El capitán Segovia
lleva a buen puerto la misión en la Antártida Conversamos con el comandante del buque
ARC 20
de Julio, capitán Camilo Segovia, quien nos cuenta cómo se han vivido estos 45
días de navegación. Advierte que los desafíos son muchos.
Volver no es solo un verbo para el capitán de fragata Camilo
Segovia. ¡Volver lo es todo! Él lo dice así: “Aunque parezca simple, mi misión
fue zarpar de Cartagena y será volver a Cartagena”. Lo dice sentado en el
puesto de mando del ARC 20 de Julio que navega la Antártida y del cual es su
comandante.
A bordo de este buque de guerra, que salió hace 45 días con
102 personas, entre oficiales, científicos, periodistas y marinos, y que hoy
cumple en la Antártida una misión científica, está el corre corre diario del
capitán Segovia quien cuenta que solo duerme cuatro horas al día, que hace una
semana no escucha a sus hijas, que los minutos por teléfono son oro, que el
frío a veces parece insoportable, que los días no tienen noche, que el buque es
una familia, su familia, y que hoy el reto que tiene, en el día a día, es
sortear los bloques de hielo, suficiente.
Explica que la rutina, por lo general, empieza a las 7 de la
mañana con la verificación de la unidad y que parte del personal pase a
descanso. ¿Entonces su rutina empieza a las 7 de la mañana? Le pregunto y el
capitán se ríe. “No, no, nooo. Yo estoy siempre atento, yo acompaño los turnos
de guardia y también estoy en las situaciones que requieran mi presencia en el
puente de mando. Mi rutina puede empezar a las 6 de la mañana, me baño,
verifico el buque, voy al puente de mando, bajo a la oficina, vuelvo al puente.
Duermo, por lo general, cuatro horas”.
De la comida dice que es como en la casa. “Nuestros
desayunos son muy colombianos. Servimos arepa con huevo o puede ser bollo de
maíz con huevo... inclusive ayer el almuerzo fue arroz, frijol con cerdo. Y no,
no crea que eso es una bandeja paisa, está lejos de serlo, pero estaba muy
rica. El almuerzo también puede ser carne, arroz, ensalada y papa. El buque es
una familia”.
La navegación
Antes de llegar a la Antártida, este oficial bogotano que
ingresó a la Armada hace 23 años, papá de dos niñas, cuenta que el desafío más
grande que ha tenido en esta misión fue el paso de Drake, considerado el
estrecho con las aguas más turbulentas del mundo.
“Debo decir que el mar fue benévolo con nosotros en ese
cruce y, además, antes del zarpe hicimos un planeamiento operacional donde
consideramos muchas variables, la más importante eran las condiciones
meteorológicas, la altura de la ola...”. Explica, con un lugar común, que a
pesar de lo complejo de la navegación para él cualquier misión, por pequeña que
parezca, es importante. “Hemos tenido muchos retos y desafíos, que se iniciaron
desde el alistamiento, al igual que la preparación que tuvieron los
investigadores...”.
Le pido que ponga esos desafíos en su día a día, que los
haga evidentes, que me los explique. “Ah, claro, le voy a describir el clima de
hoy: son tres grados centígrados internos y cuando salimos del buque hay una
fuerza de viento de unos 20 kilómetros por hora y eso cambia la sensación
térmica muchísimo por lo que puede llegar a sentirse una temperatura de -1
grado. Ahora, estamos rodeados de hielos los cuales durante la navegación los
hemos tenido que sortear, mal que bien, sin llegar a ser temerarios. Hemos
tenido también unos mares fuertes con una altura de ola de cuatro metros, lo
que hace la navegación un poco compleja y nos obliga a incrementar nuestras
medidas de seguridad, pues es que tenemos hielos de todos los tamaños y nos
pueden infiltrar... y las elites...” Y se corta la llamada.
A los pocos minutos el operador consigue nuevamente señal y
el capitán contesta muy afanado: “Ah, perdone, perdone, me preocupé, es difícil
la comunicación, entiéndame. Pero, venga y le sigo contando: los equipos
electrónicos y los radares y la atención de la guardia, nos permite saber dónde
están los hielos. Pero eso no es fácil, eso requiere de una atención
permanente, a la cual nosotros como oficiales navales, que trabajamos en otra
geografía, no tenemos la experiencia. Pero nos preparamos con simuladores,
inclusive en Chile, y gracias al entrenamiento y a la preparación hemos logrado
sacar adelante esta misión”, explica el capitán y otra vez se cae la llamada,
que se hace vía teléfono satelital.
El operador nuevamente se conecta con el buque y ahora es el
capitán quien comienza a preguntar: ¿Y ustedes cómo están? ¿y qué ha pasado? ¿Y
está haciendo frío o calor?. Trato de responderle, pero la comunicación es
intermitente, a lo que él insiste: “¿Cómo están?”, le digo que bien, a lo que
él dice: “A mí me alegra mucho escuchar Colombia. Y quiero decirle que volver
es importante. Comenzar es llevar la mitad del camino. Ya llegamos a la
Antártida, cumplimos lo primero, ya estamos realizando investigación científica
para generar conocimiento, pero mí tarea termina el día que vuelva a Cartagena
y entregue el reporte de que todos los que nos fuimos volvimos y estamos bien”.
CAMILO ERNESTO SEGOVIA
Capitán buque ARC 20 de Julio El capitán de fragata Camilo
Ernesto Segovia se graduó como teniente de corbeta de la Escuela Naval
Almirante Padilla, en 1993. Es ingeniero naval electrónico y ha realizado
especializaciones en Artillería Naval, Derecho Internacional y es magister en
ingeniería electrónica y en ingeniería industrial. Ha prestado su servicio en
el buque ARC Gloria, el ARC Almirante Padilla y el ARC
Buenaventura. MARÍA
VICTORIA CORREA ESCOBAR Soy periodista y candidata a máster en Humanidades. Me
gusta el periodismo que se hace caminando. El Chocó, la infraestructura y el
vallenato son mi ruta. TOMADO DE EL COLOMBIANO
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