acuerdo entre China y Estados
Unidos, los dos principales emisores de gases de efecto invernadero del mundo?
Se trata de una señal política positiva. La presencia del
secretario de Estado norteamericano John Kerry, por ejemplo, expresa la
voluntad que tiene ese país de que la COP sea un éxito y así lo ha sido. Esto
se suma a lo que la Unión Europea había decidido el 23 de octubre: establecer
un corte del 40% de emisiones al año 2030. Entonces, las señales son positivas
para la reunión de París que arranca el 30 de noviembre y acaba el 11 de
diciembre de 2015. Tomado de envio de red foroba
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