Decepción y preocupación ante el resultado de la COP 20 Posición
de Climate Action Network
Latinoamérica (CAN-LA) frente a "Llamado de Lima
para la Acción Climática" que resume los resultados de la COP20. Fuente: CAN-LA
Una vez más los líderes políticos mundiales han demostrado
no estar a la altura de las necesidades de sus pueblos y de la sustentabilidad
de la vida en el planeta. Los delegados de países siguen empecinados en hacer
de las negociaciones climáticas unas negociaciones comerciales en donde lo
principal no es la defensa integral de la vida, sino la defensa de las
economías nacionales y sus demandas de crecimiento insostenible. Los gobiernos,
agrupados en el sistema de Naciones Unidas, corroboran así la ineficacia de la
diplomacia internacional para atender los llamados de la ciencia y lograr los
acuerdos que la humanidad demanda frente a la crisis climática global. El
acuerdo alcanzado no toma en cuenta que el último informe del Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) pide "una
acción urgente" para evitar daños severos e irreversibles y señala que
para limitar el ascenso de la temperatura por encima de los dos grados antes
del año 2100 es necesario reducir globalmente las emisiones de gases de efecto
invernadero entre el 40 y el 80 por ciento antes de 2020 y 2050. Los resultados
de Lima en la COP 20 no establecen ninguna cifra de reducción de emisiones,
quedando al arbitrio de los países “la comunicación” de sus aportes voluntarios
durante el primer trimestre de 2015. Y aunque el texto señala que tales
compromisos deben ser “cuantificables e importantes” no existe un mecanismo de
medición acordado, ni mucho menos un criterio de consenso para decidir lo que
se juzga como “importante”, con lo cual el pretendido acuerdo de París, que
reemplazará al Protocolo de Kioto, se plantea desde ya con menor ambición que
éste. La falta de acuerdos ha radicado principalmente en la decisión sobre cómo
repartir el peso de la carga de la reducción de las emisiones de gases de
efecto invernadero, bajo esta constante cada delegación hizo lo posible por
eludir su responsabilidad. Los países "desarrollados" (tal como se
los reconoce en el texto de la Convención y listados en el Anexo 1) siguen sin
asumir los compromisos emanados del principio 7 de la Declaración de Río, que
les obliga a asumir una mayor responsabilidad por el deterioro ambiental
provocado por la opulencia de sus sociedades. Muchos de los países agrupados en
el G77+China continúan sin reconocer las profundas diferencias que existen
entre ellos, por las que grandes economías con altos ingresos se esconden
detrás de los países más pobres para evitar la responsabilidad que les toca en
función de sus capacidades nacionales. CAN-LA hace un llamado a los gobiernos
de la región latinoamericana para que en el camino a París cada Estado asuma la
parte que le corresponde, considerando no sólo la responsabilidad histórica
pasada, sino también la futura. Nosotros y las futuras generaciones merecemos
una vida plena, en armonía con una naturaleza saludable y una sociedad justa. Asimismo,
nuestra red reconoce el trabajo de los países sumados en AILAC, que destacaron
en las negociaciones como un grupo que buscaba mayor ambición, acorde con los
lineamientos de la sociedad civil representados en la postura de CAN
Internacional. CAN-LA espera que los gobiernos de la región trasladen esta
visión de solidaridad internacional a todo el G77+China y que podamos ver en
París a los países de mayor capacidad dispuestos a asumir mayores compromisos,
reconociendo las diferencias con países que verdaderamente deben ser apoyados.
Debido a que la COP 21 de París representa probablemente la última oportunidad
que tiene la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático para
tomar las decisiones necesarias a tiempo, pedimos a los países latinoamericanos
que asuman un mayor protagonismo y marquen su independencia de los países
industrializados. Instamos a nuestros gobernantes a fortalecer sus lazos
regionales para definir compromisos audaces tanto en mitigación como en
adaptación, que representen para sus poblaciones actuales y las generaciones
futuras una recuperación de la esperanza. Las organizaciones que integran la
red CAN-LA invitan a explorar nuevos mecanismos de acuerdos internacionales que
incluyan a nuevos actores de la sociedad civil organizada, con el fin de
complementar la acción de los gobiernos nacionales y con ello garantizar, entre
todos y cuanto antes, el salvamento integral de la vida sobre el planeta. Región
de América Latina y el Caribe, Diciembre 2014 Climate Action Network Latin
America (CAN-LA) es el Nodo Regional de Climate Action Network International
(CAN-I) en la región geográfica de América Latina y el Caribe. CAN-LA se
compone de organizaciones no gubernamentales independientes en la lucha contra
los efectos nocivos del cambio climático. La red basa su trabajo en la
confianza, apertura democrática y equidad de sus miembros. tomado de la can-la
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